jueves, 19 de septiembre de 2019

Cuando llega la mañana


Cuánto silencio que una mirada alienta,
Cuanta poesía en tus ojos
Donde me pierdo mientras escribo
Esas palabras que no te hacen justicia,
Y mi prosa rompe la noche
Mientras a lo lejos te pienso,
Esa mudez de mis palabras
Que se escapa en la oscuridad la luna,
Callado quedo mientras contemplo
En la habitación entre penumbras
La desnudez de tu cuerpo
Que plácida duermes
Envuelta en el tul de la noche.
Quizás romperán mis labios
Ese caudaloso silencio,
Que pesa como loza mortuoria
Sobre mi corazón, sobre mi alma
Que gritan desde las profundidades
Del mismo tiempo,
Encontrando el vacío
De la soledad de mis palabras,
Dejamos sin voz las mañanas
Que de la noche huye,
De la línea oscura del firmamento
Después de su andar la luna
En el inmenso cielo.
Silencio que sacude mi sueño,
Interminable que abraza
Con alas invisibles mi cuerpo,
Noche mezclada con el reflejo
De tu mirada en la mía
Cómo luna cuando en ti
Clavo mis cansados ojos,
Magnífico momento
Cuando clarea el alba,
Ese silencio que contemplo
En esas nubes rosas de la alborada
De las mañanas cuando despierto.
En esa quietud de los primeras
Luces que en horizonte asoma,
A resguardo entre tus brazos
Espero que se ilumine el día
Y los pájaros a coro cantan
Al nuevo amanecer que se avecina,
Y el eco de tus suspiros
Resuenan como campanas
Anunciando la nueva mañana,
El mirlo en su infinita melodía
Cantan y canta, como una nana
Para que se duerman
En la oscuridad del bosque
Los faunos, los duendes y las hadas.

SILVER©

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