domingo, 26 de septiembre de 2021

Agua salada

 

Agua salada que enreda tu pelo

Con las olas susurrantes

Entre el sonido de las caracolas,

Manos paganas que lo rizan,

Cómo plegarias, cómo canto

En ese océano profundo como templo.

Mar bravío que alimenta el alma,

Jugando con las nubes

El perseverante viento,

Luciendo sus colores al atardecer,

Sin eco mi voz, sin oírme me quedo,

En esos atardeceres locos

Cuando el sol va declinando

Mendigando tus besos.

Silenciosa, nadie la oye,

La luna asoma en el horizonte

Cuál ninfa de las profundidades

Con su vestido de plata,

Su larga cola sobre las aguas,

Tul y perlas sobre su pecho,

Retrato de la mujer de mis deseos.

Renace cada noche;

Engalanado de corales sus cabellos,

Inspira cada noche mis palabras

Dueña es de mis versos,

De ese mar, de esa arena,

Cómo sirena que con su melodía

Me embriaga, seduce mi alma,

Cuando me mira, mi tormenta.

Cuaderno de Pitágoras

En el cual escribo mis lamentos,

Escribo mis sentimientos

Entre mar y cielo,

Esa hermosa luz en el horizonte

Que causa mis desvelos.

Y hacia allí partiré;

Mar en calma, a favor del viento,

Hinchando las velas

Sin más rumbo que la estela

Que va dejando en el mar

El faro de tus ojos

Y mi puerto tu pecho.

Soñando diviso tu sonrisa

Oyendo a lo lejos la música

De tu canto en el océano,

Se trasmite llevado por la olas

En su cresta de blanco coral,

Hasta mi blanco barco

Que como corazón solitario

Busca sin cesar su refugio

Cuando navega en ese mar

Embravecido por los elementos.


SILVER ©

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