miércoles, 29 de septiembre de 2021

La noche nos arropa

 

La noche nos arropa 

Con su manto y la luna

Dando luz a escondidas

En ese silencio que nos contempla,

Distante desde la lejanía

Que a oscura se palpa

En la profundidad del deseo

Y en unos ojos sin palabras.

¿Cómo explicar?

Que se expande el roce 

Sobre tu piel de seda,

Con las libidosas caricias

De mis manos sedientas,

Persiguiendo el gozo

De nuestros cuerpos

Entre las sábanas blancas,

Ocultos en la oscuridad de la noche

Sin tiempo, desde lo más

Profundo del ser abriendo

Las puertas del cielo.

Creciendo las ganas,

Humedeciendo los latidos

De unos labios entreabiertos

Que conforman la imagen

Del estado puro del deseo,

Fundiéndose las miradas,

Alcanzando la cima de dos montañas

Que se elevan desde la planicie

Donde late un corazón

Que se llama pecho.

Cuántas preguntas,

Cuántas sensaciones se acumulan

Dando comienzo el baile

De dos cuerpos que al unísono

Desnudos almas y cuerpos,

Se contemplan extasiados

En el fuego que emana

Desde sus más íntimas entrañas,

Besos, bocas que se entrelazan,

Caricias que abrasan,

Gemidos y te quieros,

Sin disfraces en el resplandor

Que los refleja en la pared blanca,

Tiempo que no expira,

Se hace eterno el abrazo

En la intimidad de la alcoba.

Cómo las olas que se adentra

En la arena una y otra vez,

Se impregna de su aroma fecunda

En el vital latido del embrujo,

Bebiendo el elixir que renace

Cuando vuelve el deseo 

Melodías que se encadenan

En el fragor que asoma,

Revuelo de sábanas

En el juego del amor

Cuando nace la madrugada,

Extasiados y cansados cuerpos,

Sudorosos y pausados,

Un abrazo, dos almas en una,

Que sueñan en el próximo

Y deseando encuentro.


SILVER ©



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