miércoles, 22 de septiembre de 2021

Luna encendida

 

La noche no oculta tu resplandor luna,

Ella se apaga y tú despiertas,

Los dones del tiempo

Encienden los sentimientos,

La música, la palabra,

El viento que se esparrama

Y cede el paso al verso,

Que puso en mi boca

Deshaciendo las sombras

Que sin espérarlo  me alcanza

Para plasmarlo cuando te veo.

Me llama el destino,

Me alcanza la noche

Y las esmeraldas verdes como un prado

Que se siembra en primavera,

Ese sueño que el corazón colma

Perpetuo que cada noche,

Que cuando se apaga renace

Antes mis ojos, aliento fresco

De las madrugadas silentes,

Ruegan los suspiros que se escapan,

Canto que resuena por todos

Los rincones de una habitación

Alumbrada por velas

Haciendo bailar las sombras

De dos cuerpos al unísono

Entre blancas sábanas.

Se apaga la noche, 

Alumbrándome la luna,

La cadencia en el azul de los sueños

Alcanzando el sentido

Del verbo que se escribe

Solo cuando te pienso,

En esa cristalina presencia,

Cuando en mi prosa te hablo.

Noche apagada, encendida la luna,

Llegas y yo esperándote

Como un infante hambriento

Los senos fértiles de su madre

Para beber el vital líquido

Que sustentan su vida,

En el instante que su boca

Se adhiere a su pecho.

Noche fecunda, espléndida,

Hijas de una inmaculada

Oscuridad que nace

Después del atardecer

Cuando el sol se escapa,

Pausa de la luz,

En esta última tarde

Busco el fervor de tus besos

Que me atan a los sueños,

A la palabra que tiembla

Cuando al instante escribo,

En el gozo, en la satisfacción

Cuando lo expongo 

Ante tus bellos ojos.

Noche trémula, luna encendida,

Noche para las fantasías

Y sentir como van creciendo

A medida que nacen las horas,

Avanza la luna en el cielo,

Sentir cómo va creciendo

Los deseos, los sentimientos.


SILVER ©


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