Que mi alma regule

Que mi alma regule
Ese candicioso latido
Acallando el deseo
Y esta noche duerma
Bajo el manto de la luna llena,
Que dentro es silencio
Porque al abrir mi ventana
Entran sus rayos que vibran
Ante mi prosa humilde
Cuyas letras caen del cielo,
Cómo amorosa bendición,
Alas plateadas que me cubre
Cuando la noche nos deja
Su sombra profunda y triste
Pese a la distancia la siento,
Al amor que le tengo
Y que aún en su silencio
En sus días de penas
También a su lado me tiene.
Revolotean las hadas
En torno su brillante aura,
Cómo corona de una reina
Que se viste de azul
Todas las madrugadas,
Llenando su capa de estrellas
Que relucen como diamantes
Dejando su luz como ríos en el cielo.
Las horas transcurren en calma,
Ni el eco resuena en la lejanía,
Solemne paisaje alumbrado,
Planteando la atmósfera
Esparciendose en los prados,
Las flores se sacuden
El polvo de estrellas
Que adormecen los ojos
Inundando los espacios
Cuando camina por el firmamento.
¡Luna! Qué agitas las mareas
Te alejas, te acercas
Transformas mis momentos
Y niño me siento
Cuando tus ojos me miran
En ese eterno resplandor
Inmortales miradas
Cuando a la tierra diriges
En el oscuro azul del cielo.

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