Nace una flor

Nace una flor entre las piedras
Raídas por el viento,
Donde antes solo era tristeza
Un lugar donde no había vida,
Y aún siendo pequeña y tierna
Crece fuerte como el amor,
Es la misma esencia de la vida
Naciendo a un nuevo mundo
Su fuerza no se debilita,
Esparciendo su aroma
Dando color al gris de las piedras.
¿Que pensará cuando la miro?
Será su silencio que me inspira
Y aquí estoy escribiendo
En este atardecer faltando la luna
Entre las nubes, allá arriba.
Silencios quebrantados
Por los suspiros del alma
Desnuda entre las velas encendidas
Y, el humo del incienso sube
Hacia el cielo como una plegaria,
No cortaré esa flor,
Que brota de la tierra abonada
Por las lluvias de primavera
Luciendo lozana y fresca
Ofreciendo al mundo su belleza.
No tiene espinas en su tallo,
Luce suave como la misma
Piel de una virgen,
Ruborizadas sus mejillas
Encendidas al amor
Esperando impaciente a su amado.
Y yo, solo la acaricio con mi prosa
Escribiéndolas para que no escapen
De mis dedos y queden plasmadas,
No es halago, es un sueño
Que con ella comparto,
La necesidad de que no queden
Huérfanas mis palabras
Porque ahí está,
Atenta a que le escriba
En cada atardecer
Esperando a la inmotal luna.

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