domingo, 28 de junio de 2020

Recreo un retrato


Cuando escribo voy recreando
Un retrato de mis sentimientos
En ese silencio que me trae la tarde
Quedando atrapado
En las paredes de un cuarto
Cuando las sombras se aproximan,
Desenredo los minutos
Mientras que la noche cae.
Es la luna la que pinta
Todos mis momentos
De fina y brillante plata,
Centelleante en mi vida
Esparciendo en mi alma
Luz y brisa, mar y arena
Que conforman su ser,
Toda su dulce esencia.
Niña, sonriente está la arena
Cuando caminas por ella,
Ese beso lánguido del sol
Cuando en su carro dorado se aleja,
Este junio irremediablemente expira
Entre las risas de un julio que llega,
El viento mueve las campanas
Que tiñen marcando las horas
En este dorado atardecer,
Plañideras en esta calurosa tarde
Y el sol se vuelve trist
Impaciente en tu ausencia.
Se esparce el perfume de las flores,
El de tu perfume al caer la tarde,
Las luciérnagas van saliendo
Poco a poco de su letargo,
Se encienden para iluminar
La oscura noche en los linderos
Del frondoso bosque
Y sobrevuelan un estanque
Que refresca el verde de las hojas
Que caen como mis lágrimas.
Melodía que nace como un réquiem,
Sonidos de la nocturnidad etérea
Que con mi corazón al unísono laten
Y conjugan el verbo de la tarde.
En el cielo nubes de azúcar
Cómo en un desfile de plumas
En la quietud de la brisa
Contemplándolo con magia en los ojos
De los habitantes del verde bosque.
Niña, la brisa juega solitaria
Con las conchas del mar
Y en sus orillas nos regala
Corales como el arcoiris
Elevando el espíritu sutil
En ese universo que hemos creado,
En ese mar de azul aterciopelado
Mostrando sus doradas playas.

SILVER©

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