Si la angustia recorre tu cuerpo
Quedándose quieta en tu mente,
Sin un suspiro que la alivie
Recuerda que mis manos
Las tuyas con dulzura
Las acariciaran siempre,
Que no borre el eco
Plácido de tu risa
Y no ahogue tu alegría,
Encenderé ese fuego
De tu felicidad perdida.
Seré el fuerte muro
Que pare tus tristezas,
Agua, sol, arena
Que en mi nombre
Te colme de dichas
Y mi alma sea tu refugio
Y cada vez que quieras,
Ser la brisa suave
Que acaricie tus mejillas,
Barricada ante las batallas
Y de las tormentas oscuras
Que te ocasione la vida.
Seré el faro que te guíe
En esas noches cerradas
En las que caminas a tientas,
Te regalo mis palabras de aliento,
Las que salen de mis adentros,
Ser tierra donde se hundan
Tus fuertes raíces
Y alimenten con su savia
Las flores de tus ramas,
No te envuelvo con mis besos
Porque a lo lejos no te alcanzan,
Seré tus suspiros en la madrugada
Que disipe tu congoja
Y escuchar tus sentimientos
Vestidos con los ropajes del alma.
Leyéndolos en tu mirada,
Seré estrella que mira al alba,
Las que nadie contempla,
Quizás no sea merecedor
De lo que tu corazón busca
Ni oasis en un árido desierto,
Solo seré ese instante
En que esa agonía
Se convierta en sueños.
SILVER ©