lunes, 22 de marzo de 2021

Recuerdos

 

Que era si no un alma solitaria,

Y ella luz de luna plateada

Que baña con sus rayos

Ese inmenso y oscuro vacío

En el atardecer de los sueños

En la frescura de las primeras

Noches de primavera.

Son los silencios atrapados

Entre las horas inertes,

Con los ojos perdidos en el infinito

Recordando tiempos no muy lejanos

Atormentado por ese amor prohibido

Reflejándose en el espejo del mar,

En esa hoguera que quema

Esas ramas ya secas

Compone el mirlo su canción

Y con júbilo canta 

A esa amarilla rosa

Con el rubor de la luna cálida.

En esa secreta senda

Escondida tras los árboles,

El mirlo sutil a la rosa besa

Tomando su color el pico

Cuando con delicadeza la rozó,

Ese amor por la luna

Que se refleja en la rosa,

Secreto para su amada

Cómo canción de cuna.

Eleva su espíritu al cielo

Hasta lo más recóndito del firmamento,

Es el perfume de sus pétalos

Que llena con el azahar 

De los naranjos en flor

Todos los rincones de su alma,

Es el atardecer que llama

El inexorable transcurrir del tiempo,

Observo en silencio

En esta quietud que da paso a la noche

Y respetuoso como en un templo

Ofrece su canto a los dioses,

Cómo súplica, cómo plegaria,

Hasta la misma cúpula

De ese inmenso cielo.


SILVER ©



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