viernes, 11 de septiembre de 2020

Te pienso sin pensarte

 

A veces te llamo sin llamarte

En un silencio impenetrable,

Entiendo esa voz callada

Que nace en mi pecho

Como ofrenda al viento

Perfumado por amarillas rosas,

Espontánea poesía en la claridad

De la noche que se avecina.

Te llamo sin llamarte,

Esa voz escondida en mi boca

En la perversa desnudez

De mi grito callado

Que ya vencido huye

Por las calles oscuras

En este día que se acaba

Retirándose los pájaros a sus nidos.

Te llamo sin llamarte,

Porque alimenta mi alma

Y aunque no me oigas

Ni puedas responderme,

Las dejaré escritas con los colores

Del otoño que se avecina

Que solitario bordea los días

De este verano que se marcha,

Sembrando de ocres hojas

El pavimento de las avenidas,

Transcurriendo lentamente las horas

Mientras por ellas camino.

De nuevo lucen las calles

Me gusta contemplarlas

En mi recorrido por la tarde,

Llamándote sin llamarte,

Y aún no sé bien el porque

Sin detener mis lentos pasos,

Te pienso sin pensarte

Sin que nada importe.

Sigo llamándote sin pararme,

Sigo ni lento camino

Entre las sombras de las calles,

Me voy sin marcharme

Descubriendo los senderos

Que se abren en mis pensamientos,

Palabras que se hacen hueco

En la antes impenetrable mente

Que como ventana se abre

A la creciente luna

Que de nuevo se abre a la vida.

Te pienso sin pensarte,

Te siento sin sentirte,

En mi destino te espero

Con mi más amplia sonrisa,

Amando todos los instantes

Que cada noche te dedico

Despojándome de mi piel

Que aprisiona mis sentidos,

Esa funda inútil que esconde

El tesoro que mi alma guarda.

Entonces, tan solo entonces,

Me despejo de mis soledades

Porque por pensarte te pienso

Y aún sin pensarte

Más allá de esos instantes

Cuando tus ojos contemplo.


SILVER©

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