A pesar de los momentos
Y de la tediosa melancolía,
Lo dulce o amargo
Con el ímpetu de la noche
Las ausencias se hacen
Mucho más patentes.
Solo cuando al mar miras
Sentados juntos
En la dorada arena,
O contemplar el oscuro
E inmenso firmamento,
Te das cuenta de lo efímera
Y dura que es la vida,
Y las tristezas se disfrazan
De lágrimas con sonrisas.
Las gotas de rocío
Nunca dejarán de humedecer
Nuestras pálidas mejillas,
Perderemos la noción
De las horas, de los días,
De la misma vida,
Nos olvidamos que cada
Segundo que se escapa,
Es una gota de sangre
Que perdemos en el camino,
El pasado no hace futuro
Ni condiciona el presente,
Y aunque a veces se hagan
Momentos duros
No dejemos de pensar
En nuestros ausentes
Y que la vida sigue su curso.
Se para el reloj del campanario
Y el sonido de las campanas
Anuncian los maitines,
El rezo no hace monje
Ni almas limpian.
Mi voz se quebranta
Y el silencio me turba
En este trance prolongado,
Me miras a hurtadillas
Y sonríes ahogándome las penas
Haciendo que mi corazón
Lata con más fuerza.
SILVER ©
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