jueves, 10 de marzo de 2022

Se desvanece el invierno

 

El tiempo pasa inexorablemente

Este invierno se desvanece

Vuelven los anhelos de antaño

Que siguen cautivos de mi mente,

Esperando tus sentidos

De tu cuerpo, de tus ojos,

Es el amor que atesoro

Caricias sutiles de unas manos

Con la suavidad de la brisa,

Esa musa para quien escribo

Cada día en el atardecer,

Aunque nuestras manos

No se entrelazan con la luna

Cómo inmortal testigo.

Ya no importará si muero,

O si después de esta noche

No salga por el horizonte

Ni despunte la aurora.

De amor son los lazos

Que me une al aroma de las flores

Cuando tu cuerpo se impregna

De su etéreo perfume,

Hoy te regalo mi último suspiro

Antes de que el dios Morfeo

Me nuble la mente,

Cuando el mar refleja

El camino de plata

Sobre las indómitas olas

E insomne la luna acaricia

Con sus rayos tu cama.

Te regalo mi último pensamiento

Y si necesario fuese

Hasta mi último aliento,

Se quebranta la realidad

En ese canto de esperanza,

Desnudo mi cuerpo, mi alma,

Y sosteniendo mi mirada

Desde mis adentros,

Ahí está todo lo que soy,

Todo lo que llevo dentro.

Lo que soy no lo dicen las palabras,

Doy la ternura que como la brisa

Desde lo más hondo nace,

Es mi pequeño santuario

Que se llama alma.


SILVER ©

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