miércoles, 18 de septiembre de 2019

Pierde la luna su redonda forma


Anochece; la luna poco a poco
Va perdiendo su redonda forma
Después de haberse escondido
Entre las sombras de la tierra,
Detrás, inalcanzable a los rayos
De ese sol que se hunde
En la línea del mar,
En el inmenso horizonte.
Espíritus alados la rodean,
Rindiéndole pleitesía las estrellas,
Cómo soberana del nocturno cielo
Con sabor a sal que se perpetua
En las salinas tierra adentro,
Con un blanco fantasmal
Reluciente como diamantes infinitos.
Susurros nocturnos que me seduce,
Que se elevan como el humo
Hacia los confines de la noche,
Cierro los ojos, me transportó
Hacia ese mar que me espera
Junto a la luna blanca, eterna,
Esencia de la vida, de las mareas.
Y aquí me quedo, dibujando al viento
Un cometa que surca sin rumbo,
Sin pedirle un deseo,
Me quedaré dormido
Mirando el techo estrellado,
Cómo ese rocío en la madrugada
Refresca mi piel, mi cara,
Y tú luz se desliza en el mar en calma
Para llegar a mi, mientras te espero.
Noche trémula que se escapa
Juegan las hadas entre las nubes,
La brisa levanta espuma
De nácar en las olas,
Reflejándose la luna sobre su manto
Y los astros enmudecen
Mientras caminas descalza
Sobre la arena de nuestra playa.
Haciendo temblar los pasos
En la quietud del atardecer
Que conducen a la magia
Del mar en su plenitud,
Te miro sin que me veas
Entre las sombras que se avecinan
Cayendo la tarde silenciosa
Oscureciendo la blancura
De las crestas de las olas,
Oscurece, se va la tarde
Poco a poco la luna
Va perdiendo su redonda forma
Para esconderse después
Entre la luz de mi Alma

SILVER©

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