El arrullo de los pájaros
En el frescor de la mañana
Que va creciendo de entre
Las sombras clandestinas
Que se van despejando
Mientras el sol avanza.
En ese palpitar silencioso
De los corazones de los amantes,
Es el silente momento
De las brumas cuando amanece,
Se despoja la mañana
Del sopor tiedoso
De la calurosa noche,
Vuelven a suspirar los sentidos
Y como oro asoma
El viejo sol en el horizonte,
Se apagan las farolas de las calles,
Los colores vuelven a la vida.
Bajo los limoneros los mirlos
Cantan alegre al nuevo día,
El azahar cubre con su aroma
Los naranjos de mi calle,
Impregnando con su aroma
Tú sensual escote,
El agua serena canta en la fuente
Saludando con su música
A los rezagados después
De una tumultuosa noche.
Se esconde la luna en silencio
Después de besar a su amante,
Que no se rompa el silencio,
Que la noche calle,
Que no se rompan los sueños
En esta noche de verano.
Se oyen el tintineo de los cascabeles
Y el trote alegre de los caballos
Tirando de esas calesas
Que alegran el día
De los curiosos viandantes,
Resuenan sus ruedas
En los adoquines de esas viejas
Y amadas calles.
Sueño mis palabras,
Gemas que la luz disipa
Cuando el sol las atraviesas
Centelleantes entre mis manos
Como una caricia de las estrellas.
Ausencias cuando el sol se oculta
De nuevo entre la arboleda,
Los sentidos van aflorando
Cuando el atardecer inminente
Con su aliento cubre los campos,
Nostalgia que intenta arrancar
La mirada perdida en el horizonte,
Se añade el oscuro azul
Cuando el sol se esconde
Despertando a la luna
Con un amoroso beso en la frente.
SILVER ©
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