Resuena el eco de tus besos
Esos que lanzas al vuelo
Que a su destino llegan
Y oyendo esos te quieros
Se embriaga el alma,
Se rompen las palabras
Dónde se rompe el silencio
Todo en ese breve momento
Sin escuchar el sonido
De las miradas fundiéndose
En un breve instante
En el que emprendimos el camino
Que anduvimos sin andar.
Y hay puerto donde fondear,
O quizás son azules prados
Donde volar sin alas,
Elevándose al infinito
Cómo naciendo la mariposa
De su blanca crisálida.
Es hermoso ese mar
Cuando lo miro a tu lado,
En el despertar del atardecer
Despertando a nuevos sueños
Oprimiendo el deseo
Mientras el sol se desvanece
Dejando paso a la noche silenciosa
En el encuentro entre mar y cielo,
Zarparemos en ese velero
Blanco como la espuma de nácar
De infinitas olas que golpea
Su quilla blanca.
Breves son mis versos
Cómo breves son las palabras
Mientras el sueño se hace patente
En la creciente luna,
Allá arriba, en el inmenso
Y oscuro firmamento,
No es tu nombre,
Son tus ojos, tu sonrisa
Que desvela la noche
Mientras yo te sueño.
Cómo luciérnaga,
Las velas desplegadas,
Puntito de luz en la lejanía
Arrancado a la oscuridad,
El sabor de ese cafe en mis labios,
En ese nuevo amanecer
Y el cálido roce, invisible,
De tus manos en mi piel,
La luna se esconde
Traviesa y ruborizada
Y el perfume de tu cuerpo
Embriaga la alborada.
SILVER ©
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