Poco a poco se irá despidiendo
Con un sentido y doliente silencio,
Cómo si nunca hubiese
Habido un pasado
En este mundo, en este tiempo.
Nunca se olvidarán esos momentos
Compartidos en ese largo camino,
Compartiendo los recuerdos,
Por si alguna vez me preguntan
Por quién mis ojos miran,
Les diré que es por la que
Alumbra de noche el cielo.
No habrá ni una sola despedida,
No habrá ni un solo adiós
Y aunque el caminar fuese lento
No será un lejano recuerdo,
Estará viva en el tiempo
Mi siempre adorada
Y eterna luna.
Ella guardará mis poemas,
Aquellos que escribí con esmero
Poniendo mi corazón
En cada palabra,
Mi alma en cada letra,
Yo sé que los leerá siempre
Con el corazón abierto
En ese viejo cuaderno
Donde plasme todos y
Cada uno de mis sentimientos,
Guardado en esa vieja estantería
Sin más lujos y único testigo
Que el polvo acumulado
En sus blancas hojas
Llenas de todos mis sueños.
Y la noche se enrosca
En torno de tu aura,
Rompiendo la oscuridad
Corren las horas,
Los búhos despiertan
Rompiendo la monotonía
De la oscura noche
Ululando a la luna.
Se oye el eco del sonido
Del agua que cae en la fuente
De un cercano parque,
Como si fueran un murmullo
Sus aguas cristalinas
Forman círculos perfectos
Con cada gota que cae
Dando la bienvenida
Al nuevo y soleado día.
Las estrellas se apagan
Y el tiempo parado en torno mio,
No hay brisa, la luna busca
Su eterno lecho,
De nuevo la trémula noche
Cierra sus puertas
En torno a la oscuridad
Para abrir las ventanas
Al día que asoma en la lejanía.
La luna me sonríe y se despide
Besándome la frente,
Las hadas y las ninfas
En los huecos de los robles
Buscan las suaves hojas,
Se recuestan plácidamente
Y la vida surge en la alborada
Cuando los rayos de sol
Que de nuevo penetra
A través de mi ventana
Para abrazar a la luna,
Que plácidamente duerme
En mi deshecha cama
SILVER©
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