Al pie de un arbol

Al pie de un árbol
Cuya sombra apenas me alcanza,
Sentado con mis pensamientos,
Suspendida quedó mi alma
Entre las hojas de sus  ramas,
Pensando en las letras
Que escribo, seguiré escribiendo.
Escribir, contar pequeñas historias
Con palabras que lleguen al corazón,
Poesías que existen en mi pluma
Y hacia ti fluyen cada noche
En esa soledad misma
Que dejas cuando te marchas
En el inminente amanecer
Y se hace patente la ausencia
En lo alto, de la luna blanca.
Esa porción de momentos
Sustento de mi alma
Cuando me estás leyendo,
Haciendo que existan los sueños
Cruzando la eternidad
Por todos sus laberintos,
Te ofrezco lo más puro que tengo
Dejando que siga bebiendo
El elixir de ese cáliz
Que emana de tu boca
Cuando en mis sueños la beso.
No son riquezas lo que poseo,
Más la única que tengo
Es la que llevo dentro
Con la humildad en mis adentros,
De ese amor que proceso,
Lo más puro, mis sentimientos,
Cuál Penélope esperando a Ulises,
Voy tejiendo y tejiendo
Aguardo paciente la llegada
Necesitando una luz en mi mano
Para seguir esculpiendo
En los atardeceres mi prosa,
Sabiendo esperar,
Manteniendo el camino de la esperanza.

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