jueves, 4 de julio de 2019

Un techo de flores


Haré un techo de flores
Que llene de fresca sombra
Esos rincones olvidados,
Un banco donde te sientes
Y el canto del mirlo oigas
Mientras yo te mando
Un largo y sentido suspiro.
Beberé en la copa de tus labios
El dulce vino del amor,
Cada poro de tu piel
Teclas para interpretar
La más suave melodía,
La noche nos arrojará
Y nos traerá la suave brisa
El perfume de las flores.
En esa dulce quietud campestre,
El canto de los pájaros
Despierta el olor de la naturaleza
Entregando todo en una noche
Por la provocadora sonrisa de tus labios,
Curvatura de silencios y ausencias,
Rastro que dejas en mis manos
Adornandolas de plata y seda.
Aguas que arrastran el olvido
Nadando con dulzura hacia el mar
Mirando al cielo,
Escudriñando las estrellas,
Penetrando como fiel amante
Sus azules olas de verano
Tiñendo de añil sus riberas
Dónde los sueños se refugian
Cuando acaba la noche.
¿Donde irán todos mis anhelos,
Esos besos no dados en la oscuridad
De ese inmenso universo?
Quizás los recoge la blanca luna
Para que no se pierdan
Entre el caos y el olvido
Cruzando entre los naranjos
Sus rayos en esta noche que asoma
Quedo mirando tus ojos
Dónde se refleja la luna
Bañando tu cuerpo de plata
Sus olores y matices evocan
Las hadas y fauno despertando mi alma.
Seres mágicos de la noche
Bajo ese cielo azul que hace recordarte
Tan lejos, como tan cerca
Y al unísono convierten en alegría
Las tristezas de tan larga jornada,
Esos instantes sin palabras expresadas
En esa íntima entrega
Cómo orquídea enamorada.

SILVER ©

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