viernes, 16 de agosto de 2019

El oro delata tu nombre


El oro delata tu nombre
En este nuevo atardecer
Cuando el sol se inclina
En su ocaso hacia el horizonte,
Y el oro de sus rayos
Envolviendo tu cuerpo de dorado
Dibujando tu sombra sobre la arena
Cuando el viento mece tu cabellera
Creciendo la noche en la tierra.
Me recuesto contemplado
Y me inspira ese momento
Cuando surges del agua,
Esa pradera húmeda e infinita
Llena de paz y quietud
Haciendo realidad los sueños
Sintiendo las caricias
De tu piel en la mía.
Divagando en ese mundo
Me condeno al silencio,
Sufriendo el arrullo roto
De la voz quebrada
Cuando escribo esos otros poemas
Confesando todos mis deseos,
Con voz callada que sale del alma
Pero que dentro quedan presas.
El oro delata tu nombre
Ya en noche cerrada,
La luna mide mi razón
Y mi pluma se resiste
En esta postrera hora
Que furtiva se escapa
Hacia en lo más alto del cielo,
Dónde tu luna hoy brillas
En esos sueños guardados
Dónde tu siempre habitas,
Y de nuevo se abre el mundo
Como en una evocación al más allá
Una elegía que lanzo al viento.
El oro delata tu nombre
En unas simples sílabas,
Aunque la luna sea mi musa
Se acorta el tiempo que se disuelve
En una densa niebla
Que va envolviendo mi razón
Cuando te miro sin mirarte
Y el mundo se desvanece,
No mienten mis ojos en espera
Que titubeando te contemplan
A contraluz sin perderse un instante
En la tentación de tu lento caminar
Y cuando nuestras miradas se cruzan
La tuya me desarma, me turba.
Incapaz de emitir sonido mi boca
Llega la noche, ya no impone
La luz apagada a la realidad,
Se funden azules con negros,
Se encienden las estrellas,
Se apaga el sol y solo queda
El oro que delata tu nombre
Y la luna me impulsa a escribir
Como cada atardecer
Para que en mis letras
Brilles todas las noches.

SILVER ©

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