viernes, 28 de junio de 2019

Recreo un retrato.


Cuando escribo voy recreando
Un retrato de mis sentimientos
En ese silencio que me trae la tarde
Quedando atrapado
En las paredes de un cuarto
Cuando las sombras se aproximan,
Desenredo los minutos
Mientras que la noche cae.
Esa luna que pinta tus cabellos
Cómo plata en tu cabeza
Que el peina el viento
A medida que suelto lo dejas,
Luna y viento, mar y arena
Conforman tu ser, tu esencia,
Niña, sonriente está la arena
Cuando caminas por ella.
Ese beso lánguido del sol
Cuando en su carro dorado se aleja,
Este junio irremediablemente expira
Entre las risas de un julio que llega,
El viento mueve las campanas
Que tiñen marcando las horas
En este dorado atardecer,
Plañideras en esta calurosa tarde
Y el mar se vuelve nostálgico
Cuando tú no estás.
Se esparce el perfume de las flores,
Las luciérnagas van saliendo de su letargo,
Se encienden para iluminar
La oscura noche en los linderos del bosque
Y sobrevuelan el estanque
Que refresca el verde lugar.
Melodía que nace de su alegro,
Sonidos de la nocturnidad etérea
Que con tu corazón al unísono laten
Y conjugan el verbo de la tarde.
En el cielo nubes de azúcar
En un desfile de plumas
En la quietud del la brisa
Contemplándolo con magia en los ojos
De los habitantes del verde bosque.
Niña, la brisa juega solitaria
Con las conchas del mar
Y en sus orillas nos regala
Corales como el arcoiris
Elevando el espíritu sutil
En ese universo que hemos creado,
En ese mar de azul aterciopelado
Mostrando sus doradas playas.

SILVER ©

No hay comentarios:

Publicar un comentario