miércoles, 11 de septiembre de 2019

Te llamo sin llamarte.


A veces te llamo sin llamarte
En un silencio impenetrable,
Entiendo esa voz callada
Que nace en mi pecho
Como ofrenda al viento
Perfumado por amarillas rosas,
Espontánea poesía en la claridad
De la noche que se avecina.
Te llamo sin llamarte,
Esa voz escondida en mi boca
En la perversa desnudez
De mi grito callado
Que ya vencido huye
Por las calles oscuras
En este día que se acaba
Retirándose los pájaros a sus nidos.
Te llamo sin llamarte,
Porque alimenta mi alma
Y aunque no me oigas
Ni puedas responderme,
Las dejaré escritas con los colores
Del otoño que se avecina
Que solitario bordea los días
De este verano que se marcha,
Sembrando de ocres hojas
El pavimento de las avenidas,
Transcurriendo lentamente las horas
Mientras por ellas camino.
De nuevo lucen las calles
Me gusta contemplarlas
En mi recorrido por la tarde,
Llamándote sin llamarte,
Y aún no sé bien el porque
Sin detener mis lentos pasos,
Te pienso sin pensarte
Sin que nada importe.
Sigo llamándote sin pararme,
Sigo ni lento camino
Entre las sombras de las calles,
Me voy sin marcharme
Descubriendo los senderos
Que se abren en mis pensamientos,
Palabras que se hacen hueco
En la antes impenetrable mente
Que como ventana se abre
A la creciente luna
Que de nuevo se abre a la vida.
Te pienso sin pensarte,
Te siento sin sentirte,
En mi destino te espero
Con mi más amplia sonrisa,
Amando todos los instantes
Que cada noche te dedico
Despojándome de mi piel
Que aprisiona mis sentidos,
Esa funda inútil que esconde
El tesoro que mi alma guarda.
Entonces, tan solo entonces,
Me despejo de mis soledades
Porque por pensarte te pienso
Y aún sin pensarte
Más allá de esos instantes
Cuando tus ojos contemplo.

SILVER©

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