lunes, 30 de septiembre de 2019

Música eres tú


Música que alimenta los sueños
Donde la melancolía escapa
En cada nota cuando suena
En la noche, trayendo recuerdos,
Recostándose en tu seno,
Dora suavemente el terciopelo
Escondiéndose tras el canto
Levantando el alma al cielo.
Música que las aves callan
Al terminar el día,
Enmudece la cigarra
En las horas del silencio,
Se oye solo la cantarina risa
En el hechizo de tu boca,
Y se hizo el beso compuesto
Entre las negras y blancas
E interminables silencios.
Música que espera el plenilunio
Desafiante en el tacto
De la luna en el firmamento,
Testigo de los abrazos en la oscuridad
Y yo en tu piel escríbiendo,
Se resucitan los sentimientos
Alsándose cuando suena
La música apoderándose
De la locura de los eternos momentos.
Si algún día yo pudiera
Escribir esa partitura
En la misma clave de sol
Yo invitaría la clave de luna
Infinita en su pronunciamiento,
Infinita melodía de un corazón
Siempre abierto,
Si algún día yo escribiera un poema
Se fundiría con la música
La canción más bella
Jamás escrita por la mano
De un mortal letra a letra.
Música que pertenece al oído
Y al corazón que la escucha,
Un Orfeón de ángeles
Que cada noche me hace poeta,
Aunque mi voz no pueda
Suavemente a tu oído cantarla
Dejaré con mi sangre plasmada
Cada nota y letra
Que tus ojos me causan.
Música cuando me susurras
En nuestras rotas madrugadas,
Inagotable como un río
Cuando las notas se escapan,
Y yo me duermo después
De oírlas en el silencio de la noche,
Notas cantarinas que de ti
Al amanecer se escapan.

SILVER ©

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