Entre mis calles

Paulatinamente la tarde
Va engullendo el día,
El mirlo con su canto lo despide
Cómo exaltación al sol
Que cae por el horizonte,
Los faroles inoportunos
Encienden sus bombillas
Y dulcemente el viento mece
Las ramas de los arboles,
Plañideras desde sus raíces
Hasta sus hojas verdes.
Me gustan esas calles
Entre las sombras bailarinas
Que las casas blancas regalan
Alimentando los colores
Del lánguido atardecer
Que bordean sus aceras,
Y los simpaticos gorriones
Se dan su último baño
Antes de recogerse en sus nidos
Cuando se va abriendo la noche.
Elegimos sus viejas calles
Para llegar al nuevo ocaso,
Acumulando vivencias
Se pierde nuestra conciencia
Mientras callejeamos
Acumulando sueños y tristezas
Sin renunciar a esperanzas nuevas,
Mientras en la quietud
La tarde avanza.
Yo la transito, la recorro
Cuando finaliza la tarde,
Tan mía, tan querida, tan nuestra,
Esas calles que un día
Sintieron mis primeros pasos
En sus grises adoquines
Persiguiendo pájaros
Por las esquinas de las plazoletas
Escondidas en sus viejos barrios.
Recorro las viejas calles
Y sus calles nuevas
De mi vieja ciudad,
Milenarias sus murallas
E intentando reencontrarme
Respirando el hechizo
Que cada noche nos trae
Con el embrujo que la brisa
Que se refleja en el silencio
En la ausencia que va enhebrando
Nuestra historia a cada esquina,
No lleva tu nombre ninguna calle,
No importa, está siempre
En el marco de mi puerta.

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