Voy divagando en este mundo
Que se condena así mismo
A la oscuridad más absoluta,
Yo enmudezco ante la hipocresía
Y la crueldad del ser humano.
Sufre las llagas de la insensibilidad,
Los valores van muriendo
En ese sentir del latido
De un corazón maltrecho
Y la liberación del cuerpo,
El sonido de una voz rota,
Prisioneros de la ambición
Con el dolor de un lamento
Emitido por el grito rebelde
De una alma descarnada.
Cuantos te quieros perdidos
Que no salen de un pecho abierto,
Son el aleteo de esa falsa sonrisa
Cómo las palabras vanas,
No hay jubilo ni anhelos
Expresados desde dentro.
No quiero abrazos de judas
Ni las negaciones como San Pedro
Quiero ese fruto
Que huele a fresco
La sinceridad de tu tacto
De seda, de terciopelo,
De noches de llena luna
A cielo abierto.
No quiero almíbar con veneno,
Prefiero esa humilde llama
De una vela de cera
Que alumbra en la oscuridad
Sin más presunción que romper
Esa noche densa,
Que sutilmente clarea
El camino del verde bosque.
Prefiero una indiferencia
Que un vacío abrazo,
No quiero apretones de mano
Sin la esencia
De una amistad sincera,
No quiero campos desiertos
Ni almas en penas,
Los quiero de flores llenos
Sin dolor, sin lágrimas,
Ni las despedidas de mi luna
Ni tampoco que el sol de ti
Nunca se despida,
Quiero la fuerza en la lucha
Y en cada palabra de ese amor
Que en la noche escribo
En la blanca página
De mi infinito cuaderno,
Escondida en la penumbra
Detrás de una dulce sonrisa,
Quiero verte sentada en la arena
Después de un largo día,
Para que le cuentes a las estrellas
El amor que por ti siento.
La infelicidad se disipe
En cada lágrima que al mar caiga
De tus grandes ojos negros,
Por querer quiero,
Que voy a querer
Si ya sabes lo que quiero.
SILVER©