lunes, 30 de septiembre de 2019

Música eres tú


Música que alimenta los sueños
Donde la melancolía escapa
En cada nota cuando suena
En la noche, trayendo recuerdos,
Recostándose en tu seno,
Dora suavemente el terciopelo
Escondiéndose tras el canto
Levantando el alma al cielo.
Música que las aves callan
Al terminar el día,
Enmudece la cigarra
En las horas del silencio,
Se oye solo la cantarina risa
En el hechizo de tu boca,
Y se hizo el beso compuesto
Entre las negras y blancas
E interminables silencios.
Música que espera el plenilunio
Desafiante en el tacto
De la luna en el firmamento,
Testigo de los abrazos en la oscuridad
Y yo en tu piel escríbiendo,
Se resucitan los sentimientos
Alsándose cuando suena
La música apoderándose
De la locura de los eternos momentos.
Si algún día yo pudiera
Escribir esa partitura
En la misma clave de sol
Yo invitaría la clave de luna
Infinita en su pronunciamiento,
Infinita melodía de un corazón
Siempre abierto,
Si algún día yo escribiera un poema
Se fundiría con la música
La canción más bella
Jamás escrita por la mano
De un mortal letra a letra.
Música que pertenece al oído
Y al corazón que la escucha,
Un Orfeón de ángeles
Que cada noche me hace poeta,
Aunque mi voz no pueda
Suavemente a tu oído cantarla
Dejaré con mi sangre plasmada
Cada nota y letra
Que tus ojos me causan.
Música cuando me susurras
En nuestras rotas madrugadas,
Inagotable como un río
Cuando las notas se escapan,
Y yo me duermo después
De oírlas en el silencio de la noche,
Notas cantarinas que de ti
Al amanecer se escapan.

SILVER ©

domingo, 29 de septiembre de 2019

Deseos en la noche


La noche nos arropa
Con su manto y la luna
Dando luz a escondidas
En ese silencio que nos contempla,
Distante desde la lejanía
Que a oscura se palpa
En la profundidad del deseo
Y en unos ojos sin palabras.
¿Cómo explicar?
Que se expande el roce
Sobre tu tersa piel
Con las libidosas caricias
De mis manos sedientas,
Persiguiendo el gozo
De nuestros cuerpos
Entre las sábanas blancas,
Ocultos en la oscuridad de la noche
Sin tiempo, desde lo más
Profundo del ser abriendo
Las puertas del cielo.
Creciendo las ganas,
Humedeciendo los latidos
De unos labios entreabiertos
Que conforman la imagen
Del estado puro del deseo,
Fundiéndose las miradas,
Alcanzando la cima de dos montañas
Que se elevan desde la planicie
Donde late un corazón
Que se llama pecho.
Cuántas preguntas,
Cuántas sensaciones se acumulan
Dando comienzo el baile
De dos cuerpos que al unísono
Desnudos almas y cuerpos,
Se contemplan extasiados
En el fuego que emana
Desde sus más íntimas entrañas,
Besos, bocas que se entrelazan,
Caricias que abrasan,
Gemidos y te quieros,
Sin disfraces en el resplandor
Que los refleja en la pared blanca,
Tiempo que no expira,
Se hace eterno el abrazo
En la intimidad de la alcoba.
Cómo las olas que se adentra
En la arena una y otra vez,
Se impregna de su aroma fecunda
En el vital latido del embrujo,
Bebiendo el elixir que renace
Cuando vuelve el deseo
Melodías que se encadenan
En el fragor que asoma,
Revuelo de sábanas
En el juego del amor
Cuando nace la madrugada,
Extasiados y cansados cuerpos,
Sudorosos y pausados,
Un abrazo, dos almas en una,
Que sueñan en el próximo
Y deseando encuentro.

SILVER ©

sábado, 28 de septiembre de 2019

Noches de brujas


Compartimos el sabor
De la madrugada cuando
Parpadean las estrellas,
Cómo amantes furtivos,
Bebiendo café en la misma taza,
Beso tierno de ese aroma
Que causa la noches antes
Del nuevo amanecer.
Compartimos las palabras
Que la noche oscura nos regala
A escondidas, el alma,
Cierras mis párpados
Con tus suaves manos,
Impregnando mi corazón,
Impregnando mi cuerpo
De ese elixir, pócima
Que cura mis desvelos,
Siento tu sonrisa sin verte,
Ese licor que sediento bebo,
Sabor a madrugadas
En el aquelarre de los te quieros.
Luna llena que invita
A bailar con frenesí
Al rededor del fuego
Agitando el deseo,
Convirtiendo la danza,
Invocando los silencios
En un conjuro de amor y sexo.
Compartimos insomnios,
Largas noches en la semi oscuridad
Donde solo lucen las velas
Y el caldero humeante
Huele a café recién hecho,
Socavando las palabras
Que en un murmullo expresas
Embrujando mis sentimientos
Leídas en el libro
De tu corazón como hechizos.
La noche se escapa,
Rompes las madrugadas
En un grito de victoria,
La pasión desenfrenada
Que clama al cielo
Mística está la noche,
Conjugandose etéreo tu cuerpo,
Como una aparición entre
Las brumas de mi conciencia
En una dulce Herejía.
¡Oh luna!
Que platea el desierto
En esta noche de brujas,
Cuando son las doce
Bailaremos al rededor del fuego
Invocando a los seres que se esconden
En las tinieblas del sueño,
Donde tú y yo nos encontraremos
Cuando se apaguen las velas
Y se enciendan los cielos,
Detrás de la luna tú y yo,
Para que nadie pueda vernos.

SILVER ©

Dos luceros en el cielo!


Dos estrellas tengo en el cielo,
¡No! Son dos luceros
Que brillan más que todos
Iluminando el firmamento,
Que una vez se fueron
Sin aviso previo.
Forman parte de un pasado
Tan presente en la memoria,
Dos puñales clavados
Un clavo en cada mano.
Cómo polvo de hadas
Por el mar se esparcieron,
Colmadas esas vasija de esencias,
La que me sesgo la vida.
Y se hizo la noche
Disputando al amargo día,
El insomnio, mis añoranzas
Entre las tinieblas de mi existencia.
La evocación en la oscuridad
De una habitación que condiciona
Un futuro inestable,
Porque vivo sin vivir
Porque no duermo, dormito,
Ecos de ese ayer
Brisas de un tiempo,
Sombras de un crepúsculo
Fingiendo que no siento.
Ese mar que los acuna
En sus infinitos sueños,
Sabiendo de mi dolor,
Y las gotas de lluvia
Son las lágrimas de mis ojos
Que el cielo por mi llora.
Anhelos sin cumplir,
Sueños rotos, volaron,
Me ahogo, siento vertigo,
Sin poder romper en llanto,
Sin vida, sin alegría
Y la tristeza nunca se detiene.

SILVER©

jueves, 26 de septiembre de 2019

Tus ojos, mi puerto.


Agua salada que enreda tu pelo
Con las olas susurrantes
Entre el sonido de las caracolas,
Manos paganas que lo rizan,
Cómo plegarias, cómo canto
En ese océano profundo como templo.
Mar bravío que alimenta el alma,
Jugando con las nubes
El perseverante viento,
Luciendo sus colores al atardecer,
Sin eco mi voz, sin oírme me quedo,
En esos atardeceres locos
Cuando el sol va declinando
Mendigando tus besos.
Silenciosa, nadie la oye,
La luna asoma en el horizonte
Cuál ninfa de las profundidades
Con su vestido de plata,
Su larga cola sobre las aguas,
Tul y perlas sobre su pecho,
Retrato de la mujer de mis deseos.
Renace cada noche;
Engalanado de corales sus cabellos,
Inspira cada noche mis palabras
Dueña es de mis versos,
De ese mar, de esa arena,
Cómo sirena que con su melodía
Me embriaga, seduce mi alma,
Cuando me mira, mi tormenta.
Cuaderno de Pitágoras
En el cual escribo mis lamentos,
Escribo mis sentimientos
Entre mar y cielo,
Esa hermosa luz en el horizonte
Que causa mis desvelos.
Y hacia allí partiré;
Mar en calma, a favor del viento,
Hinchando las velas
Sin más rumbo que la estela
Que va dejando en el mar
El faro de tus ojos
Y mi puerto tu pecho.
Soñando diviso tu sonrisa
Oyendo a lo lejos la música
De tu canto en el océano,
Se trasmite llevado por la olas
En su cresta de blanco coral,
Hasta mi blanco barco
Que como corazón solitario
Busca sin cesar su refugio
Cuando navega en ese mar
Embravecido por los elementos.

SILVER©

miércoles, 25 de septiembre de 2019

El silencio del crepúsculo


El silencio del crepúsculo
Se va apoderando de las calles,
Un suspiro se escapa
Al acabarse el día,
Palpita en la dulzura
Que me eleva, transparente
Reverberando en las estrellas,
Lo que anteriormente escribí
Queda lejos en la memoria
Y hoy son mis nuevas letras
Lo que mi alma expresa,
Mes de septiembre que se adentra
En octubre para regocijo
De una nueva entrega
De mi humilde prosa.
En el silencio de la noche,
En ese silencio miro la luna,
Tan cerca, tan lejos,
Aunque solo el aire nos separa
Próximo al vacío
Que me impulsa a tomar vuelo
Hacia su plateada aura.
Eterna en el amor;
Cómo reina en su celestial trono,
Esa Rosa blanca que luce
En lo más alto,
Reina en toda la eternidad,
Volando iría, raudo, veloz,
Entre bosques y valles,
Montañas y desiertos,
Pero sigo escribiendo
Porque a mi espalda
Las alas no nacieron.
En ese mismo silencio
Que hoy no me habla,
Quizás me hable
A través de mi pluma
O en la inspiración
Que me causa su mirada
Descarnando la noche
Con sus rayos reflejándose
En nuestro mar inmenso.
Me enseñó a sonreir
A pesar de las rabiosas olas,
Cambió mis tormentas
A la calma mar,
A gritarle a la vida
Devolviéndome aquella
Juventud pérdida.
Ese mundo de silencio
Sentado en la silla
Rota por el tiempo,
Se enfrentó a la realidad
Bailando bajo la lluvia
Esparciendo por doquier
El perfume de su cuerpo.

SILVER©

El templo verde


Ese bosque que espera
Los murmullos de la brisa,
Mientras dejan caer
Los árboles sus hojas
Y se marchitan las flores
Que no lucirán tu cabello.
Sembrado de pétalos y hojas
El camino que me lleva
Cuando va anocheciendo,
Sin brújula, sin estrellas,
Solo con el brillo de tus ojos,
Peregrino en esa senda
Me conduce a tu vera.
Ese lugar sagrado,
Ese corazón que me invita a la vida,
Templo misterioso
Que mil y versos inspira,
Desnuda mi alma
Y hace fluir con fuerza mi sangre.
Cuando crecen mis palabras
Que despiertan de su letargo
Poniendo de manifiesto
Tu nombre en cada trazo
Sin que lo pronuncie mis labios.
Y se hace de noche;
Contemplo la llena luna
Plateando las copas de los árboles,
Filtrándose entre sus ramas,
El verde se torna plata
Desafiando las furtivas miradas,
Donde solo se oye
El sonido dulce de la noche.
Hagamos que sea infinita,
Sin la espera del mañana,
Aunque el sol impaciente
Espere a la luna en su tardanza,
Acompañada de hadas y duendes
Tocando los faunos sus flautas.
Las luciérnagas traviesas
Cada noche renacen
Alumbrando los rincones
Y los senderos del bosque,
Acarician tu cara con su aleteo
Haciendo brillar tus ojos
Y la luna cierra los párpados
Ante tu dulce brillantez
Rindiéndote homenaje
Cuando la madrugada se rompe.
El carmesí de tu boca invita
Entre caricias y risas
A volar libre entre tus besos
En el sentir de nuevas sensaciones
Que a escribir me inspira
Cada noche, en el momento
Que pierdo la noción del tiempo. 

SILVER©

martes, 24 de septiembre de 2019

Déjame decirte


Déjame decirte,
En estas soleadas tardes
El aire fresco que acaricia tu cara
Mece suavemente las olas
En esas playas doradas,
Me siento en la arena
Viendo como el sol tu faz dora,
Son esos momentos en que el tiempo
Se queda parado
Y a esas horas cobra sentido,
Esas pequeñas cosas
Que te regala la vida.
Déjame decirte,
Siente en tu interior
Y deja que fluyan sin más demora,
Que se escapen nuestros sueños
Que compartidos llenos
De nostalgias y proyectos.
Déjame decirte,
El sol tímido y silencioso
Va dando paso a la luna,
Buscando detrás de sus rayos
Su increíble mirada,
Antes de hundirse en el abismo
De ese mar que me fascina,
Paseando por sus orillas
Me quedo absorto
Del color que da la luna a la noche,
Cómo platea las olas
Mientras las estrellas
Tintinean en las alturas.
Déjame decirte
Que me gusta pensarte
Aunque a mi lado te tenga,
Voy cubriendo tu cuerpo
De su luz, luz de luna,
Emerges como sirena del agua
Tu cuerpo mojado reluce
Dorado por los últimos
Rayos de sol en el poniente,
Dando gracias a mis ojos
Por tener la suerte de verte.
Déjame decirte
Que los mirlos por ti entonan
Con sus trinos una canción de cuna
Mientras desde lo alto te miran,
Y las estrellas tintinean
Cómo diamantes suspendidos
En la cúpula del firmamento,
Te acuno en el lecho
Que conforman mis palabras
En la misma orilla del sueño,
Déjame decirte con voz callada,
Que con las nubes dibujaré
Flores en el mismo cielo
Y con el sutil soplo del viento,
Esculpir a la misma vez
Todos nuestros sueños.

 SILVER ©

lunes, 23 de septiembre de 2019

A veces.


A veces me pregunto
Si es para emprender el vuelo,
Si me llevará a algún lugar
Donde el silencio me mire
Desde esa profundidad
Inquebrantable de los instantes
Que no saben contestar
A todas esas preguntas
Que se quedan huérfanas
De las respuestas desnudas.
Quizás ya sea tarde
Y los dioses se vuelven
Mudos, sin palabras,
Ocultando la luna llena
El sol, todas las estrellas
En ese tiempo remoto
Que oscurecen los instantes
Mientras yo extasiado las contemplo.
Mil batallas en ciernes
Entre la mente y el alma
Sin que hayan vencidos
En ese manifiesto destino
Ingrato y oscuro
Que me devuelve ese embrujo
De la luna plateada y llena.
Luz en cada pliegue de su piel
Que me seduce y atrapa,
Ese lugar donde van los sueños,
En esta noche que empieza,
Azul donde se reflejan
Tus negras pupilas
Cómo en tu pelo
Que yace a tu espalda
Mientras miras las estrellas.
Cuántas preguntas sin respuestas,
Tanto soñar teniéndote cerca,
Cuántas veces he perdido la cuenta
Sin poder ofrecerte
Mirando a tus ojos
Lo que mi alma expresa
En estas pocas letras.
Siento tu dulce palpitar
De tu mirada en la mía,
Y yo sonrío en mis adentros
Cuando susurras
A mis oídos tus secretos,
Pensamientos que todo lo dicen,
Caricias a un corazón sediento
Con la suavidad del terciopelo,
Esa soledad que se disipa
Por cada sonrisa que me regalas
Alumbrada por la luz de luna
Después de las lluvias.
Labios que expresan,
Labios que en silencio aman,
Aleteos de mariposas
Son tus largas pestañas
Disipando las nostalgias
Esculpidas a través del tiempo,
Tiernas caricias,
Música en tu voz cuando
En la oscuridad me hablas.

SILVER©

domingo, 22 de septiembre de 2019

Se apaga la noche, se enciende la luna.


La noche no oculta tu resplandor luna,
Ella se apaga y tú te enciendes,
Los dones del tiempo
Encienden los sentimientos,
La música, la palabra,
El viento que se esparrama
Y cede el paso al verso,
Que puso en mi boca
Deshaciendo las sombras
Que sin espéralo me alcanza
Para plasmarlo cuando te veo.
Me llama el destino,
Me alcanza la noche
Y las esmeraldas verdes como un prado
Que se siembra en primavera,
Ese sueño que el corazón colma
Perpetuo que cada noche,
Que cuando se apaga renace
Antes mis ojos, aliento fresco
De las madrugadas silentes,
Ruegan los suspiros que se escapan,
Canto que resuena por todos
Los rincones de una habitación
Alumbrada por velas
Haciendo bailar las sombras
De dos cuerpos al unísono
Entre blancas sábanas.
Se apaga la noche, se enciende la luna,
La cadencia en el azul de los sueños
Alcanzando el sentido
Del verbo que se escribe
Solo cuando te pienso,
En esa cristalina presencia,
Cuando en mi prosa te hablo.
Noche apagada, encendida la luna,
Llegas y yo esperándote
Como un infante hambriento
Los senos fértiles de su madre
Para beber el vital líquido
Que sustentan su vida,
En el instante que su boca
Se adhiere a su pecho.
Noche fecunda, luna encendida,
Hijas de una inmaculada
Oscuridad que nace
Después del atardecer
Cuando el sol se escapa,
Pausa de la luz,
En esta última tarde
Busco el fervor de tus besos
Que me atan a los sueños,
A la palabra que tiembla
Cuando al instante escribo,
En el gozo, en la satisfacción
Cuando lo expongo
Ante tus bellos ojos.
Noche trémula, luna encendida,
Noche para las fantasías
Y sentir como van creciendo
A medida que nacen las horas,
Avanza la luna en el cielo,
Sentir cómo va creciendo
Los deseos, los sentimientos.

SILVER ©

sábado, 21 de septiembre de 2019

Los colores del otoño


Los colores del otoño
En todos sus matices
Desnudando los árboles,
Regando la tierra
Cuando la noche se enfría,
Noche que me inspira
A escribir, a hacerme poeta,
Tú haces que el atardecer
Haga de mis letras poesía
Escrita desde mi mano
Que como girasoles al sol
Se vuelve a la luna,
Cómo agua que colma mi sed,
Fuego que sacia mi alma,
Luna que mis noches alumbras
Fuente de la cual brota mi prosa,
Fresco rocío que inspira mis días,
Destino que el amor me depara.
Los colores del otoño,
Esos naranjas, rojos y ocres
Que crean nostalgias,
De ausencias que se confunden
Divagando en el crujir de las hojas
Caídas en las aceras,
Caminando, respirando el hechizo
De tus blancas manos
Que guardan el poder de las caricias.
Pones el color al otoño,
Humedeciendo la tierra que aguarda
A expandir el perfume
Y caminando por esas calles grises
Coloreando los sentimientos
Entre caricias, risas y besos,
Se funden las manos
Al calor de los suspiros
En esos segundos que escapan
Extendiendo el pecho.
Otoño que todo lo aplicas,
Menos las miradas furtivas,
De labios entreabiertos
Esperando el dulce beso
Aún guardado en tu boca.
Claman las cigüeñas en lo alto
Batiendo sus alas para su regreso
A esas lejanas tierras
Huyendo del duro invierno,
Cómo y a ti siempre vuelvo
Para refugiarme en el calor
Del abrazo de tus pechos,
Otoño que se cierne
A nuestro alrededor
Pintando los árboles,
Ardiendo de rojos su copa
Que junto al sol colorean el cielo.

SILVER ©

viernes, 20 de septiembre de 2019

Bailar hasta el final de los tiempos


Bailar hasta el final de los tiempos,
En esa constante armonía
Cuando se detiene y se oye tu voz
El tiempo para mirarte
Cómo contoneas tu cuerpo
Y lee los versos que escribo,
Con solo pensar en esos momentos
Juntos a mis sueños y deseos
Cuando cierro los ojos
Escucho la dulce melodía,
Momentos que se quedaron guardados
Como ecos del pasado
Quebrantado por las palabras
Que cada noche plasmo.
Cierro los ojos, tu voz oigo
En esas ausencias en que el aire
Estático se queda
Y el vacío todo lo llena
Desafiando la distancia y el tiempo,
Rodeado de una nada truncada,
Pero nada importa bailaremos
Bajo esa luz de luna
Que aparece en el destello de la noche
Y son tus labios que anidan
Dibujando una sonrisa
Entre las nubes del cielo.
Bailaremos hasta el final del tiempo
Con tus veladas caricias
Sin manos, solo con tu voz,
Suave y plácido susurro
Que compondrá la música
Presentes en mis mañanas
Que invoco cada noche
Y escribo en pocas letras
Que mi voz no expresan
Pero si la luz de mi alma
Para dar brillo a tu sonrisa.
Es tu voz, tus labios, tu mirada,
Que dan color a la noche
En ese preciso momento
Cuando se apaga el día
Y mi prosa cobra vida.
Bailaremos hasta el final del amor,
La suavidad del tul
En la media noche
Deja vislumbrar tu cuerpo
En constante movimiento
Perdido en el abrazo,
En una infinita caricia
Iluminado tan solo por la luna,
Las hadas se esconden
Tras sus rayos imitando
Tus movimientos y se confunden
Tímidas entre las nube
Bailando entre las estrellas
En este danzar cuando
Se va acabando el día,
Bailaremos...bailaremos...
Cada noche, cada mañana
Hasta el final del tiempo

SILVER©

jueves, 19 de septiembre de 2019

Cuando llega la mañana


Cuánto silencio que una mirada alienta,
Cuanta poesía en tus ojos
Donde me pierdo mientras escribo
Esas palabras que no te hacen justicia,
Y mi prosa rompe la noche
Mientras a lo lejos te pienso,
Esa mudez de mis palabras
Que se escapa en la oscuridad la luna,
Callado quedo mientras contemplo
En la habitación entre penumbras
La desnudez de tu cuerpo
Que plácida duermes
Envuelta en el tul de la noche.
Quizás romperán mis labios
Ese caudaloso silencio,
Que pesa como loza mortuoria
Sobre mi corazón, sobre mi alma
Que gritan desde las profundidades
Del mismo tiempo,
Encontrando el vacío
De la soledad de mis palabras,
Dejamos sin voz las mañanas
Que de la noche huye,
De la línea oscura del firmamento
Después de su andar la luna
En el inmenso cielo.
Silencio que sacude mi sueño,
Interminable que abraza
Con alas invisibles mi cuerpo,
Noche mezclada con el reflejo
De tu mirada en la mía
Cómo luna cuando en ti
Clavo mis cansados ojos,
Magnífico momento
Cuando clarea el alba,
Ese silencio que contemplo
En esas nubes rosas de la alborada
De las mañanas cuando despierto.
En esa quietud de los primeras
Luces que en horizonte asoma,
A resguardo entre tus brazos
Espero que se ilumine el día
Y los pájaros a coro cantan
Al nuevo amanecer que se avecina,
Y el eco de tus suspiros
Resuenan como campanas
Anunciando la nueva mañana,
El mirlo en su infinita melodía
Cantan y canta, como una nana
Para que se duerman
En la oscuridad del bosque
Los faunos, los duendes y las hadas.

SILVER©

miércoles, 18 de septiembre de 2019

Pierde la luna su redonda forma


Anochece; la luna poco a poco
Va perdiendo su redonda forma
Después de haberse escondido
Entre las sombras de la tierra,
Detrás, inalcanzable a los rayos
De ese sol que se hunde
En la línea del mar,
En el inmenso horizonte.
Espíritus alados la rodean,
Rindiéndole pleitesía las estrellas,
Cómo soberana del nocturno cielo
Con sabor a sal que se perpetua
En las salinas tierra adentro,
Con un blanco fantasmal
Reluciente como diamantes infinitos.
Susurros nocturnos que me seduce,
Que se elevan como el humo
Hacia los confines de la noche,
Cierro los ojos, me transportó
Hacia ese mar que me espera
Junto a la luna blanca, eterna,
Esencia de la vida, de las mareas.
Y aquí me quedo, dibujando al viento
Un cometa que surca sin rumbo,
Sin pedirle un deseo,
Me quedaré dormido
Mirando el techo estrellado,
Cómo ese rocío en la madrugada
Refresca mi piel, mi cara,
Y tú luz se desliza en el mar en calma
Para llegar a mi, mientras te espero.
Noche trémula que se escapa
Juegan las hadas entre las nubes,
La brisa levanta espuma
De nácar en las olas,
Reflejándose la luna sobre su manto
Y los astros enmudecen
Mientras caminas descalza
Sobre la arena de nuestra playa.
Haciendo temblar los pasos
En la quietud del atardecer
Que conducen a la magia
Del mar en su plenitud,
Te miro sin que me veas
Entre las sombras que se avecinan
Cayendo la tarde silenciosa
Oscureciendo la blancura
De las crestas de las olas,
Oscurece, se va la tarde
Poco a poco la luna
Va perdiendo su redonda forma
Para esconderse después
Entre la luz de mi Alma

SILVER©

domingo, 15 de septiembre de 2019

Paras el tiempo en las madrugadas


Paras el tiempo en las madrugadas
Cuando el silencio discurre
Entre las sombras de la noche,
En esas conversaciones que nos atrapan
De viajes, de sueños y quimeras,
En la calma algodonada de la luna,
Se desperezan las hora
Cuando despiertan a lo lejos los búhos.
Paras el tiempo en las madrugadas,
En el latir de nuestros corazones
Cerniendose en los albores
Antes de que nos llegue el sueño,
Ofrenda en el cáliz de tu boca
Que me ofreces fulgurante
Empapándome de amor y vida,
Desnudo mis sentimientos
En la hoguera de tu cuerpo.
Paras el tiempo en las madrugadas,
Paras las golondrinas que vuelan
Hacia tierras lejanas
Buscando la eterna primavera
En su vertiginoso vuelo.
Paras el tiempo en las madrugadas,
Paras el aire que sopla
En la cima de la montaña
Estrenando su pureza en la mañana,
Quedando sin aliento mi pecho
Cuando liviano un suspiro se escapa.
Paras el tu en las madrugadas,
Visión, emoción que me embarga
Al contemplar tu cuerpo
Entre mis blancas sábanas,
Quieto, inmóvil, aguardo
Mientras cuido tu sueño
En la mudez de ese tibio sopor
Que se adueña de mi dulcemente
Esperando el luminoso amanecer.
Paras el tiempo en las madrugadas,
Paras los ríos en su viaje
A ese océano inmenso
Mezclándose mar y cielo,
Paras el sol al amanecer
Para que se haga perpetuo,
Paras el tiempo para que no
Platee mis oscuras sienes,
Que se expanden como el fuego
Cómo la luna expande sus rayos
Sobre el mar, sobre los prados
Cómo de plata cascada.
Paras el tiempo en las madrugadas,
Quitas las tristezas de mi alma.
Pones palabras que expreso
En la tinta de mi pluma
Para que las escriba en la noche,
Oración que invoca tu nombre
En cada estrofa en esta hora
Inquieta cuando el sol se apaga.

SILVER©

sábado, 14 de septiembre de 2019

Encenderé unas velas.


Enciendo unas velas para las ausencias,
Tras las ventanas se oye el viento
Que suena como mi propia voz
Convertida en la tormenta
Que causa en mi tu cuerpo,
Amenaza lluvia el cielo
Cómo las lágrimas que un día
En los tuyos mis ojos vieron.
¡Diablos!
Caen las gotas de lluvia
Cómo resplandecientes perlas,
Huele a tierra mojada,
Oigo el sonido de las pisadas
De las gentes apresuradas
Para entrar en los portales
Y resguardarse del agua.
Noche que duele la lejanía
Sujeta en el preludio de la tormenta
Que hace versos en tu belleza,
Oscureciendo mi habitación
Tan solo alumbrada
Por la luz tenue de las velas.
Encenderé esas velas,
!llueve y llueve!
Escapando el estío a cada gota,
Abriéndo las puertas al otoño
Ocultando la luna creciente
Que anoche contemplamos
Entre las calles vacías.
Los árboles desnudan sus ramas,
La lluvia golpea los cristales
Haciendo más negra la noche,
Más largas las madrugadas
Haciendo del silencio un grito
Agitando los abismos del alma.
Llueve, llora el cielo,
La tierra acoge sus lágrimas,
Se empapa de su humedad,
Hacen brillar los adoquines
Que nuestros pies pisaron
En la noche callada.
Encenderé esas velas
En esta noche gris y oscura
Cuando se acaba el verano,
Alejándose la luna pálida
Después de mostrar su iluminada cara
Abandonando su lugar en el cielo,
Disfrutaré de la llovizna
Que cae con desgana,
Perlas de vida que la tierra humedece,
Enciendo esas velas
Cuyas llamas oscilan
Por nuestra respiración cercana,
Alumbran las almas, los sueños
De dónde no quiero escapar
Cuando en la pared
Se dibuja tu figura.

SILVER©

viernes, 13 de septiembre de 2019

No probé


Nunca probé el sabor de las madrugadas
Ni una mirada a oscuras,
De esas mil historias contadas
Cuando empieza a aparecer el sol.
No probé esos besos
Que hubieran venido luego,
Ni las caricias en tu cuerpo
Gemidos que ruborizaria el cielo
Entre los silencios del amanecer
Con sabor a jazmín y a miel.
Sonarían las campanas
En lo alto del campanario,
La luz filtrándose por la ventana
Hiriendo la oscuridad de la habitación,
Sonriendo al nuevo día
Cerrando tus párpados con mis labios.
Esos primeros rayos impregnados
Del suave perfume de tu piel,
Nunca probé susurrarte
Mientras duermes
Al oído como una plegaria
Elevándose al cielo infinito,
Quizás la oirían los dioses
Mientras yo en voz baja las murmullo
Para que solo las oiga tu alma.
Quizás solo sean los sueños
Inconclusos a través del tiempo,
En ese vacío que se torna melodía
Haciéndose un hueco en mi pecho.
Y yo nunca probaré
El dulce sabor de tus madrugadas
Que nos mantendría despiertos
Entregados en alma y cuerpo.
La claridad que emana tu rostro
Se expandería mujer
A través del tiempo y del espacio
Este corazón que rejuvenece
Cuando lo inundas con tu eterna luz

SILVER©

jueves, 12 de septiembre de 2019

¡Allí, frente al mar!


¡Allí, frente al mar!
Mis palabras las envío
Al aire como tiernos besos,
Notas de una infinita melodía
Que junto con la brisa
Rozan tus mejillas
Para que sepas que son mis besos,
Luz intensa y cálida,
Suave y perfumada
Que como terciopelo te envuelve
Con infinita ternura.
¡Allí, frente al mar!
Me regala la noche tu perfume,
Embrujo de unas calles antiguas
Que transita entre las sombras,
Hermosa y sublime,
La luna esquiva se esconde
Tras el oscuro horizonte
En este septiembre que ha llegado,
Entrando discreta su luz
Sonriendo a través de las nubes,
Absorto quedo mirándola,
Sin poder escapar a su hechizo
Guía mi pluma entre las líneas
Cuando le escribo.
¡Allí, frente al mar!
Brilla más intensamente
Al albor de día
Cuando se vislumbra el amanecer
Y el alba se sonroja
Con los primeros rayos
Pintando de rosa las nubes
Llenando de colores los prados,
Escondiéndose la luna
Deseando el sol su regreso
Plateando el azul del mar.
¡Allí, frente al mar!
Me siento pensativo
Imaginando su pelo mecido
Por la marina brisa,
Dónde se desvanecen soledades
Tendida en una alfombra
De rubia arena
Escucha las voces de las olas,
Soñando en esas aguas
Rizadas por el viento,
Naciendo de sus playas
Perfumada de nácar,
Paciente mirando quedo
Mis ojos frente a la lejania,
Quieto quedó, inmóvil,
¡Allí, frente al mar!

SILVER ©


miércoles, 11 de septiembre de 2019

Te llamo sin llamarte.


A veces te llamo sin llamarte
En un silencio impenetrable,
Entiendo esa voz callada
Que nace en mi pecho
Como ofrenda al viento
Perfumado por amarillas rosas,
Espontánea poesía en la claridad
De la noche que se avecina.
Te llamo sin llamarte,
Esa voz escondida en mi boca
En la perversa desnudez
De mi grito callado
Que ya vencido huye
Por las calles oscuras
En este día que se acaba
Retirándose los pájaros a sus nidos.
Te llamo sin llamarte,
Porque alimenta mi alma
Y aunque no me oigas
Ni puedas responderme,
Las dejaré escritas con los colores
Del otoño que se avecina
Que solitario bordea los días
De este verano que se marcha,
Sembrando de ocres hojas
El pavimento de las avenidas,
Transcurriendo lentamente las horas
Mientras por ellas camino.
De nuevo lucen las calles
Me gusta contemplarlas
En mi recorrido por la tarde,
Llamándote sin llamarte,
Y aún no sé bien el porque
Sin detener mis lentos pasos,
Te pienso sin pensarte
Sin que nada importe.
Sigo llamándote sin pararme,
Sigo ni lento camino
Entre las sombras de las calles,
Me voy sin marcharme
Descubriendo los senderos
Que se abren en mis pensamientos,
Palabras que se hacen hueco
En la antes impenetrable mente
Que como ventana se abre
A la creciente luna
Que de nuevo se abre a la vida.
Te pienso sin pensarte,
Te siento sin sentirte,
En mi destino te espero
Con mi más amplia sonrisa,
Amando todos los instantes
Que cada noche te dedico
Despojándome de mi piel
Que aprisiona mis sentidos,
Esa funda inútil que esconde
El tesoro que mi alma guarda.
Entonces, tan solo entonces,
Me despejo de mis soledades
Porque por pensarte te pienso
Y aún sin pensarte
Más allá de esos instantes
Cuando tus ojos contemplo.

SILVER©

martes, 10 de septiembre de 2019

Dueña del tiempo


Podrías ser dueña del tiempo
De tal modo que la música
Llenase las soledades
En las calles florecidas
En una eterna primavera,
O en ese próximo otoño
Cuando caen las hojas
Coloreando las aceras
Con sus vivos colores.
Cómo las palabras que se escapan
Aderidas en una página en blanco
Que desborda mis emociones
Cuando te escribo,
En este tiempo siendo testigo
Esas noches solitarias,
Instantes que se perpetúan
En mi voz callada
Cuál mariposa en su crisálida.
No necesita medida ni rima,
Son tal como las expreso
En tromba surgen, sentimientos,
Cómo potro salvaje,
Cómo flor abriéndose a la vida
Entre todos los versos
Que te escribí en esos momentos
De mis tiernas soledades.
Y por fin llega la noche,
Desnudo mi alma en mis letras,
Criaturas vivas que nacen
Desde lo más hondo
Contemplando la luna
En su viaje que nunca acaba
Entre el poniente y el alba,
Con alas blancas de un ángel.
Y en ellas, en los momentos vives,
Aunque yo no las recite
Las escuchas mientras las escribo,
Más allá de la tinta,
De la inspiración que llega
Cuando va naciendo la luna.
Vislumbrando las palabras
Que una rosa roja perfuma,
En ese deseo del silencio
Escondido tras las sombras
De unas hojas en blanco
Que aportan la claridad
Cuando por sus líneas
Se desliza mi pluma,
Tratando de escuchar el silencio,
Templo vacío bajo la inmensa
Cúpula del universo
Transitada por las estrellas
En el atardecer que se acaba
Renaciendo la noche,
Volviendo a la vida las hadas.

SILVER©

lunes, 9 de septiembre de 2019

Esa nostalgia


Esa dulce nostalgia que cada día
Me acompaña como fiel amante,
En los momentos que la luna
Con su presencia me recuerda
Que entre tus manos
Está mi silencio, en la noche
Cuando al cielo miro,
Esa nostalgia que me inspira
Cuando te alejas
Recorriendo entre las estrellas
Los mares profundos y azules
Mientras yo me pierdo
Entre tus abismos.
Voy cargado de sueños
Que contigo comparto
Cada vez que nos vemos,
Esos que nadie oye
En la oscuridad de la noche,
En el deseo de tu compañía,
En esa nostalgia de las tardes
Cuando veíamos subir la marea
De ese mar que nos fascina,
Quizás me distancie en el tiempo
Pero nunca poniendo distancia
Entre nuestros cuerpos,
Sin poner otros mares de por medio,
Sin cerrar puertas
Ni rendiré mis noches
A otros lejanos puertos.
Esa nostalgia cuando escuchó el mar,
El murmullo de las olas
Que suavemente agita las orillas,
Que me canta los secretos
De esas aguas que tu cuerpo acarician
Y yo, en la arena te espero,
Te contemplo cuando emerges
Con tu pelo largo y negro,
Cómo sirena, cómo diosa,
Cómo inmortal ninfa
De los bosques sumergidos
De nuestro mar eterno.
Esa nostalgia de esos días
Que van escapándose silenciando
La tarde ganando al infinito,
Esos espacios compartidos
Cuando anochece y mis ojos
Se nutren de tu imagen,
De tu luz, de tu vida,
Expandiéndose mi mirada
Cómo la brisa de poniente
Despertando en lo alto la luna.
Esas nostalgias que aún están por llegar
Sobre mis implorantes manos,
En el temblor de mis labios,
A musitar a escondidas
Llenando los espacios,
Cae la tarde con un beso
Buscando asilo en tu boca.

SILVER©

viernes, 6 de septiembre de 2019

Ese océano de magia y sueños


Ese océano de magia y sueños,
De arena fina y caliente
Que mi razón perturba
En la vorágine de sus olas,
Soberbia y majestuosa
Cuando azotan con fuerza
Tus doradas riveras.
Bajo el azabache de tu pelo,
Con una sonrisa que derrite
El mismo blanco hielo,
Tus negros ojos ríen
Levantando la mirada como una copa
Brindando a la vida,
Habitando esos lugares
Dónde moran los sueños.
El atardecer nos invade
En el misterio de los sentidos,
Tu imagen me cautiva,
Me emociona cuando sonríes
Me arranca de lo más hondo
Dónde la edad es imborrable
Al mismísimo tiempo,
Me arranca una lágrima
Que se confunde con el agua
Salada de tus infinitos mares
Mientras soy preso de tu perfume
Que de las tristezas me aleja,
No tengo la necesidad de mirarte
Para sentirte y vislumbrar tu presencia
Cómo el perfume de una rosa
Que sin verla la sientes cerca
Y aún mostrando sus espinas
Sientes la totalidad de su belleza.
Ese océano de magia y sueños
Bajo ese cielo de quimeras
Entró en mi sin permiso,
En esa locura de lo prohibido
Centelleante, constante y eterna
Cómo las olas del mar
Que tanto venero
Cuando de el emerges
Cómo diosa de lo profundo,
De lo profano, amada,
Cómo fuego prohibido
De las fraguas de Vulcano.
Déjame escribir cada atardecer
Mi más humilde prosa,
Quizás sean pobres
Incluso sin la más mínima rima,
Son escrita desde el corazón,
Desde lo más hondo del alma,
Sencillas y sentidas palabras
Que coexistan en tu memoria
Junto a mi nombre, mi pluma
Cómo en un lienzo vacío
Que vas pintando día a día.

SILVER ©

jueves, 5 de septiembre de 2019

Abre tus alas de gaviota


Abre tus alas de gaviota
Son las palabras que asoman
A través de las miradas,
Esas que se esconden
Detrás, en el alma,
Que se quedan suspendidas
Entre los murmullos del corazón,
Misterio de esos ojos
De callados sentimientos
Que sueñan con el mar,
Rompiendo las olas sobre las rocas,
Esencias de un instante
En la retina plasmado.
Alza la vista al horizonte
Extasiada por el sol cuando se pone,
Momento de cruces de miradas
Y suspiros expresados
Con la inocencia de un infante
En el regazo de su madre.
Son palabras que nacen
Que cruzan laberintos
De un tiempo que quedó atrás
Y encuentran la magia,
El encantamiento de una caricia
Sin rozar la piel
Y aún así, erizan el vello.
Sueñan las palabras
Alojadas en lo más profundo
De un inmenso silencio
En miles de caricias no dadas,
Ni tan siquiera
Musitar en voz baja
Lo que solo el corazón escucha.
Palabras que se van tejiendo
En prosa, en versos,
En sentimientos expresados
Que se van trezando
En una y larga poesía.
Abre tus alas de gaviota
Que desafía al viento
Y atraviesa las nubes con su aleteo,
Extiende tus alas,
Has brillar tus plumas en el cielo
Cómo las estrellas en el firmamento.
Cómo ave, anida en mi pecho
Haciendo latir con tu voz
Este corazón decrépito por el tiempo,
Que sueña con el mar
Y con tu imparable vuelo.
Cierro los ojos e imagino,
Busco soñar con los espacios abiertos,
Escuchando las olas desde lo alto
Llegandome el sabor a sal,
Tantos sueños, tan grandes como el océano,
Contemplo los grandes veleros,
Es mi sueño, es tu vuelo, es mi mar.
Déjate llevar por la brisa,
Esa que al poniente se dirige,
Tus plumas son mi poesía
Cuando en lo alto
Las veo brillar reflejándose la luna
En toda su blancura.
No levantes los ojos,
Nada tiene que ofrecerte el cielo,
Quizás solo la inmensidad
Para tu largo vuelo.
Seré el viento que te sostenga
En las alturas mientras vuelas,
Guardaré tus confidencias entre las líneas
Donde escribo mis versos,
Entre las hojas de mi libro
Que inacabado queda,
Cuando acabes tu vuelo,
Cansada de ver el mundo,
Seguiré aquí sentado
En mi viejo sillón,
Desde donde te escribo.

SILVER©

miércoles, 4 de septiembre de 2019

Camino a lo largo de la rivera


Camino a lo largo de la rivera
De ese rio cuyo lecho
Transitan las aguas cristalinas
Bordeadas por tilos en flor
Perfumando ese remanso
Donde las aguas se deslian
cuando aparece la luna,
Noche infinita,
Las luciérnagas al compás
Del sonido del líquido elemento
Cómo rumor erótico
Danzan centelleantes
Dibujando en el cielo
Figuras extrañas desafiando
A la oscuridad de la noche.
Oigo tu voz que me llama
Sin que salga de tu garganta
Y el eco resuena en mi pecho
Cuando el amanecer convoca
A la luna silenciosa que arropa
Con sus rayos a la mañana
Horadando el cielo
Descomponiendo los colores
Entre las ramas de los árboles,
Me hipnotiza el sonido de las aguas
Cuando golpean las piedras,
Sentado me quedo
Contemplando tus riberas
Absorto en mis pensamientos,
Soñando despierto
Dejo mi espíritu volar
Librándose de mi otro yo por momentos.
Atrás quedaron las luces
De esa ciudad inhumana,
Los desánimos y las palabras vanas,
Buscando en tus aguas bravas,
Sin lágrimas ni lamentos,
Sin noches de tristezas,
Solo las cristalinas aguas
Donde me bañaré
Cuando vuelva la llena luna.
Me reconcilio de nuevo con la vida,
Enciendo la luz del atardecer,
¿Mi alma?
Se desliza entre las estrellas
Desnudando el fulgor de la luna
Con su lejano brillo,
Inmensa perla que luce
Más allá del firmamento
Que como muralla silenciosa
El hondo grito del silencio.
Dieron las diez en el campanar,
Oscilan las campanas de mis pensamientos
Y pienso en la hermosura
De las hijas del alba
Que lucen antes de que amanezca,
El mar se presenta ante mis ojos,
Tu cuerpo moreno tumbado
Sobre la ardiente arena,
Se fija tu imagen en mi retina
Y retorna la luna a su morada

SILVER©


lunes, 2 de septiembre de 2019

Deseos, más deseos.


No deseo que tú mundo
Gris se vuelva
Que se de la vuelta
Sin quitarte las penas,
Que las tristezas condenen tus ojos
Ni que las heridas te sangren
Y dejen en tu camino huellas.
No deseo que los egoísmos
Nublen tu mirada,
Ni que se llenen tus párpados
De largas lágrimas,
Deseo que las ausencias sean leves
Y que los momentos felices
Eternos se hagan,
No deseo compromisos ni pactos
Que obliguen a los abrazos,
Deseo que no se hagan
Esperar los besos,
Que se llene de flores tu pelo
Y mientras duermes,
Siempre sean felices tus sueños.
Deseos y más deseos,
Que cuando te miro
Miles de colibríes multicolor
Que vuelan al unísono
Como seres imaginarios
De los cuentos de hadas,
Esas que por la noche te cuidan,
Entre los delfines que nadan
Hacia el horizonte
Mientras que el sol se pone
Enrojeciendo mar y cielo.
Deseo que mi prosa te llegue
Junto al gran azul
Iluminado por la plateada luna
Que contigo conjugan versos
Que como tú sonrisa
Pintados en un lienzo,
Puro arte plasmado
Entre estas humildes líneas.
Deseos, tantos deseos
Que no caben en este mundo
Pero si en un pequeño corazón
Dentro de un pecho.
Deseos y más deseos,
Que aún siendo parco en palabras
Te den todo mi aliento
En los peores momentos,
Te ofrezco lo poco que soy
Sin más anhelos que contemplar
Una sonrisa en tu boca
Y que tu corazón si es posible
Lata más deprisa,
Deseo que tu sol sea
Perpetuo y aleje de ti
Los más duros inviernos,
Que el mar te bañé
En esos veranos locos
Haciendo centellear tu mirada
Dándote paz junto con su brisa,
Deseos, más deseos,
Que por desear deseo
Que tomes mi mano
Esa que nunca te soltará
A pesar de los miedos
A pesar de la misma vida.

SILVER©

domingo, 1 de septiembre de 2019

Mándame


Mándame esa rosa
Que una vez la vida me regaló
Como los sentimientos
De una noche que se escapa,
Y va marchitándose
Reliquias de un pasado corto
E efímero como el invierno,
Que hace caer las hojas
Llevándoselas el viento
Como mal presagio.
Mándame un amanecer
En un jardín soñado
Donde la luna expanda
Los plateados fulgores,
El alba y el sol naciente
Colorea el cielo de rojo
Cuando un ave insólita
Canta a la mañana,
El tiempo rompe dos soledades
Uniendo dos almas al unísono,
Gemelas, en un crisol fundiéndose
Donde el amor impera.
Mándame abrazos
O quizás una poca de brisa,
Y con ella la frescura
De la tarde que se despoja
De la luz del día.
Mándame tus risas
O quizás esos besos olvidados,
Con tus brazos abiertos
La luna que anida en el cielo.
Quizás las alegrías cuando jugabas
Por esas calles en verano,
Ese olor a infancia,
Tus pies descalzos
Sobre la arena de la playa.
Mándame el eco de tus recuerdos,
La soñadora y romántica estrella,
La transparencia inmaculada
De la esperanza de cada día
Despojada de las incertidumbres
Y las ansias de un tiempo incierto.
Mándame la blanca ilusión
Recitandome a Neruda,
Buscando el refugio
De sus infinitas palabras,
Buscando el camino
De regreso al árbol
Donde el columpio colgamos.
Mándame el canto de los pájaros,
Su trino antes del crepúsculo
Que de repente cae
Sobre los campos desnudos,
Mándame los colores de sus alas
Esos cantos que me acarician el alma,
Mándame las olas del mar,
Ese sol en poniente
Que colorea la tarde
E ilumina tu cara,
Cuando en silencio se hunde
En la profundidad del horizonte.

SILVER©