Instalado estoy en el presente
En esta cálida etapa de mi vida
Floreada por mil palabras
Dichas entre líneas,
Purpura está la tarde
Que matiza en su retirada
La luna solapada por el sol
Tímidamente asoma
Por el horizonte donde el mar se acaba,
Recreando mil sensaciones,
Anaranjados, amarillos y rosas,
Una explosión de colores,
En la bóveda celeste
Cuántas noches llenas de luna
Esperan tras unos cristales
Llenando esos rincones vacíos,
Despertando de nuevo
En el amanecer adormecido.
Cuántas noches de lunas llenas,
De cálidos y esperanzadores sueños,
Reflejos de plata que entran
Por las ventanas abiertas,
Inundando la cama
De los pálidos reflejos de las estrellas
Acariciando la suavidad de tu piel
Desnuda entre blancas sábanas.
Brazos voraces, bocas sedientas,
Flor que mis dedos buscan
Que germina entre las llamas
Bañada por el candor de la luna
Y la frescura de la brisa.
Se oyen gemidos
Entre los silencios de la madrugada
Donde inexorablemente yo me pierdo
Oyendo de tus corazón los latidos
Cómo caballo desbocado
Entre risas, caricias y besos.
El rocío humedece la noche
Anunciando el inminente amanecer,
Se reconcilia el tardío sueño
Con las tenues luces
Que asoman a lo lejos.
Quieto me quedo ante tus ojos
En ese precipicio que me seduce,
No sé necesitan palabras,
El silencio habla
En ese frágil momento,
Se derraman sensaciones
Sin voz, con la boca callada,
Hablan los ojos, los gestos,
Habla la brisa marina
Que nos llega con el aroma de los deseos,
Despunta el alba,
Sin el eco del mirlo que canta
Que nos mece suavemente
Abrazados y cansados
Y de nosotros se apiada Morfeo
Nos acuna hasta el alba.
SILVER ©
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