En esa verde vereda
Que recorro en mis sueños,
Gastada por los pasos
De peregrinos conversos
De mis eternos pensamientos
Expresados en versos,
Palabras que son las consecuencias
De mi secreto escrito, no confesado.
Anido en mi mente,
Me atrajo hacia brazos
En un abrazo prieto,
Dándome un tierno beso en la frente.
Cómo ave olvidada
Que retorna en primavera
Volviendo a su nido
A lo alto del campanario,
Hecho de paja y barro.
Son mis sueños, mi mente,
Que se divide en un requiebro
En miles de flores
Formando cadenas
Que me atan a tus labios.
¿Donde irán esos besos
Que aún conservo en mi boca,
Se quedarán maltrechos,
Cómo esa vereda verde
Gastada por los peregrinos?
Renacerán más dulces
Que la miel, jalea de una reina
Que no cesa de llorar
Por esta larga espera.
Tristes son los pasos
Donde no hay olvido,
Que los suspiros se escapan
Cuando oye tu voz al oído,
Se escapa mi razón
En esa verde vereda
Gastada por mis pasos lentos,
Encomendando mi vida
A tu encuentro.
SILVER
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