viernes, 3 de septiembre de 2021

 

La política de privatizaciones, (ENDESA, Telefónica, Repsol, Indra, Iberia...) significó una doble ESTAFA: por un lado, no sólo no sirvió para abaratar precios y mejorar el servicio, sino todo lo contrario.


Por otro lado, la inmensa entrada de dinero que supuso fue utilizada por los gobiernos de Aznar para vender unas cuentas saneadas, cuando ese saneamiento se logró a base de malvender nuestro patrimonio. 


Hoy, nacionalizar nuevamente ENDESA, que irónicamente, ahora pertenece al estado italiano, resulta casi imposible. Haría falta endeudarse muy por encima de lo que España, que ya debe más del 100% de su PIB, se puede permitir. 


Lo que ha ocurrido es como si un padre de familia vendiese su casa y se puliera el dinero de la venta. Por lo tanto, es una estafa que no tiene vuelta atrás. Ahora sólo es posible intentar crear empresas públicas aquí y allá para que influyan en el mercado, y legislar para limitar las subidas, algo que, con seguridad, será tumbado en el Constitucional, al menos mientras siga controlado por jueces nombrados por el PP.

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