Mientras escribo
Sostengo en mi mano
Una copa de vino,
Pero no se crean
Que el vino me inspira,
Ni tan siquiera me nubla
Mi mente que vuela,
Ironías de la vida
Hoy sin lugar a dudas,
Me apetecía.
Me inspiran tus ojos
Tu roja boca,
Esa sonrisa traviesa
Tu caricia en mi cara,
Me inspiran unas letras,
Tus palabras calladas
Y mi brazo en tu talle.
Tu mirada en la mía,
Una sencilla flor de campo
Y me inspira el vuelo
De las alegres mariposas,
Una rosa amarilla,
Tu caminar decidido
Y cuando de reojo me miras.
Lo que callas y lo que dices
Esas lágrimas que un día
Vi en tus penetrantes ojos,
Me inspira la sencillez
Que impera en tu corazón,
Ese amor callado
Y a la vez tan locuaz
Cuando estás triste o alegre,
Esas respuestas a destiempo
Tu malhumor, tus enfados,
Mi incompetencia por no poder
En esos momentos disiparlos.
Todo tu me inspira,
Desde la noche hasta el alba,
Desde el amanecer
Hasta el inexorable ocaso,
Esos momentos que alimentan
Los nuevos sueños,
La diferencia entre lo nuevo
Y lo que atrás queda.
Me inspiran esas noches
De luna llena,
La profundidad de tus silencios
Esculpidos en la realidad
De todas mis palabras,
Y en mis sentidas letras
Que cada atardecer escribo,
Me inspiras versos y prosa
El verbo que se hizo mujer
A cada estrofa.
SILVER ©
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