domingo, 2 de junio de 2019

Errante o peregrino.


Noche abierta que denota
La sutil presencia
Dando paso a la luz
Del lenguaje que nace,
Cómo cántico del ruiseñor a la luna
Posado en una rama
Del árbol más alta,
Donde en la oscuridad se cobija.
Luz que ofrece claridad
Alzándose en el horizonte
Espacio inmenso y argentado
Que besa la playa con su reflejo,
Me vuelvo viajero
Ayer solitario, hoy peregrino
Atrás dejo la primavera
Con su blando aliento
Que empuja mi alma
A ser errante de nuevo.
Quizás no vuelva a ver
Ese dulce rostro
Que baña mi vida
La eterna es la luna,
Ni sus ojos que centellean
Aunque no lo confiese,
Me mira cuando cree
Que yo no la miro,
Se extiende el canto
Del ruiseñor al Plenilunio
Y su eco se multiplica en la noche
E inmóvil a su amada espera
Guardando su nido.
Ya no queda esa armonía,
Ni la bella Selene
A Endimion amará,
Quizás sea castigo de dioses
O Atenea madura su venganza.
Tendré que pedir al ruiseñor
Que le cante una bella melodía
Que sea benévola
En el momento que le implore
Al oído el perdón
Y me haga digno de sus favores.

SILVER©

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