A veces

A veces siento deseos de gritar
A los cuatro vientos,
Dónde se refleje mi alma
Que escondida en mi pecho,
Dónde nace el alba
Tras la noche negra,
Tras un tormentoso sueño.
Quisiera poder gritar
Las causas de mis sentimientos,
En esa fuente profunda
Que desde mis adentros mana
Cristalina pura agua
Con mis más íntimos deseos,
Y en el fondo de esa fuente
Se refleja la blanca luna.
Gritos de silencios
Que en mi garganta
Irremediablemente se amontonan,
Pájaros cautivos en una jaula
Con sus alas cortadas,
Esclavo de tus ausencias,
Gritarle al tiempo
Que muerde mis carnes,
Que pare un momento,
Que haga tu abrazo eterno.
Este mismo mundo
Que se encela cuando te miro,
A todo lo vivido,
A las cicatrices del corazón
Que por ti sanaron,
Suplicarle al cielo
A los ángeles que en el habitan,
Que en tus profundos ojos
Anidan mis palabras
Que quizás queden marchitas
Cómo hojas en otoño,
Cómo estrellas fugaces
Que nacen y mueren
En breves instantes,
Grito o lamento,
Mantener mi sueño
Sin renunciar a tu presencia,
A la calidez de tus miradas
Al sabor de tus besos
Con la eternidad del tiempo,
Del mismo espacio
Que a tu alrededor se crea.

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