El mar no se cansa,
oyendo el murmullo de sus olas,
en una playa solitaria,
pienso, y como únicos testigos,
la luna y las estrellas.
Ellos vuelan en el aire fresco y salado
hacia la serena lejanía,
que más que un viaje, es un silencio,
El mar no se cansa,
en cada ola, negra de espuma blanca
en el corazón del sentimiento,
de tu ausencia…
Sin principio ni fin… el amor,
margarita sin pétalos,
mitad lagrima, mitad flor
caen sobre tu nombre,
lagrimas de tierra adentro
que peregrinando por senderos floridos,
llegan a este mar
que no se cansa,
ahogando mis penas.
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