A ti que naciste en esa tierra
Que está entre sol y luna
A quien debo lo que escribo
Desde ese mar que fascina,
Cerca de las estrellas
Navegando por esos océanos
Para guiar mi humilde pluma
Inspirando mis letras.
Plasmo ese amor en mi prosa
Que sin ser poeta busca
Por el mundo tu belleza
En otras caras, otras miradas,
Pero siempre capitana
De mi vagel blanco,
De todo lo que escribo,
Encontrarte a ti luna
A quien debo mis versos.
Me basta con mirar tus ojos
Para hayar mi refugio,
Me basta saber que vives
Sin saber de distancias,
Porque el cielo existe
Desde que la brisa
Acaricia tus labios
Y se recuesta el sol
Entre tus doradas dunas.
Y seguiré navegando
En la misma cruz del sur
Contemplandola desde mi barco
Para que me guíe
Al norte, a tu regazo.
Seguiré navegando
A qué no sea en vano
Entre arena y mar
Jugando con las olas,
Contando las estrellas
Del firmamento ansiando
Hasta llegar a tu puerto.
El silencio de la noche
Envuelve mi nao,
Se agita el mar
Golpeando la quilla,
En el horizonte se dibuja
La línea sutil del alba
Asoma entre su negrura,
Yo soñador y viajero
Aún ausente en tu mirada
Tus ojos son mi destino.
SILVER ©
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