domingo, 5 de julio de 2020

Los viejos de Andalucia


Se dispersan los luminosos rayos
Del sol ya en su ocaso,
Se rompe la quietud del día
Con el vuelo de los pájaros
Buscando sus frescos nidos
En lo alto de los árboles.
Se propicia una tarde lánguida
Entre los olivos de la dehesa
Buscando su sombra
Abrazando dulcemente en tiempo,
Sombra que ocupa un viejo labriego
Para secar el sudor de su frente,
Acariciando su garganta
Con la fresca agua de su botijo.
Sentados en el portal de sus casas
En esa sombra en su hermosura,
En sus calles tienden sus manos,
El sol avergonzado se esconde
Para dar paso al frescor de la tarde
Con la brisa que recorre el pueblo blanco.
Los ancianos del lugar
Cuentan sus viejas historias
Repetidas mil veces
En la pendiente de sus vidas.
Su vejez no es presagio de tristezas,
Nos regalan todas sus vidas vividas,
Aún en sus callosas manos
Conservan la dulzura
De esas miradas que tanto contemplaron
Con el alma de un niño.
No han vivido en vano,
Sus semblantes no han perdido la pasión,
De lo que no han vivido
Lo vivirán en sus hijos.
A veces silenciosos y taciturnos,
Sus pensamientos hacia los que han partido,
La respuesta de sus silencios
Se van dislumbrando en sus ojos
Esos sueños que no se realizaron
Escondidos tras sus sonrisas
Por la entrega a sus seres queridos.
La fuerza de sus manos se acaba
Pero aún se levantan con orgullo
Con su agradable semblante
Con una vida mejor soñaron.
Pero solo se entregaron al trabajo,
Hoy sentados en las puertas de sus casas,
Las sillas raídas por el tiempo,
Tendrán siempre el afecto
De los jóvenes de su blanco
Y viejo pueblo, de su siempre
Amada Andalucía.

SILVER ©

No hay comentarios:

Publicar un comentario