Poco a poco el verano
Se va despidiendo
En un sentido doliente
E impenetrable silencio,
Como si nunca hubiese pasado
Por este mundo,
Por este tiempo.
En estas soleadas tardes
El aire fresco que acaricia
Mece suavemente las olas
En esas playas doradas,
Me siento en la arena
Viendo como el sol dora,
Esos momentos en que el tiempo
Quieto y mudo queda,
Y a esas horas cobra sentido
Esas pequeñas cosas
Que te regala la vida.
No habrá olvidó después
Del largo camino,
Se fué sin una despedida,
Sin un hasta luego
Y guardando los recuerdos
Para recordarlos en invierno,
Dejaré que fluyan sin más demora,
Que se escapen y compartidos
Con nostalgia y proyectos
En las frías noches
De este otoño nuevo.
El sol tímido y silencioso
Acorta su camino
Lento y fatigado
Buscando detrás de sus rayos
Antes de hundirse en el abismo
De ese mar que me fascina,
La visita de la luna.
Me quedo absorto
Del color que da la noche,
En el otoñal atardecer
Mientras las estrellas
Tintinean en las alturas
Mientras queden esos poemas,
Esos que escribí con esmero
Poniendo mi alma, mi corazón
En cada letra.
Los mirlos van entonando
Con sus trinos una canción de cuna
Mientras desde lo alto miran
Como las estrellas tintinean
En la cúpula del firmamento,
Y conforman mis palabras
En la misma orilla del sueño,
Con mi voz callada
Y con el sutil soplo del viento,
Esculpir a la misma vez
Todas las quimeras.
SILVER ©
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