En el plenilunio

Cuando llega el Plenilunio
Después del creciente
Apareces como mujer
Sentada entre las estrellas,
Lanzando cometas
Desafiando al cielo,
Ajena y distante
Allá donde la luz viaja
Millones de kilómetros,
Dónde la oscuridad se hace silencio
Y la mujer se hace luna.
Desde niño soñé
Con la suavidad de tus besos,
Que por verte me levantaba
Al despertar el alba.
Sentada en una nube
Frente al mar sin dueño,
Te envuelves con el suave
Murmullo de las olas,
Levantas los ojos y miras
Esperando ver el reflejo
De los rayos dorados
Del sol en el horizonte,
Niña del mar y del firmamento
Tus suspiros los reciben
Las traviesas sirenas
Entre corales rojos,
Sin palabras los guardan
En las ostras junto
Sus perlas blancas.
Miras a Cronos,
La espera se hace larga,
Estiras tus rayos
Esperando alcanzar su alma,
El resplandor que asoma en la alborada.
Y nacerá un poema
Guiando mi mano una estrella,
Siendo tú mi inspiración
Todas las mañanas.

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