lunes, 13 de junio de 2022

Languidece la tarde

 

Paulatinamente la tarde

Va engullendo el día,

El mirlo con su canto lo despide

Cómo exaltación al sol

Que cae por el horizonte,

Los faroles inoportunos

Encienden sus bombillas

Y dulcemente el viento mece

Las ramas de los arboles,

Plañideras desde sus raíces

Hasta sus hojas verdes.

Me gusta esa playa

Entre las sombras bailarinas

De los multicolores parasoles,

Las casas blancas regalan

Alimentadas por los rayos

Del lánguido atardecer

Que bordean sus arenas,

Los simpáticos gorriones

Se dan su último baño

Antes de recogerse en sus nidos

Cuando se va abriendo la noche.

Esas viejas olas

Que para llegar al nuevo ocaso,

Acumula vivencias tras vivencias

Perdiéndose en nuestra conciencia

Mientras las contemplamos,

Acumulando sueños y tristezas

Sin renunciar a esperanzas nuevas.

Mientras en la quietud

La tarde avanza,

Yo la transito, la recorro

Cuando finaliza la tarde,

Tan mía, tan querida, tan nuestra,

Esa playa que un día

Sintieron nuestros primeros

Y tímidos pasos

En sus doradas arenas,

Persiguiendo gaviotas

En el azul del agua

Cuando bajan de los acantilados.

Recorro cuando rompe 

Sus olas nuevas

De mi vieja playa,

De mi viejo mar,

Milenaria su muralla,

E intentando reencontrarme

Respirando su hechizo

Cada noche nos trae

El embrujo que la brisa

Que se refleja en el silencio

Y en la ausencia que va enhebrando

Nuestra historia a cada

Granito de arena,

No lleva tu nombre 

No importa, estás siempre

Entre sus aguas cuando

Al atardecer adormece

El sol en su morada


SILVER©



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