Te esperaré

Te esperaré...
Aún cuando las canas
Vayan pintando mis sienes
Y mi piel se arrugue
A través de los años,
Mis ojos queden ciego
Y no puedan mirarte,
Te esperaré a través del tiempo
En esa esquina que tú ya sabes.
Que ponga fin a tus ausencias
Llenando de memoria mis momentos,
Aún cuando las nieves
Del invierno inminente
Cubran las calles,
Quedará esa rosa amarilla
Tatuada en mi mente.
Aún cuando cambien
Las hojas de colores
Del verde alegre
Al triste pardo
Dando paso a la desnudez de los árboles,
En esa esquina que tú sabes
Te estaré esperando.
Aunque el mañana
Se haga tarde,
Y las horas pasen despacio,
O el vino quedé agrio
En esa copa que compartimos,
Aunque mis versos
De ti queden huérfanos
Y en mi pluma no quede tinta,
Seguiré esperando,
En la esquina que tu ya sabes.
Aunque el sol no caliente
Y deje de brillar la luna,
O se escondan de nuestras miradas
Entre las lágrimas
Del último amanecer,
Aunque las olas permanezcan quietas
En el silencio de su murmullo,
No olvides que te esperaré
En la esquina que tú ya sabes.

SILVER©

Luna...mi luna.

El sol necesita de la luna
Para que ella de noche
Difunda sus rayos sobre la tierra
Reflejo de su propia esencia
Cuando sus brazos plateados
Acaricia tu cara al alba.
No hay sol sin luna,
Ni luna sin su sol
Cuando en la nocturnidad
Del día se abrazan,
Funden sus rayos
En un íntimo abrazo
Lejos de las miradas de los humanos.
Luna...mi luna
El sol resplandece por ti,
A través de ti,
Siendo un reflejo de ti...
Quizás mis palabras
No tengan la profundidad
De las emociones que siento
Cuando te ocultas
Tras la sombra de la tierra,
Cuando por esos instantes
En mi imperfección anhelo,
Deseo, que gire el mundo
Para volver a verte de nuevo.
No eres de aquí luna,
Eres instantes, eternidad,
Eres emoción, lágrimas,
Éxtasis donde se refugia mi alma,
Eres ese beso que nunca se acaba.
Sueño que me fué robado
Reencontradonos tras mil vidas
Desde el amanecer de los tiempos.
Soy sol porque eres luna,
Que resplandece por ti,
A través y reflejo de ti,
Soy sol, porque tú eres la energía
Que hace que mis rayos
Cada dia alumbren.

SILVER©

Entre tú y yo

Entre tú y yo el suave tu
Que como la brisa
Me llena de inscripción
Pintando el cielo de versos,
Una prosa escrita, un poema
O tan solo una canción,
Que tú las recites bajo la luna
Y que tus ojos reflejen la emoción,
La magia que toma vida.
Que tengan tu rostro, tu voz,
Cómo la música
Cuando tú ojos miro,
Que tus labios rocen los míos
En una partitura confesa
En un silencio de cuatro tiempos,
En clave de sol
En una inacabada melodía
Componiendo día a día
Una bonita historia de amor.
Y escribo para que me sientas,
Cómo la suave caricia
En tu piel de una liviana pluma,
Las caricias de la brisa en tu pelo,
Ese susurro dicho al oído
Y miradas en la alborada.
La fresca espuma de las olas
A tus pies en cada mañana,
Momentos imborrables
Impregnados en mis manos,
Instantes eternos
Cuando tú perfume
Le habla a mi piel
Y yo te responderé
Entre versos y besos.
Describo con palabras mis suspiros
Y en cada uno de ellos
Mil te quieros callados,
Escucha esas palabras silenciosas
Cuando el viento acaricie tus mejillas.
Oye esos silencios
Que llegan desde el alma,
Escucha ese corazón
A pecho descubierto,
Porque sabe del amor
Oyelo en las noches oscuras,
Sus miedos...
Hasta que te llegue el sueño.

SILVER ©

Llegó el momento

Llegó el momento
De convertir el fuerte viento
En suave brisa,
Que las nubes se disipen
Dejando al descubierto
Ese sol tantos días
Escondido tras esa cortina
Esperando quieto
A lucir de nuevo.
Llegó el momento
Que la luna exprese
Sus recónditos sentimientos,
Su magia en la noche
O que luzca tímida
Junto al sol en el cielo,
Que nada pueda detenerlos
En ese caminar lento por la vida.
Llegó el momento,
Lo sé, aunque oculto
Siga mientras espera,
Aunque no se expresen
Las esperanzas siguen intactas,
Momento en que subirás a mi barca
Y tu pelo sea mi bandera,
Dejando atrás la nostalgia
Los tristes recuerdos,
Hinchadas las velas,
La mar en calma.
Llegó el momento
Que tu voz recite mis versos,
Que me pierda en tu boca
En el silencio de tus besos,
Zarparemos sin ruido
Se oirán las olas golpeando
Suavemente la madera
De la quilla enfilando hacia el alba,
Navegaremos con el suave
Viento en popa
Mientras tú bajito
Cantas una canción marinera

SILVER©

Sin fronteras

Que no hayan fronteras
Entre tu piel y la mía,
Ni que nada la asfixie
Cuando se encienden
En danzantes llamaradas,
Cómo fuego que arde en la cumbre
Cuando el vino dulce
Pasa de tu boca a la mía.
Que no hayan fronteras
Entre tu mirada y la mia,
Que es vida de mi vida
Ensueño, sensación extraña
Que me eriza la piel
Llenándome de placer
Acariciando mi alma
Con el roce de tus labios.
Que no hayan fronteras
Entre tus te quieros y los míos,
Que queden grabados
En todos los instantes
Cuando son expresados
En la magia de la noche,
En silencio, solo con las caricias
Avidas de nuestras manos.
Que no hayan fronteras
Entre tu corazón y el mío,
Miocardios que laten
Al unísono, al compás
De unos versos escritos
A la luz de la luna,
Contados por las hadas
En un campo de flores
Cuando llega la aurora.
Que no hayan fronteras
Entre tu cama y la mía,
De sábanas blancas
Cómo espuma de las olas
Que claman fulgor
De ese espacio incierto
Que se va acortando
Entre tu universo y el mío.

SILVER©

Mis sueños

La vida se hizo verbo
Cuando se mezclaron
Mi café y tu sonrisa,
No necesitó azúcar,
Se endulzó cuando tus labios
Rozó el borde de mi taza,
Desde entonces
No hay nada tan exquisito
Que iguale tal dulzura.
No es el negro brebaje
Que llega a mi garganta
Cómo sombra furtiva,
Ni el almíbar que suaviza
El amargor del líquido
Calentado por el fuego,
Es el recuerdo que guarda
Mi taza de tu boca
Cuando sonreias.
Savia que hace florecer
Cuando te miraba
Limpia como agua bendita,
Tu sonrisa,
Las campanas tañen de envidia
A coro en el campanario
En lo alto de una ermita.
Se oye el canto de los matines,
Plegaria o ruego,
Desde el principio del tiempo,
Tan cierto como el silencio
Que te rinde homenaje
El colibrí en su aleteo,
Así sabe mi café
En la taza que rozaste,
Y pensando en ti lo saboreo.
En la suavidad del aire
Se percibe su aroma
Mezclado con el perfume
Que dejaste en mi alcoba,
Soplo divino
De tus labios enternecidos,
Cuando se juntan
El sabor del café
Los tuyos y los míos,
Son esos mis sueños
Cuando lo tomo
Todas las mañanas.

SILVER©

Hoy me sentaré.

Hoy me sentaría
En un prado solitario,
Lejos del mundanal ruido,
Nada me llevaría
Tan solo esas inmensas
Ganas de vida.
La luna en la noche
Huyendo del letargo del día,
Esperando al alba
Pasando el puente
Allanando la senda
Retomando el camino
Donde el perfume
De las flores nos inunda
En una sinfonía de olores,
Brotando como desde una fuente
Alegrando nuestros corazones
Con todos sus colores.
Suave brisa que nos acaricia la cara,
Al oído nos llega
El canto de los pájaros
Antes de arroparse en sus nidos,
Celestial coro
Bálsamo para el alma.
Cae el agua fresca de una cascada
Cristalina y pura,
Para tonificar cuerpo y mente
Y empezar la mañana,
Olvidando lo que te hace daño.
Nocturnidad apacible,
Los rayos de la luna
Se filtran entre las ramas
Queriendo herir como una espada
Las sombras que la oscuridad
De la noche nos dispensa.
Me sentaría a esperar
Bajo su protección
En una cama de helechos
Respirando la calma
Buscando la paz que un día
Perdí en una encrucijada.
Bajo esa llena luna,
Reflejando sus matices
Entre negros y grises
Esculpiendo mis letras
En una nueva esperanza
En cada nuevo amanecer
Sentado estaré
Sintiendo la fresca brisa
Para contigo reencontrarme.

SILVER ©

En el plenilunio

Cuando llega el Plenilunio
Después del creciente
Apareces como mujer
Sentada entre las estrellas,
Lanzando cometas
Desafiando al cielo,
Ajena y distante
Allá donde la luz viaja
Millones de kilómetros,
Dónde la oscuridad se hace silencio
Y la mujer se hace luna.
Desde niño soñé
Con la suavidad de tus besos,
Que por verte me levantaba
Al despertar el alba.
Sentada en una nube
Frente al mar sin dueño,
Te envuelves con el suave
Murmullo de las olas,
Levantas los ojos y miras
Esperando ver el reflejo
De los rayos dorados
Del sol en el horizonte,
Niña del mar y del firmamento
Tus suspiros los reciben
Las traviesas sirenas
Entre corales rojos,
Sin palabras los guardan
En las ostras junto
Sus perlas blancas.
Miras a Cronos,
La espera se hace larga,
Estiras tus rayos
Esperando alcanzar su alma,
El resplandor que asoma en la alborada.
Y nacerá un poema
Guiando mi mano una estrella,
Siendo tú mi inspiración
Todas las mañanas.

SILVER©

Guerras

A veces hay guerras
Que se forman
Con interminables batallas
Que nuestra calma interrumpen
Y no confortan las plegarias,
Pero aún así, nace
De dentro un grito de libertad
Deseando ver amaneceres nuevos,
Pensamientos que forman vientos
Agitan los mares
De nuestras conciencias
Cadenas invisibles que nos atan
Y en el alma se adueña el silencio.
Yo me alzo en armas
En estas humildes letras
Y pensando en ti me rebelo,
Dejando atrás la ceniza
De ese amargo fuego
Despertando al sueño,
Ese que mirando a la luna
Se refleja tu cara.
Situación mágica
Mientras en lo alto
Cómo en un altar
Por las noches te contemplo.
Quisiera ganar tus batallas,
Esa guerra que corroe tus adentros
Despertando en ti,
Amaneceres nuevos,
Nuevos mundos, nuevos sentimientos
Nuevas esperanzas con aromas
De un nuevo mañana.
Tu guerra es la mía
Aunque tú no quieras,
Buscar para ti
Un ramillete de ilusiones
Que haga de nuevo
Brillar la luna
En todo su esplendor
Sin batallas ni guerras,
Porque tu luna,
Sin tus rayos plateados
El sol poco a poco se apaga.

SILVER©

Déjame decirte

Déjame decirte
Que aquí seguiré
Aunque mil años pasen,
Y no sean como en un sueño,
Tan real como existe un cielo,
Aunque tenga la cabeza
Tan blanca como la nieve
Y mi corazón lata despacio,
Aunque mis manos tiemblen,
Aquí seguiré,
Aunque para ti
Solo sea un lejano recuerdo.
Que un instante
Se vuelva eterno,
Déjame decirte
Que dos hombros tengo,
La única forma
Que tengo de ver la vida
Es dejar que te apoyes en ellos,
Aunque por los años
Estén cansados,
Que tu voz callada
No será impedimento
Para que ese grito mudo
Lanzado desde tu garganta,
Para que yo pare las horas,
Haga por ti, girar el viento.
No habrán noches solitarias
Ni destinos inciertos,
Aunque oscuras sombras
En torno tuyo se ciernen,
Y amenacen tu pecho,
Desaparecerán por los rayos
De ese sol que luce eterno
Ese, que llevo dentro.
Aunque quiebren las ciudades,
Se quemen los bosques,
O se inunden las aceras
Por una lluvia interminable,
Déjame decirte
Que aquí seguiré,
Aunque la parka me ronde
Y la locura turbie mi mente,
No lo dudes, aquí seguiré,
A pesar de todo,
A pesar del tiempo,
Y aunque no me llames,
A pesar del mismo diablo,
Déjame decirte
Aquí seguiré para ti siempre.

SILVER©

Mano tibia

Y sentí tu tibia mano
En mi cara,
En una caricia inesperada,
Cómo un regalo
Caído del cielo
Que me seduce y atrapa,
Que se guarde en el silencio
Cuando brillan las palabras.
Quise retenerla
En ese instante perpetuo,
Quedé quiero ante tus ojos
Cómo si en un acantilado fuese
Lanzandome al abismo
De tu mirada que promete.
Nadie me arrebatará
Lo que el universo me regaló
En ese instante que se cruzarón
Allá en el poniente,
En ese tu y yo, en nosotros
En la dulzura del encuentro.
¿Cómo no vas a ser
La protagonista de mis versos,
De esos instantes
En los atardeceres florecidos,
En esas tardes que languidecen
O cuando la temprana luna aparece?
En una explosión de llamaradas
Anaranjados y oros,
Azules y rosas,
Manantial que se asemeja
Al arcoiris después de las lluvias.
En esta tarde que acaba
Dando paso a la noche cerrada,
Escribir podría
En todas sus horas,
Para que recitando
Todo lo que tengo,
Me llegue en la noche
Tus recuerdos, tu aroma.

SILVER©

Quiero decirte.

Quiero decirte,
Dejaste algo inolvidable
Tu presencia, tu cuerpo,
El arte de tus besos,
El amor que vi en tu mirada,
La música de tus ojos,
En tu voz, en el espacio,
Instantes de luces
Cuando en susurros me hablas.
Asomas como tierna primavera,
Esencia en los pétalos
De una flor que se desnuda
En perpetua entrega
Cantando al viento
En las altas cumbres
De una florecida sierra,
Palabra que me acompaña
En esta tarde de recuerdos.
Alimento de la vida
Esperando tu venida
Por la vereda que la luna
Pinta de gris plata,
El universo se quiebra
En la locura de tu pasión
Desmedida por su naturaleza,
Sueños de amor en esencia
Abrazando al cielo.
Hoy ya todo es silencio
En la mañana que despierto,
Creí que fue un sueño
Hasta que sentí el olor
De tu pelo en mi almohada.
No se despertarán las margaritas
Para no deshojarlas,
Sentir tu perfume
Es la respuesta soñada
Sintiendo dentro de mi
Tu corazón inquieto.

SILVER©

Sin ser caballero andante.

No soy caballero andante
Ni me enfrento a molinos
Tampoco velo armas ausentes,
Ni tengo caballo blanco
Ni armadura reluciente,
Sin blandir una espada
Ni escudo para defenderme.
Quizás llegue a ser poeta
En noche de un eclipse de luna
Dónde ella y el sol se besan
Y palpitan en la penumbra
En el fuego lento de sus entrañas.
Quizás sea marinero
Vislumbrando atardeceres
En el mar de poniente,
Entre las piedras
Dónde el liquen crece,
Quizás soy las olas
Que bañan tus orillas.
Quizás soy letras que reflejan
Mis íntimos pensamientos
O la tinta que las colorea,
Quizás soy el velo roto
Disipando la bruma.
Luna que el mar corta
Con su plateado reflejo,
Abierta herida
En ese mar donde nació
La misma vida.
Quizás soy noche que te cuida
Con las hadas aladas
Revoloteando  a tu alrededor,
Quizás soy lluvia de primavera
Agua que besa tu frente
En tarde calurosa,
O ese rincón donde te refugias.
Pero solo soy el hoy,
O quizás un mañana,
Un humilde Page
Que para ti escribe
Estas sencillas palabras.

SILVER ©

Lenta agonía

En noches lejanas,
Un suspiro desesperado
Oyéndose a mil leguas
Clama a la eternidad
Mirando al cielo.
En esa oscuridad la luna,
Se anuncia cuando el sol
En su retiro
Nos regala sus últimos rayos.
Una golondrina vuela
Desafiando el azul profundo,
Al tiempo, a la lenta agonía
Del astro hacia su morada,
Envolviéndose en la brisa marina.
Noches de arrullos
Cuando las olas cantan
Su eterna melodía,
Suave como el sueño
De bonita damicela
Que al despertar espera
El beso de su amado.
Tiempo, esfera dónde se funden
La noche y el día,
Criatura que extiende
Sus raíces en tierra
Alcanzando la vasta
Línea del horizonte.
Olor a café en la mañana,
Frágil momento
Cuando la noche se acaba,
Se separan los amantes,
Se retiran las aguas
Del mar distante.
Se separan, se dicen adiós,
Se despiden al alba,
Primavera en sus corazones
Una lágrima en su tierna
Y profunda mirada,
Dos cuerpos, un alma.

SILVER©

Vuelan los sueños

Dejaré volar los sueños
Entre los versos de un poeta
Cuando tú los recites
Con tu voz melodiosa,
Que clama y enamora
Cómo en un encantamiento
Acariciando el mar la brisa
Bañando tus sentidos.
Dejaré volar las rosas
Cuyos colores servirán
Para pintar un cuadro
Que plasme las horas felices
En un bosque de esperanzas,
Esa suavidad de sus pétalos,
Besos de terciopelo
En la fragilidad de tus labios.
Vaporoso suspiro
Esparcidos por el aleteo
De gráciles mariposas,
Dejaré tus cabellos al viento
Hilos que enhebran
Una cadena de seda,
Que ata mi alma,
Aturdiendo mi mente,
Embrujos que impiden
Dejar de quererte.
Dejaré las noches
Sin luz para que no deslumbre
Tus ojos que miran
Y en el silencio descubras
La suave música de mi abrazo,
Dejaré que me susurres
Cuando las hadas
Te cubran con su manto.
Amaneciendo inventas el día
Ansiando que se pare el tiempo
Dejaré que mis silencios
Se quiebren con tu mirada
Y mis palabras vuelvan a surgir
Con sabor a miel de romero
Creciendo en las laderas
De las colinas acariciadas
Por los vientos.

SILVER©

Rosa roja.

La luna,
Una rosa roja
Cómo el carmín de tus labios,
Un perfume,
Una palabra que perdura
En cada tecla de un piano,
Cómo en tu piel
Que se atrevieron a profanarla
Con una partitura.
Mensaje que escrito queda
Lanzado a la inmortalidad
En clave de sol,
Tuya es mi libertad
Que se une a tu mundo
Desaparecen los temores,
Sintiéndome libre
Impasible, absorto
En lo etéreo de mis pensamientos.
Permanezco callado
Quedándome en tu memoria,
Cómo las notas de ese piano
Resonando entre la madera
Percutidas sus cuerdas
Por martillos diminutos,
Eco que conforma
En cada latido,
En cada pétalo
De esa rosa roja.
La luna sigilosa llega,
Parate atenta
Y escucha su melodía,
Tu perfume,
En cada pliegue de tu cuerpo
En tus silencios me pierdo
Sumergiendome en tu olor
Que forma parte de tu historia,
Luna, rosa roja,
Esas perlas blancas
Circundada por tus labios
Pintados de rojo carmín,
Tu perfume, tu palabra
Entran en mi sangre
Cómo una letal droga.

SILVER©

Se rompió la quietud

Se rompió la quietud
De la luna en el espacio
Oscuro de la noche,
Atrapada en mis pupilas
Encendida de plateada belleza
Con corona de suave tul
Cómo novia dirigiendose
Con la ilusión de toda una vida
Hacia el altar donde espera
Un novio impaciente.
La siguen mis ojos
En el camino del alba,
Eterno resplandor inequívoco
Dónde los rayos dorados
Se funden en un abrazo
A su faz argentina,
Historia de amor
Que se renueva cada mañana.
Quietud que se rompe
En una estrella fugaz
Que cruza el firmamento
Diáfana y pura,
Lágrima de Selene
Cuando llega el dia,
En el cual su mirada
Por escasos minutos
Se cruza fugaz
Después de esa espera tan larga.
Cómo doncella en el Plenilunio,
Con su alma desnuda
Y su sed de amor reprimida,
Se aleja entre los fulgores
Rompiendo el verbo,
Y una lágrima en sus párpados
Asoma cristalina,
El cielo se cubre
Por la timidez del dorado astro,
Cuyos rayos como brazos
Tratan de alcanzar la luna.

SILVER©

Hora de la palabra

Entre tímidas palabras
Que conforman el paisaje
De unos sentimientos
Entre el murmullo del día que se va,
Que encadenada en mis pensamientos
Te pienso y te sueño.
Mañanas con sabor a café
A sabor de tu risa encendida
Dónde la vida se enaltece
Después de la noche
A terminar el día,
Atardecer que acarician tus ojos
Con los rayos del sol,
Dónde callan los silencios
Rotos por el canto de un grillo.
Te besa la brisa
Con el balanceo de las hojas
Cayendo plácida
Entre el polen de las flores
Esparcidos por las abejas,
Coloreando de amarillo
Las pisadas que dejan
Tus pies descalzos en la vereda.
Es hora de la palabra,
No de las que escribo,
Es hora del verso
Que exprese en mi boca
La esencia de la vida
De dónde nace el poeta.
No te llevaré a conocer
Nuevos mundos
Porque en tu ser
Están todos por descubrir
Estarán siempre,
En todos esos gestos
Mientras me inspiras
Un hermoso cuento,
Que mis paginas blancas
Se escribirán para ti.
Viviremos mil aventuras
Sentados en el prado
Bajo el árbol que ayer te conté,
Rodeados de flores
Y alumbrados por la luna.

SILVER©

Te espero bajo el árbol

Te espero bajo el árbol
Que al prado le da sombra,
Allí te espero quieto
Observando el camino en silencio
Reclamando callado tu presencia,
En mi presente, en mi ahora,
Creyendo ver tu mirada
Entre las nubes de algodón
Que siguilosas se acercan.
Te espero bajo ese árbol
De flores blancas
Expandiendo su olor,
Azahar en tu pelo
Acariciado por sus pétalos blancos.
Vuelan las aves
Sobre el mar verde
Anidando bajo el refugio
De su denso follaje,
Tiembla la hierbas
Bajo la brisa suave,
Tiemblan las flores
Bajo tus pies descalzos,
Una alfombra multicolor
Dónde descansa la primavera.
Llega la noche, las luciérnagas
Se encienden como diminutas hogueras
Que dan luz a tu caminar,
Despidiéndose el ruiseñor del día
Que con su cantar
En lo alto de las ramas
Despacio respira.
Allí te espero,
Bajo la luna,
Sinónimo de tu nombre
Que se aloja en mis letras
Escondido tras mis pensamientos,
Eterno secreto
Que en tus ojos descubro,
Ese cuyo nombre callo,
Rozas mi alma en mis sueños,
Y yo te sigo esperando
Bajo el árbol
Que da sombra al verde prado.

SILVER©

Noche infinita

Noche infinita donde se funden
Las gotas de la incesante lluvia,
Sonido monótono
Cómo acordes de un bajo
Que sacuden mis entrañas
Rumor erótico al vuelo.
Se reviven las flores marchitas
Cuando las acaricia el agua caída,
De tus manos cogen los colores
Amarillos y morados,
Creciendo en tu interior
La nueva primavera.
Ninfa del bosque verde
Que atrae el agua
Para los cerezos en flor
A los sauces que nunca lloraron
En el invierno que marchó.
Camino por esas veredas
Oyendo como se cuentan
Sus secretos las plantas,
Hablan de ti,
De cómo vuelves
De los rios transparentes
Con tus lágrimas,
De como pintas de colores
Los pétalos de las flores,
Primavera en las ramas
De los almendros florecidos.
Esmeralda entre las laderas
Del incipiente monte
Bajo la promesa del verano
Que bordará de oro
El contorno de tu cara
En cada nueva alborada.
Verde es el color de la esperanza
Que se reinagura cada mañana.
Vuelve a caer la lluvia
Vuelven a caer las gotas de agua,
Que cantan al atardecer,
En el silencio de la dulzura
De tu eterna mirada.

SILVER©

Por ti dama de la noche

Por ti dama de la noche
Estaré en ese rincón
Dónde las hadas bailan
Bajo la luna,
Dónde revolotean las ninfas a su alrededor
Y los faunos tocan sus flautas
Cuando el sol en los abismos se hunde,
Y en el mar las sirenas cantan
Su hipnotica melodía.
Y yo veo dentro de ti,
Tu esencia y tu alma
Ese ser que a los ojos se esconde,
La oscuridad nunca es total
Y hasta en lo más hondo de la tierra
Lucen inmortales las estrellas.
Por ti dama de la noche,
Los duendes del bosque
Me invitan a su humilde morada,
Invitándome a soñar,
A contemplar los luceros,
A sentir el perfume de las flores
E inundar la noche de velas,
A creer en la fantasía
Que cada atardecer despierta.
Para ti dama de la noche
Las dejo encendidas
Para que a lo lejos las veas,
Que te indiquen el camino
Y te traigan a mi puerta,
Las luciérnagas puntitos de luz
Arrancadas a la noche,
El sabor del vino dulce en tus labios,
La suavidad de tus manos en mi piel,
La luna traviesa
Ruborizada se esconde
Y tú sensual mirada
Me turba, me desarma.
Para ti dama de la noche,
La luna se peina mirándose
En el espejo de un lago
Y sus cabellos plateados
Tiñen las aguas con su reflejo,
Sonríe triste y sus lágrimas
Fecundan sus aguas
Y en cada lágrima una perla
Para que luzcan
En tu inmaculado cuello.

SILVER©

Ella no sabe

Ella no sabe,
Que engalana la vida
Con su mirada,
Su perfume enmascara
Al de las rosas cubiertas
Del rocío en la mañana,
Perlas azuladas y transparentes
En cada gota
Se refleja su cara.
Ella no sabe,
Que evoca mis pensamientos,
Rememora días de sol y esperanzas,
El ayer y el hoy
Llena los vacíos
Con sus miradas mudas
Quitando el velo de la noche,
Le habla al aire
Y el viento enmudece
Sometiendolo en cada palabra.
Ella no sabe,
Que en su caminar
Con paso ligero,
Es envidia de la tierra que pisa,
La despierta de su letargo
Sintiendo el frescor del alba,
Imponiendo su fortaleza.
Endulza el vino amargo
Cuando con sus labios
Roza la copa.
Ella no sabe,
Que recitaré su luz
Al compás de negras, blancas y corcheas,
Hoguera que alimenta mis suspiros
Donde nacen mis letras,
Tinta de mi pluma
El aleteo de sus pestañas.
Su boca mi refugio
Dónde oculto mis instantes
Convirtiendolos en flores,
Que en cada arruga cuando sonríe
La hace más bella,
Mariposa en el jardín de mi alma,
Ella no sabe
Que cuando oigo su risa,
La vida me llena

SILVER©

Es el silencio que murmura.

Oigo el silencio que murmura
Tu nombre cuando amanece
Envuelto en bellas palabras
Cuando despierto
Anhelando ese amor que me regalabas.
Mis ojos se acostumbran a la luz
Que entra entre rendijas
Y recreo tu cara en cada suspiro
Que de mi pecho escapa.
Oye tu el latido,
Sonido que huye
Desde ese rincón de mi corazón,
Suave latir que se extiende
Hacia el éter inmenso
Por la ventana en este nuevo día.
Nuevo albor de abril,
Brillo de esta primavera
Se renueva la esperanza
En cada brote de flor,
Delirio al esclarecer el alba
Extendiéndose la nostalgia
Y el sentimiento en calma.
La luna se resiste a abandonar el cielo
En el paisaje aún cubierto
Por su luz plateada,
Aura resplandeciente
Coronada por su faz
Cómo flor inmacula
Reflejándose como en un cristal al alba.
Se enlaza la brisa
Con las mariposas entre las flores
En coreografía con la aurora
Saludando los pájaros al nuevo día.
Léeme en cada estrofa,
En las letras que te escribo
Que en cada atardecer
Plasmo en lírico verso
Nacido y acunado en mi pecho.

SILVER

Quizás no haya un mañana

Quizás no llegue el mañana
Y el hoy se haga eterno,
Me encuentro sin encontrarme
En ese limbo entre te quieros,
No hay puentes entre el presente
Y ese futuro incierto.
No sé si quiero o no quiero,
Me invita, miro a mi alrededor,
Acaso me indica el camino
Que trazan tus ojos en la secreta luz
De tus profundas y negras pupilas
Sobre la tierra dormida.
No son mis versos
Ni unas humildes palabras
Escritas desde dentro,
Son los ecos de los latidos en mi pecho,
El fuego que alimentan mis letras.
Fui nómada por esos lugares
Dónde emigran los pájaros
Llevando mi soledad
A lugares más calidos,
Sin saber que la calidez
Está en la eternidad
Del amor de tu abrazo.
Creí ser dueño de mi travesía
De mi mundo inocente
Marcando la distancia
Entre horizonte y la firme tierra.
Y aquí sigo,
Mientras miro el puente
Entre el pasado y el futuro
Que quizás no llegue.
Espero tus manos tibias
Cómo inalcanzable fuente,
Sediento de tu amor
En esa crueldad intima.
Aire que se estanca
Proyectado los latidos
De un corazón accelerado.

SILVER

No son de oro.

No son de oro tus cabellos
Ni son como la noche
Sin luna en el firmamento,
Es el elemento dorado
Que está en tus adentros
Al cuidado de tu corazón despierto.
No son de oro tus ojos
Ni tan siquiera azul cielo,
Son negras tus pupilas
Que en las miradas
Se consumen ardiendo
Entre tus negras pestañas
Bajo tus negras cejas
Mientras al sol miras
Y sientes el viento.
No es de oro tu boca
Ni de rojos labios,
Es de un sutil color rosado
Coronada por perlas blancas
Cómo el nácar de las olas.
No llevas maquillaje dorado,
Petalos de rosa es la textura
Y el color de tu piel
Cuando acaricia tus mejillas.
Oro son tus besos, tu risa,
Tus miradas cuando me miras,
Tus manos cuando
Rozan mi cara
En una suave caricia.
Oro es tu pecho, mi nostalgia
Cuando no te tengo,
Resplandeces en la cima
Compartiéndola con los ángeles
Esparciendo fulgores entre los campos.
Oro es mi prosa
Cuando te describe
En las eternas hojas
De mi cuaderno que desnuda
En cada letra mis sentimientos,
Oro eres tú por fuera, por dentro
En la inmensidad del tiempo.

SILVER

¿Dónde estás niña?

Te busco entre la gente
Llenas las calles de ausentes miradas
Que como fantasmas caminan
Sin destino definido,
Te busco, no te hayo,
La multitud como un muro
Se antepone a mis ojos ya cansados.
¿Dónde estás niña?
Mándame una señal,
El mundo se empequeñece
Mirando a mi alrededor,
Buscandome te busco,
Extrañado y confiado
En volver de nuevo a verte.
Sueño entre las aceras
Con paso lento camino,
¡No llores niña!
Que nunca dejaré de buscar
Aunque se oscurezcan las calles
La luna me alumbrará.
Mi voz te llama
En esta hora póstuma
Dando paso a los suspiros
Que se escapan de la cautividad
Del tormento que los domina.
¿Dónde estás niña?
Mándame una señal
Que las envidiosas gentes
No me dejan mirar
Y yo deseando verte.
Te sigo buscando
Vagabundo entre la multitud,
Abismo que crean
El gentío entre los edificios
De esta gran ciudad.
Aquí estoy niña,
Mándame una señal,
Envíame el arcoiris
O deslumbra el cielo con tu mirar.
¿Dónde estás niña?
Mándame una señal.

SILVER

Soy y seré

La angustia recorre tu cuerpo
Quedándose quieta en tu mente,
Sin un suspiro que la alivie
Ni que mis manos las tuyas aprieten.
Borra el eco plácido de tu risa
Y ahoga tu alegría,
Yo quisiera encender ese fuego
De tu felicidad perdida,
Ser el muro que pare tus tristezas.
Agua, sol, arena;
Que en mi nombre
Te colme de dichas
Y mi alma sea tu refugio
Cada vez que quieras,
Ser la brisa suave
Que acaricie tus mejillas.
Barricada ante las batallas
Y de las tormentas que te ocasione la vida,
Ser el faro que te guíe
En esas noches oscuras
En las que caminas a tientas.
Te regalo mis palabras de aliento,
Las que salen de mis adentros,
Ser tierra donde se hundan tus raíces
Y alimenten con su savia
Las flores de tus ramas.
No te envuelvo con mis besos
Porque a lo lejos no te alcanzan,
Ser tus suspiros en la madrugada
Que disipe tu congoja
Y escuchar tus sentimientos
Vestidos con los ropajes del alma
Leyéndolos en tu mirada.
Ser estrella que mira al alba,
Las que nadie contempla,
Quizás no sea merecedor
De lo que tu corazón busca
Ni oasis en un árido desierto,
Solo seré ese instante
En que tú agonía
Se convierta en sueños.

SILVER

Crepúsculo sensual

Este sensual crepúsculo
Me invita a mil locuras,
A esos sentimientos escondidos
Tras la máscara de la indiferencia,
Esas palabras que se ocultan
Y por dentro queman.
Esa melodía que nació de un sueño
Meciendo el corazón
En una nova cautiva
Explosionando en el delirio de los besos,
En ese resplandor divino
Esparcido por la piel
Allanando el tiempo
En la cautividad del sentimiento.
Imagen mágica,
Musa celestial
Que por el horizonte asoma,
Y en el silencio de mis versos
A mi alma imploro
Fluyendo mis rezos.
Melodías que iluminan
Mis noches esparciendo fulgores,
Imploro tus miradas
Y la esencia de las flores,
Sin abrir los ojos
Cerrando los oídos
Al mundanal ruido,
Las palabras quedan atrapadas
En las páginas nómadas
De mi blanco cuaderno.
Palabras que solo se escapan
Cuando te sueño,
Salidas de ese rincón
Llamado pensamiento.
En esta primaveral noche
Azota el aire apagando las velas
Se cierne la oscuridad
Y yo me pierdo en un suspiro
Largo y profundo
Asumiendo el destierro de mis palabras
Que encerradas quedan
En mi pecho sin ser expresadas.

SILVER

Caminé tantos caminos

Caminé tantos caminos,

He andado senderos intransitables,

Contemplé inmensos campos

Llenos de flores

Luciendo todos sus colores

Para regocijo de mis ojos.

Me enfrenté al sol quemándome,

Perseveré en mis pasos

Para que me acercarán

Todos ellos al mar.

Hoy no tengo palabras

Para expresar

Lo que mis pupilas reflejan,

Ni hay suficiente arena

En esa playa inmensa

Para expresar lo que mi alma

Cada vez que te veo siente.

Trayéndome caricias nuevas

Caminé errante

Durante miles de noches,

Me indicaba la luna

El camino que al mar me llevaba.

En esa playa me siento

De arenas calientes y claras,

Contemplo como apareces

Emergiendo de entre las olas

Cómo diosa entre pobres mortales.

Sirena entre los corales,

Tu largo pelo

Sobre tus hombros cae

Cómo cascada bravía 

Protegiendo tus pechos

Del sol del mediodía.

Y yo me escondo de tu mirada

Que causa rubor en mis mejillas,

Vuelvo a sonreír,

Dejo atrás tantos caminos,

Campos y senderos,

Un pasado como vino agrio

Para beber de tus labios

La más dulce ambrosía.

SILVER

A la Magdalena

Me llegará el último aliento
Por donde se escapa la vida,
Y quisiera que fuese
Con el calor de tus ojos,
La sonrisa de tu boca
Y la suave caricia de tus manos.
Partiré feliz,
Mi mirada en la tuya
Mientras se disipa
Tu amada figura
Entre el limbo y la nada,
Retiraré las brasas
De ese fuego que se apaga.
Hilo vital que se quema,
Cuerpo que se convierte
En seco árbol cuyas hojas
Fueron arrancadas por el viento,
Mi espíritu se alejará
Lleno de felicidad y paz
Hasta un próximo encuentro,
Quizás en otros mundos
O allá arriba en el cielo.
No habrán llantos ni lágrimas,
Haced una fiesta en mi honor,
Ríe mujer, ríe,
Que ya no hay dolor,
No quedan sufrimientos
En estos clavos que atraviesan
Mis manos en el madero,
Una corona de espinas
Lacera mi frente,
No queda dolor
En este cuerpo muriente.
El día se quedará gris
Pero mañana lucirá el sol,
No llores mujer, no llores
Aunque muera inocente,
El cielo espera mi alma,
Llorale a la luna
Que cada amanecer muere.
Que cada gota de sangre
Que de mi pecho abierto caiga
Abone la estéril tierra
En en mi sudario crezcan
Las flores en las madrugadas.

A la Magdalena en el viernes de pasión.

SILVER