viernes, 4 de octubre de 2019

Nunca unas manos...


Nunca unas manos pudieron
Acariciar un corazón
Con tanta dulzura,
Dejando un hueco en el pecho
Tan grande como el universo,
Y es en este manifiesto
Que con mi mano escribo
Cómo un susurro que expreso
Sin nombrar por quien late
Ese corazón maltrecho.
Nunca una mirada expresó
Tantos sentimientos guardados
Que estallan en humilde prosa
Donde se asoma la luna
Vestida de persistentes instantes
Dando eternidad a la noche
En sus últimos momentos.
Danzan las campanas al viento
En esa alborada que ofrece
Desde lo alto sus primeros besos,
Que pacientemente espera en silencio
Invocando los suspiros
Entre ese corazón y el tuyo,
Hablando con voz interna
Confesándose sin palabras
Lo que los ojos expresan.
Ofrecele tu mano;
Te acercará al infinito
Murmullo de ese inmenso mar
Que vacío quedó con tu ausencia,
Te ofrece su pecho cálido
Que nació y vive en tu abrazo,
Cuando sus aguas claras
Moja con gotas como perlas
Tu suave y dorada piel.
Nunca unas manos pudieron
Acariciar un corazón
Con tanta dulzura,
En estos versos locos
De fuego y luz,
De mañanas esperadas
Confundiéndose los cuerpos
Cuando nace el alba,
Cuando las manos hablan
Y el grito de los besos,
Desesperadas callan las palabras
Antes de escribirlas en el cuaderno
Donde se plasma la misma vida.
Ecos de un alma que renace
En los pensamientos que causa
La tarde como tempestad
Haciendo que Bailén
Con una sinfonía las letras,
Que sueña en cada latido
De ese corazón antes marchito.

SILVER,©

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