Queda prohibido
No tener nuevas metas
Unos brazos donde arroparse,
Romper ilusiones nuevas
O esos pequeños baúles
Que se llaman corazones,
Queda prohibido
Cerrar los ojos a la vida
O la verja del alma.
Queda prohibido
No sentarse en la arena
Frente al mar inmenso,
No contemplar el sol
Cuando en el cielo
Con la luna se cruza,
Condenados a un leve roce
Para toda la eternidad,
La contemplará desde lo alto
Como se ruboriza en su sueño
Mientras duerme
En las profundidades del mar.
Está prohibido
No dejar piedras blancas
Para indicar el sendero a seguir
A través del frondoso bosque,
Blancas como alas de ángel,
Queda prohibido
Apagar las luciérnagas
Que nos alumbran los senderos
Entre las brumas de la noche,
Que como hadas traviesas
Revolotean en la oscuridad.
Queda prohibido
Apagar la luz del porche
para que se vea a lo lejos,
Para que te indique siempre
El camino a seguir,
Dejando que se disipe lo oscuro
Y en el camino que desciende
Hacia el frondoso valle
Protegido por la claridad
De la inminente alba
Los bosques te dejarán paso
Entre sus hojas verdes
Y los rayos dorados
Del sol naciente.
Queda prohibido
No salir al encuentro
Y en el recodo del camino
En la dulce espera
En el tronco de un arbol
Caído te sentarás
Bañado por el olor de la mañana
Y a fruta fresca del bosque.
SILVER ©
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