No se encuentran las almas

No se encuentran las almas
Por una de esas dudosas
Y temidas casualidadades,
Es un pacto sellado
Que fué plasmado
Grabado con el mismo fuego
Para un nuevo reencuentro
Después de un breve momento
En una pasada vida,
Sin saberlo se buscaron
En ese anhelo inagotable
Que marca la senda
Y aún poniendo dificultades
La promesa que se hicieron
Se hizo realidad en cuanto
Sus almas se reconocieron.
Quizás en este tiempo,
Cuando la cabeza se impone
A la eterna alma,
Sin escuchar al viento
Ni a la luna que por las noches
Sigilosa nos habla,
Sin querer ver,
Lo que el corazón clama,
Esa lucha inútil que hace dudar,
Escucha el alma que no miente,
Que es fuente de deseos,
Escúchala y deja fuera la mente,
Ese amor imperecedero
Inmortal desde que nació
En otra vida, en otro tiempo.
Inmenso como el mar
Cuando se encuentra con el cielo,
Fué un juramento
Que se firmó con un beso,
No importan las vidas
Que se hayan vividos,
Ni tan siquiera los años
Que irremediablemente van pasando,
Y aunque se siga en la espera
Entre el tiempo y el espacio,
En la inmovilidad del firmamento
O en la inmortalidad del pensamiento,
Nuestros ojos se volverán a mirar
A pesar de la misma vida
A pesar de nuestros fracasos,
De nuestros marchitados cuerpos
A pesar de que nuestros corazones
Seguiran siendo incompletos,
Hasta nuestro próximo
Y deseado encuentro
Que yo te seguiré esperando.

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