No es que mi mente rechaza
Lo que mi corazón desea,
Piensan al unísono
En lo más profundo de mi alma,
Escribo lo que siento
Por no olvidar, lo dejo en el recuerdo.
Solo me siento
En una playa bañada
Por las frías aguas mientras pienso
En hacer un barquito de papel
Que navegue a merced del viento
O que las corrientes marinas
Lo lleve muy lejos,
Y será de una sola hoja
Donde escribiré mi último verso.
No olvido, ni olvidaré
Lo que escribo en ese momento
Cuando cae la tarde
Cómo una adicción perversa,
Bailando locas mis letras
Entre mis dedos agarrando mi pluma,
Me alegro cuando llega la tarde
Y la noche muy cerca asoma,
Mi mente se revoluciona
Recostado sobre la arena
Cierro los ojos y me dejo llevar
Por el murmullo de las olas.
Mi corazón se acelera
Bombeando sangre a mis manos
Y como escritura automática
Escribo, y escribo como poseído,
En mi te siento, muy adentro,
Surgiendo entre mis letras
Extendiéndote entre los renglones
De mi blanco cuaderno
Herido por la tinta negra
Sin un quejido, sin un lamento,
Para ser ese barquito
A merced del viento,
De los sentimientos que del corazón
Que empujados por la brisa
Hacia el horizonte se aleja.
Las lágrimas del cielo
Llorando las ausencias,
En cada lágrima el deseo
De volver a sentir tu presencia,
Besos que dan a la tierra,
Devolviendolos en mil flores,
Aromas en el aire,
Cómo el perfume de tu piel
Perfumando mis hojas de papel,
Cuando te escribo en la noche.
SILVER©
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