martes, 8 de diciembre de 2020

Se desvanece la tarde

 

Se va desvaneciendo la tarde

Transformándose en noche

Mojada y fría,

Donde los silencios se adueñan

De las oscuras calles,

Mantienen callados 

A los furtivos amantes

Mientras contemplan

La luna menguante.

No se mueven los pétalos

De las rosas en sus tallos

De afiladas espinas,

Ni las hojas de los árboles

En la quietud, en la calma

Que poco a poco se apodera

De nuestras vidas,

Nada se mueve,

Ni tan siquiera los bemoles

De una inacabada melodía,

Noche fría y oscura

Esperando un nuevo amanecer,

A un nuevo día.

La luna languidece

Perezosa y pálida

En la curva del oscuro cielo

Mientras yo pienso

En quién provoca mis desvelos.

A soñar perdí el miedo,

Cómo a expresar lo que siento,

A extrañar mis letras

Cuando a estas horas

Tardías escribo 

Con mi eterna pluma,

Dejando atrás lo superfluo

Llenando con mis palabras

La luna que quiera

Entra por mi ventana

Siempre entreabierta.

Flotando mi mirada

Testigo mudo del invierno

Que gris se avecina,

Cae despacio la noche

Y los vacíos de los corazones

De los que nunca se amaron,

De las manos que no acarician

Y de los besos que se van olvidando

Cuando los abiertos ojos

No miran ya la luna

Y el alma se marchita.


SILVER ©


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