miércoles, 30 de septiembre de 2020

Música que alimenta los sueños.

 

Música que alimenta los sueños

Donde la melancolía escapa

En cada nota cuando suena

En la noche, trayendo recuerdos,

Recostándose en tu seno,

Dora suavemente el terciopelo

Escondiéndose tras el canto

Levantando el alma al cielo.

Música que las aves callan

Al terminar el día,

Enmudece la cigarra

En las horas del silencio,

Se oye solo la cantarina risa

En el hechizo de tu boca,

Y se hizo el beso compuesto 

Entre las negras y blancas

E interminables silencios.

Música que espera el plenilunio

Desafiante en el tacto

De la luna en el firmamento,

Testigo de los abrazos en la oscuridad

Y yo en tu piel escríbiendo,

Se resucitan los sentimientos

Alsándose cuando suena 

La música apoderándose

De la locura de los eternos momentos.

Si algún día yo pudiera

Escribir esa partitura

En la misma clave de sol

Yo invitaría la clave de luna

Infinita en su pronunciamiento,

Infinita melodía de un corazón

Siempre abierto,

Si algún día yo escribiera un poema

Se fundiría con la música

La canción más bella

Jamás escrita por la mano

De un mortal letra a letra.

Música que pertenece al oído

Y al corazón que la escucha,

Un Orfeón de ángeles

Que cada noche me hace poeta,

Aunque mi voz no pueda

Suavemente a tu oído cantarla

Dejaré con mi sangre plasmada

Cada nota y letra

Que tus ojos me causan.

Música cuando me susurras

En nuestras rotas madrugadas,

Inagotable como un río

Cuando las notas se escapan,

Y yo me duermo después

De oírlas en el silencio de la noche,

Notas cantarinas que de ti

Al amanecer se escapan.


SILVER ©


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