domingo, 11 de agosto de 2019

Tiemblan mis manos


Tiemblan mis manos
Cómo esa callada llama
Mecida por el soplo de vida
Que se escapa de mis labios,
Escalofríos que me retuercen
Erizando todo mi vello
Reteniendo tu cuerpo
Ese dulce perfume
Que horada mis sentidos
Abrasando mis venas.
Tiemblan mis manos
En espera impaciente de esa caricia
Ahogando mis ansias
De esos besos en la oscuridad
Alumbrados por el sutil
Resplandor de la creciente luna,
Condenados y encadenados
A cada latido, a cada suspiro
De ese corazón callado
Que retumba infatigable
En el hueco de mi pecho.
Tiemblan mis manos
Por el carmesí de tus labios
En el grana de tu sangre
Que altera el pulso
En la impaciencia de un delirante
Goce cuando se unen las almas,
Instante perpetuo
En la comunión de los cuerpos,
Supremo momento
Del delirio traspasando
La fina línea del tiempo.
Tiemblan mis manos
En esos gestos tímidos
Recordados en la noche
Después de un cálido día,
Perdidos en esa mirada
Bajo una nube blanca
De una canción silenciada
Por el inminente sueño
Cuando en la tarde acabada,
Profunda, llenando vacíos
En la noche escondida
Tras las ventanas cerradas,
Haciendo caminos plateados
En esa eterna llanura
En tu ausencia los rayos de la luna.
Tiemblan mis manos,
Mi corazón, todo mi cuerpo,
La caricia de mi respiración en tu cuello
Y al alba cuando estalla
El nuevo día entre vaporosas nubes
En el rosa que colorea el cielo
Y sin embargo siguen temblando
Mis manos, los pétalos de las flores
Que se visten al despuntar el día
En el coro de una sinfonía
De miles de colores al sol
En la nueva mañana
Que aún en la lejanía del mar
Las olas como suspiros
Nacen una y otra vez
Para deleite de tu cuerpo
Ungidos por los dioses
Con la frescura del rocío
Desde el amanecer de los tiempos.

SILVER ©

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