sábado, 14 de septiembre de 2019

Encenderé unas velas.


Enciendo unas velas para las ausencias,
Tras las ventanas se oye el viento
Que suena como mi propia voz
Convertida en la tormenta
Que causa en mi tu cuerpo,
Amenaza lluvia el cielo
Cómo las lágrimas que un día
En los tuyos mis ojos vieron.
¡Diablos!
Caen las gotas de lluvia
Cómo resplandecientes perlas,
Huele a tierra mojada,
Oigo el sonido de las pisadas
De las gentes apresuradas
Para entrar en los portales
Y resguardarse del agua.
Noche que duele la lejanía
Sujeta en el preludio de la tormenta
Que hace versos en tu belleza,
Oscureciendo mi habitación
Tan solo alumbrada
Por la luz tenue de las velas.
Encenderé esas velas,
!llueve y llueve!
Escapando el estío a cada gota,
Abriéndo las puertas al otoño
Ocultando la luna creciente
Que anoche contemplamos
Entre las calles vacías.
Los árboles desnudan sus ramas,
La lluvia golpea los cristales
Haciendo más negra la noche,
Más largas las madrugadas
Haciendo del silencio un grito
Agitando los abismos del alma.
Llueve, llora el cielo,
La tierra acoge sus lágrimas,
Se empapa de su humedad,
Hacen brillar los adoquines
Que nuestros pies pisaron
En la noche callada.
Encenderé esas velas
En esta noche gris y oscura
Cuando se acaba el verano,
Alejándose la luna pálida
Después de mostrar su iluminada cara
Abandonando su lugar en el cielo,
Disfrutaré de la llovizna
Que cae con desgana,
Perlas de vida que la tierra humedece,
Enciendo esas velas
Cuyas llamas oscilan
Por nuestra respiración cercana,
Alumbran las almas, los sueños
De dónde no quiero escapar
Cuando en la pared
Se dibuja tu figura.

SILVER©

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