La luna se peina
Mirándose en el plácido mar,
Su plateado cabello
Tiñe las aguas con su reflejo,
Triste sonríe,
Y caen sus lágrimas
Fecundando las ostras
Convirtiéndolas en blancas perlas
Para que luzcan
En tu moreno cuello.
Miro embrujado
Sonriendo a la madrugada,
El sol resplandeciente
En el altar de los mares
Hundiéndose en los abismos
Desde las sombras marinas
Acabando su singladura
Hacia el poniente.
Languidece al proyectar
Sus rayos de luz amarillentos,
Coloreando las nubes de rosas
De rojos brillantes
Con ribetes naranjas,
Dirigiendolos a tu espalda desnuda
Contorneando tu cuerpo
De un dorado aura,
Espejismo fijado en mi retina,
Cómo Diosa surgiendo
Del fuego purificador.
Se abre el cielo
Apareciendo miles de estrellas
Iluminando estos ojos
Que cansados en mi mirar
Las calamidades del ser humano,
Centelleantes en el azul oscuro
Del infinito firmamento,
Diminutos puntos de luz
Donde se acunan los sueños.
Allí me dormiré,
Y en ese último suspiro
Antes que los ojos se cierren,
Desearé que al alba
Tu sonrisa me devuelva
De nuevo a la vida.
SILVER ©
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