domingo, 23 de junio de 2019

Antaño


Hubo antaño un caballero
Sin armadura ni yelmo,
Trovador de letras
De fertil mente y fácil prosa,
Contador de historias
Algunos dicen que sabio,
Yo digo que iluso en sus sueños,
Gentil en su postura,
Dueño de su vida y de su silencio
De sus palabras escritas
Que por las noches escribe
Con su afilada pluma.
Y sin desdeñar el combate lucha,
Rompe con el pasado
Aunque se le lleve el alma
Vociferando al mundo
Que ya está cansando,
Se deslizan las palabras 
Como el agua de un río
Frescas y cristalinas,
Fluyendo los sentimientos
Cómo fluye la misma vida.
La luna tiernamente lo abraza
En su infinita ternura,
Su dama de la noche
Por la que luchará hasta la muerte,
Es de carne y hueso
De corazón tierno 
De alma sensible y etérea,
No hay lugar a dudas,
Hoy, solo unos ojos le dan vida
Cuando a hurtadillas lo miran
Provocando un incendio
Hasta en el mismo infierno,
Que inexorablemente le va quemando.
Peca a veces de ingenuo
Acusado de altivez
Tocado por los desatinos
De esta dura e ingrata vida,
Le piden que amordace su pluma
Pero no saben que va por libre
Sin la más mínima censura
Y quizás algún día un Dios
De su alma se apiade
Le de paz a su corazón
A su incontrolada mente,
Y le recuerde cada día
A ese amor lo que siente.

SILVER©

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