jueves, 10 de septiembre de 2020

Tiernas soledades

 

Podrías ser dueña del tiempo

De tal modo que la música

Llenase las soledades

En las calles florecidas

En una eterna primavera,

O en ese próximo otoño

Cuando caen las hojas

Coloreando las aceras

Con sus vivos colores.

Cómo las palabras que se escapan

Aderidas en una página en blanco

Que desborda mis emociones

Cuando te escribo,

En este tiempo siendo testigo

Esas noches solitarias,

Instantes que se perpetúan

En mi voz callada

Cuál mariposa en su crisálida.

No necesita medida ni rima,

Son tal como las expreso

En tromba surgen, sentimientos,

Cómo potro salvaje,

Cómo flor abriéndose a la vida

Entre todos los versos

Que te escribí en esos momentos

De mis tiernas soledades.

Y por fin llega la noche,

Desnudo mi alma en mis letras,

Criaturas vivas que nacen

Desde lo más hondo

Contemplando la luna

En su viaje que nunca acaba

Entre el poniente y el alba,

Con alas blancas de un ángel.

Y en ellas, en los momentos vives,

Aunque yo no las recite

Las escuchas mientras las escribo,

Más allá de la tinta,

De la inspiración que llega

Cuando va naciendo la luna.

Vislumbrando las palabras

Que una rosa roja perfuma,

En ese deseo del silencio

Escondido tras las sombras

De unas hojas en blanco

Que aportan la claridad

Cuando por sus líneas

Se desliza mi pluma,

Tratando de escuchar el silencio,

Templo vacío bajo la inmensa

Cúpula del universo

Transitada por las estrellas

En el atardecer que se acaba

Renaciendo la noche,

Volviendo a la vida las hadas.

SILVER©

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