miércoles, 30 de septiembre de 2020

Música que alimenta los sueños.

 

Música que alimenta los sueños

Donde la melancolía escapa

En cada nota cuando suena

En la noche, trayendo recuerdos,

Recostándose en tu seno,

Dora suavemente el terciopelo

Escondiéndose tras el canto

Levantando el alma al cielo.

Música que las aves callan

Al terminar el día,

Enmudece la cigarra

En las horas del silencio,

Se oye solo la cantarina risa

En el hechizo de tu boca,

Y se hizo el beso compuesto 

Entre las negras y blancas

E interminables silencios.

Música que espera el plenilunio

Desafiante en el tacto

De la luna en el firmamento,

Testigo de los abrazos en la oscuridad

Y yo en tu piel escríbiendo,

Se resucitan los sentimientos

Alsándose cuando suena 

La música apoderándose

De la locura de los eternos momentos.

Si algún día yo pudiera

Escribir esa partitura

En la misma clave de sol

Yo invitaría la clave de luna

Infinita en su pronunciamiento,

Infinita melodía de un corazón

Siempre abierto,

Si algún día yo escribiera un poema

Se fundiría con la música

La canción más bella

Jamás escrita por la mano

De un mortal letra a letra.

Música que pertenece al oído

Y al corazón que la escucha,

Un Orfeón de ángeles

Que cada noche me hace poeta,

Aunque mi voz no pueda

Suavemente a tu oído cantarla

Dejaré con mi sangre plasmada

Cada nota y letra

Que tus ojos me causan.

Música cuando me susurras

En nuestras rotas madrugadas,

Inagotable como un río

Cuando las notas se escapan,

Y yo me duermo después

De oírlas en el silencio de la noche,

Notas cantarinas que de ti

Al amanecer se escapan.


SILVER ©


martes, 29 de septiembre de 2020

Nos arropa la noche

 

La noche nos arropa 

Con su manto y la luna

Dando luz a escondidas

En ese silencio que nos contempla,

Distante desde la lejanía

Que a oscura se palpa

En la profundidad del deseo

Y en unos ojos sin palabras.

¿Cómo explicar?

Que se expande el roce 

Sobre tu piel de seda,

Con las libidosas caricias

De mis manos sedientas,

Persiguiendo el gozo

De nuestros cuerpos

Entre las sábanas blancas,

Ocultos en la oscuridad de la noche

Sin tiempo, desde lo más

Profundo del ser abriendo

Las puertas del cielo.

Creciendo las ganas,

Humedeciendo los latidos

De unos labios entreabiertos

Que conforman la imagen

Del estado puro del deseo,

Fundiéndose las miradas,

Alcanzando la cima de dos montañas

Que se elevan desde la planicie

Donde late un corazón

Que se llama pecho.

Cuántas preguntas,

Cuántas sensaciones se acumulan

Dando comienzo el baile

De dos cuerpos que al unísono

Desnudos almas y cuerpos,

Se contemplan extasiados

En el fuego que emana

Desde sus más íntimas entrañas,

Besos, bocas que se entrelazan,

Caricias que abrasan,

Gemidos y te quieros,

Sin disfraces en el resplandor

Que los refleja en la pared blanca,

Tiempo que no expira,

Se hace eterno el abrazo

En la intimidad de la alcoba.

Cómo las olas que se adentra

En la arena una y otra vez,

Se impregna de su aroma fecunda

En el vital latido del embrujo,

Bebiendo el elixir que renace

Cuando vuelve el deseo 

Melodías que se encadenan

En el fragor que asoma,

Revuelo de sábanas

En el juego del amor

Cuando nace la madrugada,

Extasiados y cansados cuerpos,

Sudorosos y pausados,

Un abrazo, dos almas en una,

Que sueñan en el próximo

Y deseando encuentro.


SILVER ©


lunes, 28 de septiembre de 2020

El sabor de la madrugada

 

Compartimos el sabor

De la madrugada cuando

Parpadean las estrellas,

Cómo amantes furtivos,

Bebiendo café en la misma taza,

Beso tierno de ese aroma

Que causa la noches antes

Del nuevo amanecer.

Compartimos las palabras

Que la noche oscura nos regala

A escondidas, el alma,

Cierras mis párpados

Con tus suaves manos,

Impregnando mi corazón,

Impregnando mi cuerpo

De ese elixir, pócima

Que cura mis desvelos,

Siento tu sonrisa sin verte,

Ese licor que sediento bebo,

Sabor a madrugadas

En el aquelarre de los te quieros.

Luna llena que invita

A bailar con frenesí

Al rededor del fuego

Agitando el deseo,

Convirtiendo la danza,

Invocando los silencios

En un conjuro de amor y sexo.

Compartimos insomnios,

Largas noches en la semi oscuridad

Donde solo lucen las velas

Y el caldero humeante

Huele a café recién hecho,

Socavando las palabras

Que en un murmullo expresas

Embrujando mis sentimientos

Leídas en el libro

De tu corazón como hechizos.

La noche se escapa,

Rompes las madrugadas

En un grito de victoria,

La pasión desenfrenada

Que clama al cielo 

Mística está la noche,

Conjugandose etéreo tu cuerpo,

Como una aparición entre

Las brumas de mi conciencia

En una dulce Herejía.

¡Oh luna!

Que platea el desierto

En esta noche de brujas,

Cuando son las doce

Bailaremos al rededor del fuego

Invocando a los seres que se esconden

En las tinieblas del sueño,

Donde tú y yo nos encontraremos

Cuando se apaguen las velas

Y se enciendan los cielos,

Detrás de la luna tú y yo,

Para que nadie pueda vernos.


SILVER ©



domingo, 27 de septiembre de 2020

El silencio del crespusculo

 

El silencio del crepúsculo

Se va apoderando de las calles,

Un suspiro se escapa

Al acabarse el día,

Palpita en la dulzura

Que me eleva, transparente

Reverberando en las estrellas,

Lo que anteriormente escribí

Queda lejos en la memoria

Y hoy son mis nuevas letras

Lo que mi alma expresa,

Mes de septiembre que se adentra

En octubre para regocijo

De una nueva entrega

De mi humilde prosa.

En el silencio de la noche,

En ese silencio miro la luna,

Tan cerca, tan lejos,

Aunque solo el aire nos separa

Próximo al vacío

Que me impulsa a tomar vuelo

Hacia su plateada aura.

Eterna en el amor;

Cómo reina en su celestial trono,

Esa Rosa blanca que luce

En lo más alto,

Reina en toda la eternidad,

Volando iría, raudo, veloz,

Entre bosques y valles,

Montañas y desiertos,

Pero sigo escribiendo

Porque a mi espalda 

Las alas no nacieron.

En ese mismo silencio

Que hoy no me habla,

Quizás me hable

A través de mi pluma

O en la inspiración

Que me causa su mirada

Descarnando la noche

Con sus rayos reflejándose

En nuestro mar inmenso.

Me enseñó a sonreir

A pesar de las rabiosas olas,

Cambió mis tormentas

A la mar calma,

A gritarle a la vida

Devolviéndome aquella

Juventud pérdida.

Ese mundo de silencio

Sentado en la silla

Rota por el tiempo,

Se enfrentó a la realidad

Bailando bajo la lluvia

Esparciendo por doquier

El perfume de su cuerpo.


SILVER©

sábado, 26 de septiembre de 2020

Agua salada

 

Agua salada que enreda tu pelo

Con las olas susurrantes

Entre el sonido de las caracolas,

Manos paganas que lo rizan,

Cómo plegarias, cómo canto

En ese océano profundo como templo.

Mar bravío que alimenta el alma,

Jugando con las nubes

El perseverante viento,

Luciendo sus colores al atardecer,

Sin eco mi voz, sin oírme me quedo,

En esos atardeceres locos

Cuando el sol va declinando

Mendigando tus besos.

Silenciosa, nadie la oye,

La luna asoma en el horizonte

Cuál ninfa de las profundidades

Con su vestido de plata,

Su larga cola sobre las aguas,

Tul y perlas sobre su pecho,

Retrato de la mujer de mis deseos.

Renace cada noche;

Engalanado de corales sus cabellos,

Inspira cada noche mis palabras

Dueña es de mis versos,

De ese mar, de esa arena,

Cómo sirena que con su melodía

Me embriaga, seduce mi alma,

Cuando me mira, mi tormenta.

Cuaderno de Pitágoras

En el cual escribo mis lamentos,

Escribo mis sentimientos

Entre mar y cielo,

Esa hermosa luz en el horizonte

Que causa mis desvelos.

Y hacia allí partiré;

Mar en calma, a favor del viento,

Hinchando las velas

Sin más rumbo que la estela

Que va dejando en el mar

El faro de tus ojos

Y mi puerto tu pecho.

Soñando diviso tu sonrisa

Oyendo a lo lejos la música

De tu canto en el océano,

Se trasmite llevado por la olas

En su cresta de blanco coral,

Hasta mi blanco barco

Que como corazón solitario

Busca sin cesar su refugio

Cuando navega en ese mar

Embravecido por los elementos.


SILVER


viernes, 25 de septiembre de 2020

Ese bosque

 

Ese bosque que espera

Los murmullos de la brisa,

Mientras dejan caer

Los árboles sus hojas

Y se marchitan las flores

Que no lucirán tu cabello.

Sembrado de pétalos y hojas

El camino que me lleva

Cuando va anocheciendo,

Sin brújula, sin estrellas,

Solo con el brillo de tus ojos,

Peregrino en esa senda

Me conduce a tu vera.

Ese lugar sagrado,

Ese corazón que me invita a la vida,

Templo misterioso

Que mil y versos inspira,

Desnuda mi alma

Y hace fluir con fuerza mi sangre.

Cuando crecen mis palabras

Que despiertan de su letargo

Poniendo de manifiesto

Tu nombre en cada trazo

Sin que lo pronuncie mis labios.

Y se hace de noche;

Contemplo la llena luna

Plateando las copas de los árboles,

Filtrándose entre sus ramas,

El verde se torna plata

Desafiando las furtivas miradas,

Donde solo se oye

El sonido dulce de la noche.

Hagamos que sea infinita,

Sin la espera del mañana,

Aunque el sol impaciente

Espere a la luna en su tardanza,

Acompañada de hadas y duendes

Tocando los faunos sus flautas.

Las luciérnagas traviesas

Cada noche renacen

Alumbrando los rincones

Y los senderos del bosque,

Acarician tu cara con su aleteo

Haciendo brillar tus ojos

Y la luna cierra los párpados

Ante tu dulce brillantez

Rindiéndote homenaje

Cuando la madrugada se rompe.

El carmesí de tu boca invita

Entre caricias y risas

A volar libre entre tus besos

En el sentir de nuevas sensaciones

Que a escribir me inspira

Cada noche, en el momento

Que pierdo la noción del tiempo. 


SILVER©


jueves, 24 de septiembre de 2020

Se fué el verano

 

Poco a poco el verano

Se fué despidiendo

En un sentido, doliente

E impenetrable silencio,

Como si nunca hubiese pasado

Por este mundo,

Por este tiempo.

En estas soleadas tardes

El aire fresco que acaricia

Mece suavemente las olas

En esas playas doradas,

Me siento en la arena

Viendo como el sol dora,

Esos momentos en que el tiempo

Quieto y mudo queda,

Y a esas horas cobra sentido

Esas pequeñas cosas

Que te regala la vida.

No habrá olvidó después

Del largo camino,

Se fué sin una despedida,

Sin un hasta luego

Y guardando los recuerdos

Para recordarlos en el invierno,

Dejaré que fluyan sin más demora,

Que se escapen y compartidos

Con nostalgia y proyectos

En las frías noches 

De este otoño nuevo.

El sol tímido y silencioso

Acorta su camino

Lento y fatigado

Buscando detrás de sus rayos

Antes de hundirse en el abismo

De ese mar que me fascina,

La visita de la luna.

Me quedo absorto

Del color que da la noche,

En el otoñal atardecer

Mientras las estrellas

Tintinean en las alturas

Mientras queden esos poemas,

Esos que escribí con esmero

Poniendo mi alma, mi corazón

En cada letra.

Los mirlos van entonanando

Con sus trinos una canción de cuna

Mientras desde lo alto miran

Como las estrellas tintinean

En la cúpula del firmamento,

Y conforman mis palabras

En la misma orilla del sueño,

Con mi voz callada

Y con el sutil soplo del viento,

Esculpir a la misma vez

Todas las quimeras.


 SILVER ©

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Me pregunto a veces

 

A veces me pregunto

Si es para emprender el vuelo,

Si me llevará a algún lugar

Donde el silencio me mire

Desde esa profundidad

Inquebrantable de los instantes

Que no saben contestar

A todas esas preguntas

Que se quedan huérfanas

De las respuestas desnudas.

Quizás ya sea tarde

Y los dioses se vuelven

Mudos, sin palabras,

Ocultando la luna llena

El sol, todas las estrellas

En ese tiempo remoto

Que oscurecen los instantes

Mientras yo extasiado las contemplo.

Mil batallas en ciernes

Entre la mente y el alma

Sin que hayan vencidos

En ese manifiesto destino

Ingrato y oscuro

Que me devuelve ese embrujo

De la luna plateada y llena.

Luz en cada pliegue de su piel

Que me seduce y atrapa,

Ese lugar donde van los sueños,

En esta noche que empieza,

Azul donde se reflejan

Tus negras pupilas

Cómo en tu pelo

Que yace a tu espalda

Mientras miras las estrellas.

Cuántas preguntas sin respuestas,

Tanto soñar teniéndote cerca,

Cuántas veces he perdido la cuenta

Sin poder ofrecerte

Mirando a tus ojos

Lo que mi alma expresa

En estas pocas letras.

Siento tu dulce palpitar

De tu mirada en la mía,

Y yo sonrío en mis adentros

Cuando susurras

A mis oídos tus secretos,

Pensamientos que todo lo dicen,

Caricias a un corazón sediento

Con la suavidad del terciopelo,

Esa soledad que se disipa

Por cada sonrisa que me regalas

Alumbrada por la luz de luna

Después de las lluvias.

Labios que expresan,

Labios que en silencio aman,

Aleteos de mariposas

Son tus largas pestañas

Disipando las nostalgias

Esculpidas a través del tiempo,

Tiernas caricias,

Música en tu voz cuando

En la oscuridad me hablas.


SILVER©


martes, 22 de septiembre de 2020

Tu resplendor luna

 

La noche no oculta tu resplandor luna,

Ella se apaga y tú te enciendes,

Los dones del tiempo

Encienden los sentimientos,

La música, la palabra,

El viento que se esparrama

Y cede el paso al verso,

Que puso en mi boca

Deshaciendo las sombras

Que sin espéralo me alcanza

Para plasmarlo cuando te veo.

Me llama el destino,

Me alcanza la noche

Y las esmeraldas verdes como un prado

Que se siembra en primavera,

Ese sueño que el corazón colma

Perpetuo que cada noche,

Que cuando se apaga renace

Antes mis ojos, aliento fresco

De las madrugadas silentes,

Ruegan los suspiros que se escapan,

Canto que resuena por todos

Los rincones de una habitación

Alumbrada por velas

Haciendo bailar las sombras

De dos cuerpos al unísono

Entre blancas sábanas.

Se apaga la noche, se enciende la luna,

La cadencia en el azul de los sueños

Alcanzando el sentido

Del verbo que se escribe

Solo cuando te pienso,

En esa cristalina presencia,

Cuando en mi prosa te hablo.

Noche apagada, encendida la luna,

Llegas y yo esperándote

Como un infante hambriento

Los senos fértiles de su madre

Para beber el vital líquido

Que sustentan su vida,

En el instante que su boca

Se adhiere a su pecho.

Noche fecunda, luna encendida,

Hijas de una inmaculada

Oscuridad que nace

Después del atardecer

Cuando el sol se escapa,

Pausa de la luz,

En esta última tarde

Busco el fervor de tus besos

Que me atan a los sueños,

A la palabra que tiembla

Cuando al instante escribo,

En el gozo, en la satisfacción

Cuando lo expongo 

Ante tus bellos ojos.

Noche trémula, luna encendida,

Noche para las fantasías

Y sentir como van creciendo

A medida que nacen las horas,

Avanza la luna en el cielo,

Sentir cómo va creciendo

Los deseos, los sentimientos.


SILVER ©


lunes, 21 de septiembre de 2020

Otoño

 

Los colores del otoño

En todos sus matices

Desnudando los árboles,

Regando la tierra

Cuando la noche se enfría,

Noche que me inspira

A escribir, a hacerme poeta,

Tú haces que el atardecer

Haga de mis letras poesía

Escrita desde mi mano

Que como girasoles al sol

Se vuelve a la luna,

Cómo agua que colma mi sed,

Fuego que sacia mi alma,

Luna que mis noches alumbras

Fuente de la cual brota mi prosa,

Fresco rocío que inspira mis días,

Destino que el amor me depara.

Los colores del otoño,

Esos naranjas, rojos y ocres

Que crean nostalgias,

De ausencias que se confunden

Divagando en el crujir de las hojas

Caídas en las aceras,

Caminando, respirando el hechizo

De tus acariciantes manos

Que guardan el poder

De todas las dulzuras.

Pones el color al otoño,

Humedeciendo la tierra que aguarda

A expandir el perfume

Y caminando por esas calles grises

Coloreando los sentimientos

Entre caricias, risas y besos,

Se funden las manos

Al calor de los suspiros

En esos segundos que escapan

Extendiendo el pecho.

Otoño que todo lo aplicas,

Menos las miradas furtivas,

De labios entreabiertos

Esperando el dulce beso

Aún guardado en tu boca.

Claman las cigüeñas en lo alto

Batiendo sus alas para su regreso

A esas lejanas tierras

Huyendo del duro invierno,

Cómo yo a ti siempre vuelvo

Para refugiarme en el calor

Del abrazo de tus pechos,

Otoño que se cierne

A nuestro alrededor

Pintando los árboles,

Ardiendo de rojos su copa

Que junto al sol colorean el cielo.


SILVER ©


domingo, 20 de septiembre de 2020

Bailar

 

En esa constante armonía

Que se crea en la música

Cuando se detiene el silencio,

Se oye tu voz callada

Y paro el tiempo 

Para poder mirar

Cómo contoneas tu cuerpo

Y lee los versos que escribo,

Con solo pensar en esos momentos

Juntos a mis sueños y deseos

Cuando cierro los ojos

Escucho la dulce melodía,

Momentos que se quedaron guardados

Como ecos del pasado

Quebrantado por las palabras

Que cada noche plasmo.

Cierro los ojos, tu voz oigo

En esas ausencias en que el aire

Estático se queda

Y el vacío todo lo llena

Desafiando la distancia y el tiempo,

Rodeado de una nada truncada,

Pero nada importa bailaremos

Bajo esa luz de luna

Que aparece en el destello de la noche

Y son tus labios que anidan

Dibujando una sonrisa

Entre las nubes del cielo.

Bailaremos hasta el final del tiempo

Con tus veladas caricias

Sin manos, solo con tu voz,

Suave y plácido susurro

Que compondrá la música

Presentes en mis mañanas

Que invoco cada noche

Y escribo en pocas letras

Que mi voz no expresan

Pero si la luz de mi alma

Para dar brillo a tu sonrisa.

Es tu voz, tus labios, tu mirada, 

Que dan color a la noche

En ese preciso momento

Cuando se apaga el día

Y mi prosa cobra vida.

Bailaremos hasta el final del amor,

La suavidad del tul 

En la media noche

Deja vislumbrar tu cuerpo

En constante movimiento

Perdido en el abrazo,

En una infinita caricia

Iluminado tan solo por la luna,

Las hadas se esconden

Tras sus rayos imitando

Tus movimientos y se confunden 

Tímidas entre las nube

Bailando entre las estrellas

En este danzar cuando

Se va acabando el día,

Bailaremos...bailaremos...

Cada noche, cada mañana

Hasta el final del tiempo


SILVER©


sábado, 19 de septiembre de 2020

Cuanto silencio

 

Cuánto silencio que una mirada alienta,

Cuanta poesía en tus ojos

Donde me pierdo mientras escribo

Esas palabras que no te hacen justicia,

Y mi prosa rompe la noche

Mientras a lo lejos te pienso,

Esa mudez de mis palabras

Que se escapa en la oscuridad la luna,

Callado quedo mientras contemplo

En la habitación entre penumbras

La desnudez de tu cuerpo

Que plácida duermes

Envuelta en el tul de la noche.

Quizás romperán mis labios

Ese caudaloso silencio,

Que pesa como loza mortuoria

Sobre mi corazón, sobre mi alma

Que gritan desde las profundidades

Del mismo tiempo,

Encontrando el vacío

De la soledad de mis palabras,

Dejamos sin voz las mañanas

Que de la noche huye,

De la línea oscura del firmamento

Después de su andar la luna

En el inmenso cielo.

Silencio que sacude mi sueño,

Interminable que abraza

Con alas invisibles mi cuerpo,

Noche mezclada con el reflejo

De tu mirada en la mía

Cómo luna cuando en ti

Clavo mis cansados ojos,

Magnífico momento

Cuando clarea el alba,

Ese silencio que contemplo

En esas nubes rosas de la alborada

De las mañanas cuando despierto.

En esa quietud de los primeras 

Luces que en horizonte asoma,

A resguardo entre tus brazos

Espero que se ilumine el día

Y los pájaros a coro cantan

Al nuevo amanecer que se avecina,

Y el eco de tus suspiros 

Resuenan como campanas

Anunciando la nueva mañana,

El mirlo en su infinita melodía

Cantan y canta, como una nana

Para que se duerman

En la oscuridad del bosque

Los faunos, los duendes y las hadas.


SILVER©



viernes, 18 de septiembre de 2020

La soberana del cielo

 

Anochece; la luna poco a poco

Va perdiendo su redonda forma

Después de haberse escondido

Entre las sombras de la tierra,

Detrás, inalcanzable a los rayos 

De ese sol que se hunde

En la línea del mar,

En el inmenso horizonte.

Espíritus alados la rodean,

Rindiéndole pleitesía las estrellas

Cómo soberana del nocturno cielo

Con sabor a sal que se perpetua

En las salinas tierra adentro,

Con un blanco fantasmal

Reluciente como diamantes infinitos.

Susurros nocturnos que me seduce,

Que se elevan como el humo

Hacia los confines de la noche,

Cierro los ojos, me transportó

Hacia ese mar que me espera

Junto a la luna blanca, eterna,

Esencia de la vida, de las mareas.

Y aquí me quedo, dibujando al viento

Un cometa que surca sin rumbo,

Sin pedirle un deseo,

Me quedaré dormido

Mirando el techo estrellado,

Cómo ese rocío en la madrugada

Refresca mi piel, mi cara,

Y tú luz se desliza en el mar en calma

Para llegar a mi, mientras te espero.

Noche trémula que se escapa

Juegan las hadas entre las nubes,

La brisa levanta espuma

De nácar en las olas,

Reflejándose la luna sobre su manto

Y los astros enmudecen

Mientras caminas descalza

Sobre la arena de nuestra playa.

Haciendo temblar los pasos

En la quietud del atardecer

Que conducen a la magia

Del mar en su plenitud,

Te miro sin que me veas

Entre las sombras que se avecinan

Cayendo la tarde silenciosa

Oscureciendo la blancura

De las crestas de las olas,

Oscurece, se va la tarde

Poco a poco la luna

Va perdiendo su redonda forma

Para esconderse después

Entre la luz de mi Alma


SILVER©


jueves, 17 de septiembre de 2020

Quisiera decirte

 

A veces quisiera decirte

Tantas y tantas cosas

Que no me salen las palabras,

Que me gusta caminar en la noche

Por esas calles iluminadas

Cuando las personas se recogen

En la intimidad de sus casas,

Esas calles cuyo brillo

Se refleja en los cristales

Y resuenan mis pasos

En esos adoquines mojados.

Que paseo sin rumbo fijo

Tan solo por el simple placer

De sentir la fresca brisa,

Sin dirección, sin rumbo,

Sin ir a ninguna parte,

Pisando esas aceras

Contando absorto las estrellas

Con la creciente luna.

Saludando al azul oscuro,

A las bandadas de pájaros

Escondiéndose en los arboles 

Y posados en las ramas

Entres las hojas verdes,

A veces quisiera decirte

Tantas y tantas cosas

Que no me surgen las palabras

Como camino y si me dejarás,

Cubriría el suelo de los pétalos

De la flor de azahar

Cuyo perfume se fundirian

Con el de tu suave piel,

Y te envolvería entre tules

De miradas tiernas,

De besos entregados,

De cómo se depositan 

Mis más íntimos pensamientos

En mi corazón entregado,

Cómo en tu larga melena

Vaporosa al viento

Y de la negra la tinta

Con la cual te escribo.

A veces quisiera decirte 

Tantas y tantas cosas

Que mi boca se queda muda,

Que esas calles que piso

Con paso lento y pausado

Me pierdo en las horas

En ese ruidoso silencio,

Liberándome por momentos

De las ligaduras de la conciencia

Para moldear nuevos futuros,

Que mis más efusivos te quieros 

Se quedaron guardados,

Escondidos en un baúl

De perfumado cedro esperando

Para por ti ser encontrado

Cada día al despertar el alba,

A veces quisiera decirte

Tantas y tantas cosas

Que mi boca calla.


SILVER©

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Barquito de papel

 

No es que mi mente rechaza

Lo que mi corazón desea,

Piensan al unísono

En lo más profundo de mi alma,

Escribo lo que siento

Por no olvidar, lo dejo en el recuerdo.

Solo me siento

En una playa bañada

Por las frías aguas mientras pienso

En hacer un barquito de papel

Que navegue a merced del viento

O que las corrientes marinas

Lo lleve muy lejos,

Y será de una sola hoja

Donde escribiré mi último verso.

No olvido, ni olvidaré

Lo que escribo en ese momento

Cuando cae la tarde

Cómo una adicción perversa,

Bailando locas mis letras

Entre mis dedos agarrando mi pluma,

Me alegro cuando llega la tarde

Y la noche muy cerca asoma,

Mi mente se revoluciona

Recostado sobre la arena

Cierro los ojos y me dejo llevar

Por el murmullo de las olas.

Mi corazón se acelera

Bombeando sangre a mis manos

Y como escritura automática

Escribo, y escribo como poseído,

En mi te siento, muy adentro,

Surgiendo entre mis letras

Extendiéndote entre los renglones

De mi blanco cuaderno

Herido por la tinta negra

Sin un quejido, sin un lamento,

Para ser ese barquito 

A merced del viento,

De los sentimientos que del corazón

Que empujados por la brisa

Hacia el horizonte se aleja.

Las lágrimas del cielo

Llorando las ausencias,

En cada lágrima el deseo

De volver a sentir tu presencia,

Besos que dan a la tierra,

Devolviendolos en mil flores,

Aromas en el aire,

Cómo el perfume de tu piel

Perfumando mis hojas de papel,

Cuando te escribo en la noche.


SILVER©

martes, 15 de septiembre de 2020

Paras, todo lo paras...

 

Paras el tiempo en las madrugadas

Cuando el silencio discurre

Entre las sombras de la noche,

En esas conversaciones que nos atrapan

De viajes, de sueños y quimeras,

En la calma algodonada de la luna,

Se desperezan las hora

Cuando despiertan a lo lejos los búhos.

Paras el tiempo en las madrugadas,

En el latir de nuestros corazones

Cerniendose en los albores

Antes de que nos llegue el sueño,

Ofrenda en el cáliz de tu boca

Que me ofreces fulgurante

Empapándome de amor y vida,

Desnudo mis sentimientos

En la hoguera de tu cuerpo,

Paras el tiempo en las madrugadas,

Paras las golondrinas que vuelan

Hacia tierras lejanas

Buscando la eterna primavera

En su vertiginoso vuelo.

Paras el tiempo en las madrugadas,

Paras el aire que sopla

En la cima de la montaña

Estrenando su pureza en la mañana,

Quedando sin aliento mi pecho

Cuando liviano un suspiro se escapa,

Paras el azul de las madrugadas,

Visión, emoción que me embarga

Al contemplar tu cuerpo

Entre mis blancas sábanas,

Quieto, inmóvil, aguardo

Mientras cuido tu sueño

En la mudez de ese tibio sopor

Que se adueña de mi dulcemente

Esperando el luminoso amanecer.

Paras el tiempo en las madrugadas,

Paras los ríos en su viaje

A ese océano inmenso

Mezclándose mar y cielo,

Paras el sol al amanecer

Para que se haga perpetuo,

Paras el tiempo para que no

Platee mis oscuras sienes,

Que se expanden como el fuego

Cómo la luna expande sus rayos

Sobre el mar, sobre los prados

Cómo de plata cascada.

Paras el tiempo en las madrugadas,

Quitas las tristezas de mi alma.

Pones palabras que expreso

En la tinta de mi pluma

Para que las escriba en la noche,

Oración que invoca tu nombre

En cada estrofa en esta hora 

Inquieta cuando el sol se apaga.


SILVER©


lunes, 14 de septiembre de 2020

Enciendo unas velas

 

Enciendo unas velas para las ausencias,

Tras las ventanas se oye el viento

Que suena como mi propia voz

Convertida en la tormenta

Que causa en mi tu cuerpo,

Amenaza lluvia el cielo

Cómo las lágrimas que un día

En los tuyos mis ojos vieron.

¡Diablos!

Caen las gotas de lluvia

Cómo resplandecientes perlas,

Huele a tierra mojada,

Oigo el sonido de las pisadas

De las gentes apresuradas

Para entrar en los portales

Y resguardarse del agua.

Noche que duele la lejanía

Sujeta en el preludio de la tormenta

Que hace versos en tu belleza,

Oscureciendo mi habitación

Tan solo alumbrada 

Por la luz tenue de las velas.

Encenderé esas velas,

!llueve y llueve!

Escapando el estío a cada gota,

Abriéndo las puertas al otoño

Ocultando la luna creciente

Que anoche contemplamos

Entre las calles vacías.

Los árboles desnudan sus ramas,

La lluvia golpea los cristales

Haciendo más negra la noche,

Más largas las madrugadas

Haciendo del silencio un grito

Agitando los abismos del alma.

Llueve, llora el cielo,

La tierra acoge sus lágrimas,

Se empapa de su humedad,

Hacen brillar los adoquines

Que nuestros pies pisaron

En la noche callada.

Encenderé esas velas

En esta noche gris y oscura 

Cuando se acaba el verano,

Alejándose la luna pálida

Después de mostrar su iluminada cara

Abandonando su lugar en el cielo,

Disfrutaré de la llovizna

Que cae con desgana,

Perlas de vida que la tierra humedece,

Enciendo esas velas

Cuyas llamas oscilan

Por nuestra respiración cercana,

Alumbran las almas, los sueños

De dónde no quiero escapar

Cuando en la pared

Como sombras chinas

Se dibuja tu figura.


SILVER©


domingo, 13 de septiembre de 2020

He probado

 

He probado el sabor 

De las madrugadas coloreadas

Las miradad a oscuras,

Mil historias contadas

Cuando empieza el sol a aparecer.

He probado esos besos

Que venieron luego,

Las caricias en tus manos,

Gemidos que ruborizaría el cielo

Entre los silencios del amanecer

Con sabor a jazmín y a miel.

Sonarían las campanas

En lo alto del campanario,

La luz filtrándose por la ventana

Hiriendo la oscuridad de la habitación,

Sonriendo al nuevo día

Cerrando tus párpados con mis labios.

Esos primeros rayos impregnados

Del suave perfume de tu piel,

Que probé susurrandote

Mientras duermes

Al oído como una plegaria

Elevándose al cielo infinito,

Quizás la oirían los dioses

Mientras yo en voz baja las murmullo

Para que solo las oiga tu alma.

Quizás solo sean los sueños

Inconclusos a través del tiempo,

En ese vacío que se torna melodía

Haciéndose un hueco en mi pecho.

Y yo he probado

El dulce sabor de tus madrugadas

Que nos mantendría despiertos

Entregados en alma y cuerpo,

La claridad que emana tu rostro

Se expandería mujer

A través del tiempo y del espacio

Este corazón que rejuvenece

Cuando lo inundas 

Con la luz de tu mirada


SILVER©

sábado, 12 de septiembre de 2020

Allí frente al mar

 

¡Allí, frente al mar!

Mis palabras las envío

Al aire como tiernos besos,

Notas de una infinita melodía

Que junto con la brisa

Rozan tus mejillas

Para que sepas que son mis besos,

Luz intensa y cálida,

Suave y perfumada

Que como terciopelo te envuelve

Con infinita ternura.

¡Allí, frente al mar!

Me regala la noche tu perfume,

Embrujo de unas calles antiguas

Que transita entre las sombras,

Hermosa y sublime,

La luna esquiva se esconde

Tras el oscuro horizonte

En este septiembre que ha llegado,

Entrando discreta su luz

Sonriendo a través de las nubes,

Absorto quedo mirándola,

Sin poder escapar a su hechizo

Guía mi pluma entre las líneas

Cuando le escribo.

¡Allí, frente al mar!

Brilla más intensamente

Al albor de día

Cuando se vislumbra el amanecer

Y el alba se sonroja

Con los primeros rayos

Pintando de rosa las nubes

Llenando de colores los prados,

Escondiéndose la luna

Deseando el sol su regreso

Plateando el azul del mar.

¡Allí, frente al mar!

Me siento pensativo

Imaginando su pelo mecido

Por la marina brisa,

Dónde se desvanecen soledades

Tendida en una alfombra

De rubia arena

Escucha las voces de las olas,

Soñando en esas aguas

Rizadas por el viento,

Naciendo de sus playas

Perfumada de nácar,

Paciente mirando quedo

Mis ojos frente a la lejania,

Quieto quedó, inmóvil,

¡Allí, frente al mar!


SILVER ©

viernes, 11 de septiembre de 2020

Te pienso sin pensarte

 

A veces te llamo sin llamarte

En un silencio impenetrable,

Entiendo esa voz callada

Que nace en mi pecho

Como ofrenda al viento

Perfumado por amarillas rosas,

Espontánea poesía en la claridad

De la noche que se avecina.

Te llamo sin llamarte,

Esa voz escondida en mi boca

En la perversa desnudez

De mi grito callado

Que ya vencido huye

Por las calles oscuras

En este día que se acaba

Retirándose los pájaros a sus nidos.

Te llamo sin llamarte,

Porque alimenta mi alma

Y aunque no me oigas

Ni puedas responderme,

Las dejaré escritas con los colores

Del otoño que se avecina

Que solitario bordea los días

De este verano que se marcha,

Sembrando de ocres hojas

El pavimento de las avenidas,

Transcurriendo lentamente las horas

Mientras por ellas camino.

De nuevo lucen las calles

Me gusta contemplarlas

En mi recorrido por la tarde,

Llamándote sin llamarte,

Y aún no sé bien el porque

Sin detener mis lentos pasos,

Te pienso sin pensarte

Sin que nada importe.

Sigo llamándote sin pararme,

Sigo ni lento camino

Entre las sombras de las calles,

Me voy sin marcharme

Descubriendo los senderos

Que se abren en mis pensamientos,

Palabras que se hacen hueco

En la antes impenetrable mente

Que como ventana se abre

A la creciente luna

Que de nuevo se abre a la vida.

Te pienso sin pensarte,

Te siento sin sentirte,

En mi destino te espero

Con mi más amplia sonrisa,

Amando todos los instantes

Que cada noche te dedico

Despojándome de mi piel

Que aprisiona mis sentidos,

Esa funda inútil que esconde

El tesoro que mi alma guarda.

Entonces, tan solo entonces,

Me despejo de mis soledades

Porque por pensarte te pienso

Y aún sin pensarte

Más allá de esos instantes

Cuando tus ojos contemplo.


SILVER©

jueves, 10 de septiembre de 2020

Tiernas soledades

 

Podrías ser dueña del tiempo

De tal modo que la música

Llenase las soledades

En las calles florecidas

En una eterna primavera,

O en ese próximo otoño

Cuando caen las hojas

Coloreando las aceras

Con sus vivos colores.

Cómo las palabras que se escapan

Aderidas en una página en blanco

Que desborda mis emociones

Cuando te escribo,

En este tiempo siendo testigo

Esas noches solitarias,

Instantes que se perpetúan

En mi voz callada

Cuál mariposa en su crisálida.

No necesita medida ni rima,

Son tal como las expreso

En tromba surgen, sentimientos,

Cómo potro salvaje,

Cómo flor abriéndose a la vida

Entre todos los versos

Que te escribí en esos momentos

De mis tiernas soledades.

Y por fin llega la noche,

Desnudo mi alma en mis letras,

Criaturas vivas que nacen

Desde lo más hondo

Contemplando la luna

En su viaje que nunca acaba

Entre el poniente y el alba,

Con alas blancas de un ángel.

Y en ellas, en los momentos vives,

Aunque yo no las recite

Las escuchas mientras las escribo,

Más allá de la tinta,

De la inspiración que llega

Cuando va naciendo la luna.

Vislumbrando las palabras

Que una rosa roja perfuma,

En ese deseo del silencio

Escondido tras las sombras

De unas hojas en blanco

Que aportan la claridad

Cuando por sus líneas

Se desliza mi pluma,

Tratando de escuchar el silencio,

Templo vacío bajo la inmensa

Cúpula del universo

Transitada por las estrellas

En el atardecer que se acaba

Renaciendo la noche,

Volviendo a la vida las hadas.

SILVER©

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Dulce nostalgia


Esa dulce nostalgia que cada día
Me acompaña como fiel amante,
En los momentos que la luna
Con su presencia me recuerda
Que entre tus manos
Está mi silencio, en la noche
Cuando al cielo miro,
Esa nostalgia que me inspira
Cuando te alejas
Recorriendo entre las estrellas
Los mares profundos y azules
Mientras yo me pierdo
Entre tus abismos.
Voy cargado de sueños
Que contigo comparto
Cada vez que nos vemos,
Esos que nadie oye
En la oscuridad de la noche,
En el deseo de tu compañía,
En esa nostalgia de las tardes
Cuando veíamos subir la marea
De ese mar que nos fascina,
Quizás me distancie en el tiempo
Pero nunca poniendo distancia
Entre nuestros cuerpos,
Sin poner otros mares de por medio,
Sin cerrar puertas
Ni rendiré mis noches
A otros lejanos puertos.
Esa nostalgia cuando escuchó el mar,
El murmullo de las olas
Que suavemente agita las orillas,
Que me canta los secretos
De esas aguas que tu cuerpo acarician
Y yo, en la arena te espero,
Te contemplo cuando emerges
Con tu pelo largo y negro,
Cómo sirena, cómo diosa,
Cómo inmortal ninfa
De los bosques sumergidos
De nuestro mar eterno.
Esa nostalgia de esos días
Que van escapándose silenciando
La tarde ganando al infinito,
Esos espacios compartidos
Cuando anochece y mis ojos
Se nutren de tu imagen,
De tu luz, de tu vida,
Expandiéndose mi mirada
Cómo la brisa de poniente
Despertando en lo alto la luna.
Esas nostalgias que aún están por llegar
Sobre mis implorantes manos,
En el temblor de mis labios,
A musitar a escondidas
Llenando los espacios,
Cae la tarde con un beso
Buscando asilo en tu boca.

SILVER©

martes, 8 de septiembre de 2020

Suave lienzo


El convirtió su piel
Y esos silencios que hablan
En un suave lienzo
Donde pintar sus versos,
Un eterno arcoiris en su vientre,
Miles de estrellas en su pelo
Donde vivir sus sueños.
Entonces comprendió
Que no habría olvido
Ni puerto donde amarrar
Mientras no oiga su voz
Sienta su aliento
Ni el regalo de su cuerpo,
Sin sentir su presencia
Regalo de paz
Aún cuando no duermo
En lo tierno de su mirada.
Gestos que no se perciben
Que son como el perfume
De esas rosas amarillas
Que la piel erizan,
Efecto que causa e inquieta
Y me desarma vehemente
Cada vez que se cruzan
Sus profundos ojos con los mios
Y pintaré sus sonrisas
En cada letra que escribo,
Y hadas revoloteando
Al rededor de la luna,
Un inmenso sol
Mientras lees en el atardecer
Mis sentidos versos.
¿Que no pintaría yo?
Es la pluma que escribe
Glorificando los cielos,
Que dejé las mañanas
En el aroma del caliente café
El sabor de mis te quieros,
Pintaré el día en tus ojos
Y en tus pupilas la negrura
De la noche cuando cae,
Centelleantes luciérnagas
Que le dan brillo a los sueños.
Pintaré tu perfume mujer
Y a cada pincelada un matiz nuevo,
Los silencios donde se balancean
Las hojas palpitantes de mi memoria
En ese amanecer que asoma
Pintando de colores el cielo
Y los pájaros que despiertan
Con sus trinos la aurora.

SILVER ©

lunes, 7 de septiembre de 2020

Conduce el silencio


Conduce el silencio
Hacia el espíritu converso
Que se sustrae de ese entorno
Convulsionado por el tiempo,
Buscando ese canto
Cuando se creó el universo.
Se creó el espacio que nos rodea
Que clama la confusión del momento,
Se desvanece con la rapidez
Al aceptar que solo hay un presente,
Y en tu mirada se hace eterno,
En ese éxtasis que se derrama
Vibran los cuatros elementos,
Tierra, aire, fuego y agua
Que forman tu cuerpo
Sumergido en lo etereo
Y pletórico movimiento
En el espacio que te rodea.
De nuevo el silencio
Encerrado en el mismo centro
De tu boca entre llantos y risas
En la noche que se hace fría
Y se perpetua arrojando pedazos
En esta prosa que se escapa
Entre las líneas del pensamiento.
Sombras en las calles oscuras
Apenas alumbradas
Por luces mortecina,
Pero vislumbro a lo lejos
Esta poesía inspirada
En el aura que emite tu silueta
Y en la luna, que todas las noches
Silenciosa te contempla,
Desprendiendose de las vaporosas nubes
En esta misma cadencia
En la que se escapa
Mi pluma en la noche
Y hacia tu espíritu vuela.
Me rindo al silencio
En la cuadrícula del tiempo,
Que aún besando las sombras
En el roce perpetuo de una caricia,
Afuera el mundo gira
Desterrando al viento
A la soledad de los sueños,
Domando el fuego que crece
En las mismas entrañas
Resugiendo como ave fénix
Cada atardecer cuando
En el horizonte asoma la noche,
Voz recién nacida que te clama
A cada respiración de mi pecho.

SILVER©

domingo, 6 de septiembre de 2020

Magia y sueños


Ese océano de magia y sueños,
De arena fina y caliente
Que mi razón perturba
En la vorágine de sus olas,
Soberbia y majestuosa
Cuando azotan con fuerza
Tus doradas riberas.
Bajo el azabache de tu pelo,
Con una sonrisa que derrite
El mismo blanco hielo,
Tus negros ojos ríen
Levantando la mirada
Como una copa de vino
Brindando a la vida,
Habitando esos lugares
Dónde moran los sueños.
El atardecer nos invade
En el misterio de los sentidos,
Tu imagen me cautiva,
Me emociona cuando sonríes
Me arranca de lo más hondo
Dónde la edad es borrada
Por el mismísimo tiempo,
Me arranca una lágrima
Que se confunde con el agua
Salada de tus infinitos mares
Mientras soy preso de tu perfume
Que de las tristezas me aleja,
No tengo la necesidad de mirarte
Para sentirte y vislumbrar tu presencia
Cómo el perfume de una rosa
Que sin verla la sientes cerca
Y aún mostrando sus espinas
Sientes la totalidad de su belleza.
Ese océano de magia y sueños
Bajo ese cielo de quimeras
Entró en ti sin permiso,
En esa locura de lo prohibido
Centelleante, constante y eterna
Cómo las olas del mar
Que tanto venero,
Cuando de el emerges
Cómo diosa de lo profundo,
De lo profano, amada,
Cómo fuego prohibido
De las fraguas de Vulcano.
Déjame escribir cada atardecer
Mi más humilde prosa,
Quizás sean pobres
Incluso sin la más mínima rima,
Son escrita desde el corazón,
Desde lo más hondo del alma,
Sencillas y sentidas palabras
Que coexistan en tu memoria
Junto a mi nombre, mi pluma
Cómo en un lienzo vacío
Que vas pintando día a día.

SILVER ©

sábado, 5 de septiembre de 2020

Vuela gaviota


Abre tus alas de gaviota
Son las palabras que asoman
A través de las miradas,
Esas que se esconden
Detrás, en el alma,
Que se quedan suspendidas
Entre los murmullos del corazón,
Misterio de esos ojos
De callados sentimientos
Que sueñan con el mar,
Rompiendo las olas sobre las rocas,
Esencias de un instante
En la retina plasmado.
Alza la vista al horizonte
Extasiada por el sol cuando se pone,
Momento de cruces de miradas
Y suspiros expresados
Con la inocencia de un infante
En el regazo de su madre.
Son palabras que nacen
Que cruzan laberintos
De un tiempo que quedó atrás
Y encuentran la magia,
El encantamiento de una caricia
Sin rozar la piel
Y aún así, erizan el vello.
Sueñan las palabras
Alojadas en lo más profundo
De un inmenso silencio
En miles de caricias no dadas,
Ni tan siquiera
Musitar en voz baja
Lo que solo el corazón escucha.
Palabras que se van tejiendo
En prosa, en versos,
En sentimientos expresados
Que se van trezando
En una y larga poesía.
Abre tus alas de gaviota
Que desafía al viento
Y atraviesa las nubes con su aleteo,
Extiende tus alas,
Has brillar tus plumas en el cielo
Cómo las estrellas en el firmamento.
Cómo ave, anida en mi pecho
Haciendo latir con tu voz
Este corazón decrépito por el tiempo,
Que sueña con el mar
Y con tu imparable vuelo.
Cierro los ojos e imagino,
Busco soñar con los espacios abiertos,
Escuchando las olas desde lo alto
Llegandome el sabor a sal,
Tantos sueños, tan grandes como el océano,
Contemplo los grandes veleros,
Es mi sueño, es tu vuelo, es mi mar.
Déjate llevar por la brisa,
Esa que al poniente se dirige,
Tus plumas son mi poesía
Cuando en lo alto
Las veo brillar reflejándose la luna
En toda su blancura.
No levantes los ojos,
Nada tiene que ofrecerte el cielo,
Quizás solo la inmensidad
Para tu largo vuelo.
Seré el viento que te sostenga
En las alturas mientras vuelas,
Guardaré tus confidencias entre las líneas
Donde escribo mis versos,
Entre las hojas de mi libro
Que inacabado queda,
Cuando acabes tu vuelo,
Cansada de ver el mundo,
Seguiré aquí sentado
En mi viejo sillón,
Desde donde te escribo.

SILVER©

viernes, 4 de septiembre de 2020

A lo largo de la rivera


Camino a lo largo de la rivera
De ese rio cuyo lecho
Transitan las aguas cristalinas
Bordeadas por tilos en flor
Perfumando ese remanso
Donde las aguas se deslian
cuando aparece la luna,
Noche infinita,
Las luciérnagas al compás
Del sonido del líquido elemento
Cómo rumor erótico
Danzan centelleantes
Dibujando en el cielo
Figuras extrañas desafiando
A la oscuridad de la noche.
Oigo tu voz que me llama
Sin que salga de tu garganta
Y el eco resuena en mi pecho
Cuando el amanecer convoca
A la luna silenciosa que arropa
Con sus rayos a la mañana
Horadando el cielo
Descomponiendo los colores
Entre las ramas de los árboles,
Me hipnotiza el sonido de las aguas
Cuando golpean las piedras,
Sentado me quedo
Contemplando tus riberas
Absorto en mis pensamientos,
Soñando despierto
Dejo mi espíritu volar
Librándose de mi otro yo por momentos.
Atrás quedaron las luces
De esa ciudad inhumana,
Los desánimos y las palabras vanas,
Buscando en tus aguas bravas,
Sin lágrimas ni lamentos,
Sin noches de tristezas,
Solo las cristalinas aguas
Donde me bañaré
Cuando vuelva la llena luna.
Me reconcilio de nuevo con la vida,
Enciendo la luz del atardecer,
¿Mi alma?
Se desliza entre las estrellas
Desnudando el fulgor de la luna
Con su lejano brillo,
Inmensa perla que luce
Más allá del firmamento
Que como muralla silenciosa
El hondo grito del silencio.
Dieron las diez en el campanar,
Oscilan las campanas de mis pensamientos
Y pienso en la hermosura
De las hijas del alba
Que lucen antes de que amanezca,
El mar se presenta ante mis ojos,
Tu cuerpo moreno tumbado
Sobre la ardiente arena,
Se fija tu imagen en mi retina
Y retorna la luna a su morada

SILVER©

jueves, 3 de septiembre de 2020

Vendimia


En un nuevo septiembre,
Callejeando mientras la noche
Humedece los últimos racimos
Cortados por unas manos
Ávidas de terminar la vendimia,
Una guitarra a lejos suena
Mientras el mosto reposa
En las grandes cubas,
Calladamente se vuelve de nuevo
A derramar mi prosa,
Fermenta el vino, fermenta la vida,
Es la victoria de unos hombres
Cuando el verano termina.
Amo ese quejío que desgarra
Tejido por una garganta
Cuando nace la luna,
Una jerezana abre la tierra
Cuando baila por bulerías,
Ese escondido secreto
Que nació bajo la luna,
Esos poemas que nuestros poetas
A oscuras escribieron a su tierra.
Huele a mosto por las calles,
Naciendo el vino en el lagar,
Asciende el sonido de una guitarra
Y yo tiendo mis alas
En pos de nuevos sueños al alba,
Se revela la luz al amanecer,
Se revelan mis palabras
Que nadie canta al viento
En homenaje a mi Andalucía
Que hoy canta a la nueva cosecha
En ese milagro que transforma
La blanca uva en vino.
En este perverso silencio
Estalla un nuevo día,
Nace un nuevo sol
Anunciando las alegrías,
Esperando a la noche para recorrer
Jerez después de la vendimia,
Se engalanarán sus gentes,
Las mujeres con sus mejores vestidos,
De labios rojos, de amplias sonrisas
Bailarán por sevillanas
Abanicando al mundo
Con sus largas pestañas.
Escribo despacio esta prosa,
Pensando cada letra,
Escogiendo minuciosamente
Hasta dónde poner las comas,
Estirando al máximo cada palabra
Para que tu corazón y tu pecho
En un suspiro lancen al aire
Los colores de una nueva esperanza.
En ti habitan todas las fragancias
Y yo esclavos de tus ojos
Bien lo sabes, escribo cada noche
En esa profundidad que me regala
Cada día cuando atardece,
Hoy, condenado a las perlas de tu boca,
Soy ese que va esparciendo
La negra tinta de mi pluma
Para escribirte cuando
Me alcanza la noche.

SILVER ©

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Deseos


No deseo que tú mundo
Gris se vuelva
Que se de la vuelta
Sin quitarte las penas,
Que las tristezas condenen tus ojos
Ni que las heridas te sangren
Y dejen en tu camino huellas.
No deseo que los egoísmos
Nublen tu mirada,
Ni que se llenen tus párpados
De largas lágrimas,
Deseo que las ausencias sean leves
Y que los momentos felices
Eternos se hagan,
No deseo compromisos ni pactos
Que obliguen a los abrazos,
Deseo que no se hagan
Esperar los besos,
Que se llene de flores tu pelo
Y mientras duermes,
Siempre sean felices tus sueños.
Deseos y más deseos,
Que cuando te miro
Miles de colibríes multicolor
Que vuelan al unísono
Como seres imaginarios
De los cuentos de hadas,
Esas que por la noche te cuidan,
Entre los delfines que nadan
Hacia el horizonte
Mientras que el sol se pone
Enrojeciendo mar y cielo.
Deseo que mi prosa te llegue
Junto al gran azul
Iluminado por la plateada luna
Que contigo conjugan versos
Que como tú sonrisa
Pintados en un lienzo,
Puro arte plasmado
Entre estas humildes líneas.
Deseos, tantos deseos
Que no caben en este mundo
Pero si en un pequeño corazón
Dentro de un pecho.
Deseos y más deseos,
Que aún siendo parco en palabras
Te den todo mi aliento
En los peores momentos,
Te ofrezco lo poco que soy
Sin más anhelos que contemplar
Una sonrisa en tu boca
Y que tu corazón si es posible
Lata más deprisa,
Deseo que tu sol sea
Perpetuo y aleje de ti
Los más duros inviernos,
Que el mar te bañé
En esos veranos locos
Haciendo centellear tu mirada
Dándote paz junto con su brisa,
Deseos, más deseos,
Que por desear deseo
Que tomes mi mano
Esa que nunca te soltará
A pesar de los miedos
A pesar de la misma vida.

SILVER©

martes, 1 de septiembre de 2020

Mandame


Mándame esa rosa
Que una vez la vida me regaló
Como los sentimientos
De una noche que se escapa
Y va marchitándose,
Reliquias de un pasado corto
E efímero como el invierno,
Que hace caer las hojas
Llevándoselas el viento
Como mal presagio.
Mándame un amanecer
En ese jardín soñado
Donde la luna expanda
Los plateados fulgores,
El alba y el sol naciente
Coloree el cielo de rojo
Cuando un ave insólita
Canta a la mañana,
El tiempo rompe
Dos íntimas soledades,
Uniendo dos almas gemelas
En un crisol fundiéndose
Donde el amor impera.
Mándame abrazos
O quizás una poca de brisa,
Y con ella la frescura
De la tarde que se despoja
De la luz del día,
Mándame tus risas
O quizás esos besos olvidados,
Con tus brazos abiertos
La luna que anida en el cielo.
Quizás las alegrías cuando jugabas
Por esas calles en verano,
Ese olor a infancia,
Tus pies descalzos
Sobre la arena de la playa.
Mándame el eco de tus recuerdos,
La soñadora y romántica estrella,
La transparencia inmaculada
De la esperanza de cada día
Despojada de las incertidumbres
Y las ansias de un incierto tiempo.
Mándame la blanca ilusión
Recitandome a Neruda,
Buscando el refugio
De sus infinitas palabras,
Buscando el camino
De regreso al árbol
Donde un columpio
Como si fuéramos niños
Lo colgaremos de una fuerte rama.
Mándame el canto de los pájaros,
Su trino incesante
Antes del crepúsculo
Que de repente cae
Sobre los campos desnudos,
Mándame los colores de sus alas
Esos cantos que me acarician el alma,
Mándame las olas del mar,
Ese sol en poniente
Que colorea la tarde
E ilumina tu cara
Cuando en silencio se hunde
En la profundidad del horizonte.

SILVER©